El próximo 10 de diciembre el gobierno mexicano debe hacer un informe sobre su cumplimento de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hecha pública el 10/12/2009, que condenaba al estado de México por no garantizar la vida y la integridad de las mujeres de Ciudad Juárez. Era la primera vez que un tribunal americano condenaba a un estado por violar los derechos humanos y por discriminación de género y condición social.
El motivo de la condena fueron los asesinatos del Campo Algodonero, cuya descripción, realizada durante las sesiones de la CIDH, puede encontrarse en la página de Amnistía Internacional:
http://amnistia.org.mx/contenido/2009/06/30/importantes-casos-de-violencia-contra-las-mujeres-en-mexico-ante-la-corte-interamericana-de-derechos-humanos-2/
Lo que sigue es un extracto de la misma:
Los cuerpos de dos niñas y una joven mujer, Esmeralda Herrera Monreal, Laura Berenice Ramos Monárrez y Claudia Ivette González, fueron descubiertos en un antiguo campo algodonero en Ciudad Juárez el 6 y 7 de Noviembre del 2001 junto con los cuerpos de cinco otras jóvenes mujeres. Al menos cinco de las víctimas tenían menos de 18 años de edad. Sus familias habían denunciado su desaparición en 2000 y 2001. Uno de los cuerpos nunca fue correctamente identificado.
En 1993 había comenzado un patrón de secuestros, violaciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. De manera sistemática, las autoridades no tomaron en serio estos crímenes, señalando a menudo que las víctimas tenían la culpa por los crímenes cometidos en su contra y tratando a los familiares con desprecio. Pocos de los autores de estos crímenes fueron llevados a la justicia, lo que creó un clima de miedo e inseguridad para las mujeres.
El caso del Campo Algodonero se hizo famoso al ejemplificar la manera en que las autoridades municipales, estatales y federales discriminaron a las mujeres víctimas de asesinatos así como a sus familias, se equivocaron al identificar los cuerpos y no lograron recoger pruebas forenses fiables ni llevar a cabo investigaciones eficaces. En cambio, recurrieron a numerosas prácticas irregulares, incluida la tortura, para obtener confesiones y fabricar casos ? uno de los que fueron condenados al principio apeló más tarde con éxito y fue liberado.
Tras protestas nacionales e internacionales ante este patrón de asesinatos de mujeres e impunidad conocido como ?feminicidio?, los gobiernos federal y estatal tomaron algunas medidas para mejorar los procedimientos de prevención e investigación, sin embargo en muchos casos los responsables de los asesinatos, incluido aquel de las tres víctimas del Campo Algodonero ante la Corte Interamericana, no han sido llevados a juicio.
A pesar de haber identificado a al menos 177 funcionarios estatales posiblemente implicados en investigaciones deficientes de mujeres asesinadas en la ciudad, las autoridades nunca llevaron a juicio a ninguno de ellos. No se han proporcionado reparaciones completas por los crímenes a muchos de los familiares de las víctimas, incluida una falta de reconocimiento adecuado del no cumplimiento por parte del Estado en respetar, proteger y cumplir sus derechos y los derechos de sus familiares asesinadas según las leyes internacionales sobre derechos humanos.
La sentencia de la CIDH puede leerse en la siguiente página:
http://www.campoalgodonero.org.mx/sites/default/files/documentos/Sentencia_Campo_Algodonero_0.pdf
Se trata de un extenso documento de 167 páginas donde, a parte de los razonamientos jurídicos y del análisis de los tres asesinatos que se juzgan, se hace una extensa descripción de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, se indica que el término de feminicidio es adecuado para calificar los asesinatos del Campo Algodonero y entienda que algunos o muchos de los asesinatos de mujeres de Ciudad Juárez ?puedan haber sido cometidos por razones de género y que la mayoría han ocurrido dentro de un contexto de violencia contra la mujer?. A continuación se reproducen algunos extractos:
117. El Informe de la Relatora de la CIDH resalta que aunque Ciudad Juárez se ha caracterizado por un pronunciado aumento de los crímenes contra mujeres y hombres83 (supra párr. 108), el aumento en lo referente a las mujeres ?es anómalo en varios aspectos?, ya que: i) en 1993 se incrementaron notablemente los asesinatos de mujeres84, ii) los coeficientes de homicidios de mujeres se duplicaron en relación con los de los hombres85, y iii) el índice de homicidios correspondiente a mujeres en Ciudad Juárez es desproporcionadamente mayor que el de ciudades fronterizas en circunstancias análogas86. Por su parte, el Estado proporcionó prueba referente a que Ciudad Juárez ocupaba en el 2006 el cuarto lugar en homicidios de mujeres entre ciudades mexicanas87.
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1.3. Víctimas
122. En primer lugar, la Comisión y los representantes alegaron que las víctimas eran mujeres jóvenes de 15 a 25 años de edad, estudiantes o trabajadoras de maquilas o de tiendas u otras empresas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez desde hacía relativamente poco tiempo. El Estado no se pronunció al respecto.
123. Los alegatos de los demandantes encontraron sustento en diversos informes de entidades nacionales e internacionales que establecen que las víctimas de los homicidios parecen ser predominantemente mujeres jóvenes98, incluyendo niñas99, trabajadoras ?sobretodo de maquilas-100, de escasos recursos101, estudiantes102 o migrantes103.
1.4. Modalidad
124. En segundo lugar, la Comisión y los representantes alegaron que un número considerable de los homicidios presentaron signos de violencia sexual. Según un informe de la Fiscalía Especial, algunos de los homicidios y las desapariciones desde 1993 ?han presentado características y/o patrones conductuales similares?104.
125. Diversos informes establecen los siguientes factores en común en varios de los homicidios: las mujeres son secuestradas y mantenidas en cautiverio105, sus familiares denuncian su desaparición106 y luego de días o meses sus cadáveres son encontrados en terrenos baldíos107 con signos de violencia, incluyendo violación u otros tipos de abusos sexuales, tortura y mutilaciones108.
126. En cuanto a las características sexuales de los homicidios, el Estado alegó que según cifras del año 2004, alrededor del 26% de los homicidios obedecía a actos de índole sexual violento
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143. En el presente caso, la Corte, a la luz de lo indicado en los párrafos anteriores, utilizará la expresión ?homicidio de mujer por razones de género?, también conocido como feminicidio.
144. Para efectos de este caso, la Corte considera que, teniendo en cuenta la prueba y argumentación sobre prueba obrante en el expediente, no es necesario ni posible pronunciarse de manera definitiva sobre cuáles homicidios de mujeres en Ciudad Juárez constituyen homicidios de mujeres por razones de género, más allá de los homicidios de las tres víctimas del presente caso. Por esta razón, se referirá a los casos de Ciudad Juárez como homicidios de mujeres, aunque entienda que algunos o muchos de éstos puedan haber sido cometidos por razones de género y que la mayoría han ocurrido dentro de un contexto de violencia contra la mujer.
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1.8. Conclusiones de la Corte
164. De todo lo expuesto anteriormente, la Corte concluye que desde 1993 existe en Ciudad Juárez un aumento de homicidios de mujeres, habiendo por lo menos 264 víctimas hasta el año 2001 y 379 hasta el 2005. Sin embargo, más allá de las cifras, sobre las cuales la Corte observa no existe firmeza, es preocupante el hecho de que algunos de estos crímenes parecen presentar altos grados de violencia, incluyendo sexual, y que en general han sido influenciados, tal como lo acepta el Estado, por una cultura de discriminación contra la mujer, la cual, según diversas fuentes probatorias, ha incidido tanto en los motivos como en la modalidad de los crímenes, así como en la respuesta de las autoridades frente a éstos. En este sentido, cabe destacar las respuestas ineficientes y las actitudes indiferentes documentadas en cuanto a la investigación de dichos crímenes, que parecen haber permitido que se haya perpetuado la violencia contra la mujer en Ciudad Juárez. La Corte constata que hasta el año 2005 la mayoría de los crímenes seguían sin ser esclarecidos, siendo los homicidios que presentan características de violencia sexual los que presentan mayores niveles de impunidad.
En los primeros días de noviembre del presente año una Comisión Internacional se desplazó a México para investigar los avances en el cumplimiento de la sentencia de la CIDH. La revista Proceso, en el número 1776 del 14/11/2010 publica un artículo de Gloria Leticia Díaz, titulado Feminicidios: crímenes discriminados en el que se da cuenta de los problemas detectados. A continuación se reproducen unos extractos:
?/.. las integrantes de la misión alertan de la gravedad de la violencia contra la mujer y manifiestan su preocupación por la lentitud para atender la sentencia de la Corte Interamericana por los feminicidios en Ciudad Juárez.
?En México este fenómeno y la violencia contra las mujeres ha quedado oculto frente a la batalla contra el narcotráfico; hay un desprecio institucional por la vida de las mujeres y, por tanto, se niega la realidad?, afirma Victoria de Pablo, integrante de la Fundación de Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española?/..
Julia Monárrez Fragoso, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte y perito ante la Corte Interamericana para el caso ?campo algodonero?, afirma que hay evidencia de que los crímenes contra las mujeres se han incrementado, especialmente en Ciudad Juárez:
?De 1993 a 2007, teníamos registro de 500 niñas y mujeres asesinadas; de 2008 a octubre de 2010 ya eran 567 más. Sin embargo, el gobierno se niega a aceptar que haya feminicidios y adjudican esas muertes a ajustes de cuentas entre el narcotráfico, con lo que se desentienden de su responsabilidad de investigar.??/..
Marta Eugenia Solano Arias, representante del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito (del que depende la misión que visitó México) manifiesta su preocupación porque a casi un año de emitida la sentencia de la Corte Interamericana, ?no hay visos ni señales del Estado mexicano de intentar cumplirla; oímos hablar a funcionarios que nos decían: ?eso no es mi competencia?, y al final no sabemos a quién le corresponde cumplir??/..
Luz Estrada, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), aporta números: de enero de 2009 a junio de 2010, en 18 estados mexicanos se cometieron mil 768 asesinatos de mujeres. De ellos, en mil 74 los patrones corresponden a feminicidios (homicidios de mujeres como resultado de la discriminación de género) y ocurrieron en 13 entidades, pero sólo se dictaron 40 sentencias.
En los casos de feminicidio las víctimas fueron arrojadas en la vía pública, sus edades iban de 11 a 30 años, tenían huellas de abuso y fueron ejecutadas por estrangulamiento, quemaduras o con arma punzocortante.
Además de Chihuahua, donde se registraron 245 crímenes de ese tipo, en las 13 entidades de las que el OCNF tuvo información para ese mismo periodo las de mayor incidencia son el Estado de México (309), Quintana Roo (204), Sinaloa (125), Tamaulipas (103), Jalisco (88) y Veracruz (82).
En el Estado de México, de acuerdo con el OCNF, entre 2005 y 2010 se cometieron 900 homicidios dolosos de mujeres; de éstos, en 57% se desconoce al responsable, en tanto que en 37% el autor fue un familiar, conocido o pareja de la víctima. Además, en la entidad se tienen 99 víctimas no identificadas, lo que para Estrada podría significar que eran migrantes centroamericanas
Otra entidad con números alarmantes es Jalisco: según datos de la procuraduría estatal, en el último año y medio ha habido 187 mujeres desaparecidas con edades de entre 11 y 17 años?/..
En entrevista, Karla Michelle Salas Ramírez, representante legal de las familias de las víctimas del caso ?campo algodonero?, detalla las dificultades para el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana, de cuyos avances el gobierno federal tiene que rendir un informe el próximo 10 de diciembre: el gobierno de Chihuahua no ha publicado la sentencia, la Fevimtra se ha negado a atraer las investigaciones de los casos de desaparición y homicidio de las mujeres localizadas en el campo algodonero en 2001, no se ha sancionado a los funcionarios públicos que obstaculizaron el esclarecimiento de los crímenes y no se ha investigado ni castigado a quienes hostigan a los familiares de las víctimas.
Otros puntos de la sentencia se refieren a la construcción de ?un monumento en memoria de las mujeres víctimas de homicidio por razones de género en Ciudad Juárez? y el reconocimiento público de la responsabilidad internacional del Estado en las muertes de Laura Berenice Ramos Monárrez, Esmeralda Herrera Monreal y Claudia Ivette González.
?Alejandro Negrín (director general de Derechos Humanos y Democracia de la SRE) informó a David Peña, mi compañero en la defensa de los familiares de las víctimas, que el memorial ?que pedimos estuviera en el campo algodonero al que se refiere el caso? no se iba a construir porque es propiedad privada y no se han puesto de acuerdo qué mecanismo seguir para edificarlo, sobre todo porque el gobierno no acepta nuestra exigencia de que se incluyan los nombres de más de mil mujeres que han sido asesinadas de 1993, cuando se denunció el fenómeno, a la fecha.
El gobierno se resiste a que Ciudad Juárez quede marcada no sólo por la violencia producto del narcotráfico sino por los feminicidios. El memorial sería para el gobierno de Calderón el muro de la vergüenza?, dice Salas.
En cuanto a la disculpa pública a la que está obligado el Estado mexicano, agrega la abogada, ?se prepara un evento encabezado por Calderón al que se pretende llevar a familiares de las víctimas del campo algodonero? y a deudos de Rosendo Radilla, líder campesino desaparecido por el Ejército en Guerrero durante la guerra sucia y por cuyo caso la Corte Interamericana también condenó a México (Proceso 1706 y 1729).
A menos de 30 días de que se cumpla el plazo para que el gobierno federal rinda su informe sobre el cumplimiento de la sentencia sobre los feminicidios en Ciudad Juárez, el único avance concreto es la tramitación de indemnizaciones para los familiares de las tres víctimas por parte de la Comisión Nacional para Combatir la Violencia contra la Mujer (Conavim), apunta Salas Ramírez?/..
Los 3 documentos anteriores de los cuales hemos reproducido extractos, creemos que ofrecen una descripción bastante fidedigna de la violencia pasada y presente contra las mujeres en Ciudad Juárez. Sin embargo el retrato más fiel y profundo del horror de los feminicidios de esta ciudad mexicana se encuentra en una obra de ficción: la novela 2666, obra póstuma del escritor chileno Roberto Bolaño.
Siguiendo la estela del novelista Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas y del cineasta Francis Ford Coppola en Apocalypse Now, Roberto Bolaño consigue describir el horror ocultado de una época (la de la globalización) a partir de una manifestación paradigmática, en este caso, los crímenes de la ciudad mexicana de Santa Teresa, el nombre literario de Ciudad Juárez. Esta ciudad juega el mismo papel que Congo en la novela de Conrad y Vietnam en la película de Coppola. El propio Bolaño señaló que en su novela había un centro físico y un centro oculto. El primero es, sin duda, Ciudad Juárez, donde convergen todas las historias. Sobre el centro oculto sólo dejó pistas. Una de ellas el propio título, con la marca del diablo (666), el señor del infierno. Otra la cita de Baudelaire al inicio del libro: ?Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento?. El mismo centro oculto que sugerían el Kurtz de Conrad y el de Coppola cuando exclamaban: ¡El horror! ¡El horror!
Roberto Bolaño había pensado editar su obra en 5 libros diferentes y los editores, con acierto, la han editado en un solo libro. Que no es de lectura fácil, ni igualmente logrado en todas sus partes. No en vano Bolaño hace decir a uno de sus personajes que prefiere las obras ambiciosas, aunque imperfectas (como Moby Dick o El Proceso), a las redondas y perfectas (como Bartleby, el escribiente o La metamorfosis). Por añadidura la novela inicia su andadura por el ?desierto de aburrimiento? para ir avanzando, capítulo a capítulo, hasta el centro del ?oasis de horror? y, finalmente, sugerirnos que todo ?oasis? ha tenido su precedente. Todo ello en una prosa muy bella que, a lo largo de más de mil páginas, nos hace emocionar, comprender y disfrutar.
Los interesados en la vida y la obra de Roberto Bolaño pueden consultar la siguiente página web:
http://www.elortiba.org/bolano.html#La_última_entrevista_de_Roberto_Bolaño_
De ella hemos extraído la siguiente biografía:
Una existencia trashumante
Escritor nacido en Santiago de Chile, Bolaño ha llevado una existencia bastante trashumante. A los 15 años estaba viviendo en México, donde comenzó a trabajar como periodista y se hizo trotskista. En el 73 regresó a su país y pudo presenciar el golpe militar. Se alistó en la resistencia y terminó preso. Unos amigos detectives de la adolescencia lo reconocieron y lograron que a los ocho días abandonase la cárcel. Se fue a El Salvador: conoció al poeta Roque Dalton y a sus asesinos. En el 77 se instaló en España, donde ejerció (también en Francia y otros países) una diversidad de oficios: lavaplatos, camarero, vigilante nocturno, basurero, descargador de barcos, vendimiador. Hasta que, en los 80, pudo sustentarse ganando concursos literarios. A fines de los años 90 la suerte empezó a estar de su lado: Los detectives salvajes (1999) obtuvo el premio Herralde y el Rómulo Gallegos, considerado el Nobel de Latinoamérica. Es autor de las novelas, La pista de hielo (1993), La literatura nazi en América (1996), Estrella distante (1996), Amuleto (1999), Monsieur Pain (1999), Nocturno de Chile (2000), Una novelita lumpen (2002) y 2666 (2004), ésta última póstuma; los libros de relatos Llamadas telefónicas (1997), Putas asesinas (2001) y El gaucho insufrible (2003) y los poemarios Los perros románticos (2000) y Tres (2000). También escribió Amberes (2002), que recoge varios textos del autor y Entre paréntesis (2004), un recopilatorio de artículos, conferencias y otros textos publicados en varios medios de comunicación. Murió el 14 de julio del 2003 a consecuencia de una insuficiencia hepática.
Publicado en GALICIA-HOXE - 20.08.2010
A comunidade internacional ignora certos conflitos e "coida" doutros: sábese cantos civís afgáns morreron, non cantos somalís; houbo o quíntuplo de tropas en Iraq que na RDC. Por que o Consello de Seguridade das Nacións Unidas só examina algúns conflitos, e outros, de igual ou maior calibre, pásaos polo alto? Como se xustifica que un congolés reciba vinte e sete veces menos axuda ao desenvolvemento que un palestino ou sete veces menos que un afgán? No 2009, houbo o quíntuple de tropas internacionais en Iraq -onte Obama anunciou que, despois de seis anos, retira os exércitos norteamericanos- que en República Democrática do Congo, e perto da metade de tropas internacionais per cápita despregadas en Sudán do Sur que en Darfur. No 2008 as exportacións de armas da Unión Europea a Paquistán alcanzaron os 265 millóns de euros. Ese mesmo ano, Francia duplicaba a súa venda de municións a Israel, xusto antes da operación Chumbo fundido que causou a morte a máis de 300 nenos. E meses despois, as entregas de armas francesas ao Chad, un dos países máis pobres de África, aumentaban un 50%. O Barómetro da Protección dos Civís 2010, publicado onte por Oxfam Francia compara doce conflitos que se desenvolveron en 2009 e nos que "millóns de homes, mulleres e nenos foron ameazados, asasinados, desprazados, feridos, violados e privados do acceso á auga ou á alimentación". A conclusión? Os raseiros para medir uns e outros presentan grandes desigualdades. O Barómetro revela, por exemplo, que o plan de rescate a Grecia do Fondo Monetario Internacional (FMI) e da Unión Europea (UE) elévase a cen mil millóns de euros mentres que a axuda conxunta ao desenvolvemento para Sudán, Chad, Somalia e República Democrática de Congo non chegou, en total, aos tres millóns de euros ao longo do ano pasado. Da rexión do Swat en Paquistán ou ao Leste da República democrática do Congo, pasando por Colombia ou Iemen, o estudo destaca a amplitude das disparidades na protección das poboacións e a asistencia que se lles achega. Pon de manifesto que "até a solidariedade pode ser inxusta" e lembra estoutras inxustizas que son os "conflitos esquecidos", a indiferenza e a incapacidade de actuación. Fíxase ademais na cobertura mediática das guerras, entre eles, na operación militar israelí Chumbo fundido, lanzada na franxa de Gaza entre decembro de 2008 e xaneiro de 2009, cuxa presenza na prensa foi equiparábel que a que recibiron os conflitos bélicos da República Democrática do Congo, Paquistán, Sri Lanka, Sudán e Colombia xuntos.
"Os vínculos entre pobreza e conflito son obvios"
"A partir da recollida dos datos necesarios para a elaboración deste Barómetro, imponse a evidencia de que os medios consagrados ao seguimento e á análise das necesidades distribúense de xeito moi desigual -explica Nicolas Vercken, responsábel da prevención de conflitos e a protección da poboación de Oxfam Francia-. Así pois, se se dispón, por exemplo, de cifras consolidadas e regularmente actualizadas sobre as mortes de civís en Afganistán, en Iraq ou no conflito israelopalestino, case non existe información precisa para a RDC, Sri Lanka ou Somalia". Vercker compara a diferentes desatención cunha norma xornalística: "En prensa existe a "morte quilométrica", que fai da proximidade dun drama a primeira medida da súa importancia e esta parece desgraciadamente aplicarse moito máis aló dos medios, no conxunto da acción da comunidade internacional". Para Francisco Yermo, responsábel de Política Humanitaria de Intermón Oxfam España, os vínculos entre pobreza e conflito "son obvios", e a diferenza responde a intereses dos países máis ricos. "É facilmente explicábel que case non haxa cifras de baixas civís en Somalia, pois non é unha guerra xeoestratéxica para os estados ricos, e fai caso omiso". Por iso, o texto convida á ONU a publicar "unha análise completa e sistemática" para que a comunidade internacional, os actores humanitarios e os gobernos nacionais dispoñan de todos os elementos para "poder avaliar o impacto da violencia sobre os civís e para que así se lle poida demandar a protección necesaria".
Para rematar, Vercken fai unha reivindicación: "Sesenta anos despois da sinatura dos convenios de Xenebra, é hora de converter, por fin, a protección das poboacións no principio prioritario e absoluto de toda acción internacional e de garantir que, en calquera circunstancias, se tratarán con humanidade. Este obxectivo debe impregnar cada intención, cada decisión e cada acción da comunidade internacional. Non se poden tolerar por máis tempo as diferenzas de tratamento do sufrimento humano".
REFLEXIÓNA "reponsabilidade de protexer" pode soster a doutrina da "guerra xusta"
Explica Francisco Yermo, responsábel de Política Humanitaria de Intermón Oxfam a postura da organización sobre as necesidades da poboación civil nun escenario de guerra: "Temos unha reivindicación moi clara sobre que a poboación non combatente nunha situación de conflito armado debe ser protexida, e ese é un dereito que moitas veces non se respecta. Esta é unha responsibilidade, primeiro, dos propios Estados, e se é un conflito interno do gobeno e das partes combatentes, pero tamén, dado que isto non sempre funciona, a comunidade internacional ten a obriga de velar por isto". Tena, ademais, en virtude da norma de "responsabilidade de protexer", un termo relativamente novo que, desde 2005, logrou ser acollida na ONU como deber de socorro a poboacións vítimas de graves violacións de dereitos humanos. Tal como analiza en profundidade a investigadora María Cecilia Añaños Meza, a "responsabilidade de protexer", leva consigo unha mensaxe de intervención para o coidado dos dereitos humanos. Pero pode ser considerada como un novo intento de consolidar a doutrina do bellum iustum ou guerra xusta e, á vez, de asegurarlle á ONU unha área máis de acción no mantemento da paz no século XXI. A "responsabilidade de protexer" apareceu na ONU vinculada ás discusións sobre a intervención humanitaria en Kósovo e en vista das experiencias negativas desta organización en Somalia, Rwanda e Bosnia. En palabras de Añaños: "O obxectivo é a prevención e a detención dos catro crimes indicados: de xenocidio, de guerra, depuración étnica e crimes de lesa humanidade; e por iso reviste un carácter puramente humanitario. Trátase dun fin bo, sobre o que existe indubidabelmente un consenso. Con todo, o fin humanitario é difícil de determinar na práctica internacional e, sobre todo, de diferencialo doutros fins como os de expansión, xeo-estratéxicos ou económicos, os cales non constitúen unha quimera na imaxinación dalgúns medorentos destas intervencións, senón son realidades da vida política internacional pasada e presente, e comprobadas pola historia. Existe, pois, unha necesidade de pór baixo exame os fins humanitarios en empresas de intervención. Ademais, aínda contando con personalidade xurídica internacional, a ONU non é máis que a suma dos seus membros na súa actuación práctica, posto noutras palabras, é só o foro de negociación de políticas internacionais -e até nacionais- dos Estados membros, quen defenden os seus propios intereses, e é un reflexo fiel do desbalance e asimetrías de poder dos Estados. O exemplo máis resaltante é o Consello de Seguridade".
OS DATOS
Iraq recibiu o ano pasado o décuplo de axuda que a República democrática do Congo (RDC) e 35 veces máis que o Chad, con preto de 10 mil millóns de dólares. En termos de axuda pública ao desenvolvemento per cápita, un afgán recibía 179 dólares, a un congolés 25 dólares, a un paquistaní menos de 10 dólares.
As delegacións das axencias de prensa AFP e Reuters para RDC, Somalia, Sudán e o Chad, xuntas, non alcanzar o número de delegacións de Afganistán (9.439 contra 12.100)
Na prensa francesa, Afganistán apareceu 521 veces nos títulos das catro principais cabeceiras do país, Gaza 441 ocasións, e RDC 16 veces soamente.
A crise que tivo lugar en Paquistán implicou o desprazamento de 2,7 millóns de persoas. Desprazáronse centos de milleiros de persoas en Colombia, Filipinas, a República democrática de Congo, en Sri Lanka, Somalia ou Sur-Sudán
A ONU documentou 15.000 violacións na RDC desde 1998. Contabilizáronse 200.000 desde 1998.
Na RDC liberouse a 36.000 nenos soldados entre 2004 e 2008. A Monuc aínda documentou 848 novos casos de contratación de cativos soldados no ano 2009.
Anda sen entender o beneficio da proposta, anuncio que me sumo entusiásticamente ao boicot contra dos produtos israelíes solicitado pola habitual fronte de pseudoesquerda, con obxectivo de castigar o exercicio do dereito, recoñecido nas leis internacionais, que asiste a calquer estado de defenderse das agrasións. Súmome a idea de non consumir nada procedente de Israel. Agora ben, quero que sexa una medida completa. Por conseguinte, que os promotores do boicot, prescindan dos seus teléfonos móbiles (é tecnoloxía israelí); non consuman os xenéricos de máis garantía farmacéutica (seguramente provirán de laboratorios israelíes); que se desfagan dos ordenadores (rezuman invencións desenvolvidos por empresas de Israel); que se rexeiten os movementos ecoloxistas que preconizan novos xeitos de agricultura, sistemas avanzados de aproveitamento de augas, reciclaxe e tramento de lixo e desperdizos en xeral, a investigación de fontes de enerxía limpa e renovable, e cousas semellantes (todo esto apesta a xudeo); exámen de calisquer descubrimento científico que poida ser aplicado a millorar as condicións de vida da xente (seguramente que todos eles, ou unha boa parte cando menos, deben levar influenzas israelíes). Xa postos pido se faga algunha manifestación pola igualdade de xénero e polo respecto a liberdade sexual de cada quen, por exemplo, en Riad ou Teheran. Solicito dos pacifistas que vaian a Teherán a esixir o cese do programa nuclear de Irán. A boa xente honrada que mira toda sorte de transgresións contra dos dereitos humáns, que monte unha flotilla de socorro aos kurdos (representados, por certo, por un partido laico, musulmán ?non é contraditorio coa condición de laicos- e de traballadores); e un longo etcétera. Reclamo accións de apoio aos expulsados grecochipriotas. En resumo: boicot, antes que nada, a incongruencia.
La lista de Franco para el Holocausto
El régimen franquista ordenó en 1941 a los gobernadores civiles elaborar una lista de los judíos que vivían en España. El censo, que incluía los nombres, datos laborales, ideológicos y personales de 6.000 judíos, fue, presumiblemente, entregado a Himmler. Los nazis lo manejaron en sus planes para la solución final. Cuando la caída de Hitler era ya un hecho, las autoridades franquistas intentaron borrar todos los indicios de su colaboración en el Holocausto. EL PAÍS ha reconstruido esta historia y muestra el documento que prueba la orden antisemita de Franco
JORGE M. REVERTE 20/06/2010
Al final de la II Guerra Mundial, el régimen de Franco intentó con relativo éxito confundir a la opinión pública mundial con la fábula de que había contribuido a la salvación de miles de judíos del afán exterminador nazi. No solo era falso lo que la propaganda franquista pretendía demostrar. En la España del dictador hubo la tentación de contribuir a acabar con el "problema judío" en Europa.
La paciente labor de un periodista judío, Jacobo Israel Garzón, ha conseguido que aflorara el único documento conocido sobre el asunto, conservado por obra de la casualidad en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza. Lo publicó en la revista Raíces. A partir de ese trabajo, EL PAÍS ha continuado la indagación y ha reconstruido la historia completa de la frustrada colaboración con el Holocausto. Quiénes fueron sus protagonistas y sus cómplices. Una historia que cambia la Historia.
El 13 de mayo de 1941, todos los gobernadores civiles españoles reciben una circular remitida el día 5 por la Dirección General de Seguridad. Se les ordena que envíen a la central informes individuales de "los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia (...) indicando su filiación personal y político-social, medios de vida, actividades comerciales, situación actual, grado de peligrosidad, conceptuación policial". La orden la firma José Finat Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, el último día de su permanencia en el cargo, porque va a ser relevado por el coronel Galarza. De ese puesto va a saltar en pocos días al de embajador de la España de Franco en Berlín.
El conde es un personaje refinado y culto, y muy amigo de Ramón Serrano Suñer, el hombre fuerte del régimen [fue ministro de Interior y Asuntos Exteriores], que es quien le va dando los distintos cargos que ostenta. Ha prestado grandes servicios a Serrano y a Franco, como el de organizar a los policías que, en connivencia con el embajador Lequerica y la Gestapo, utilizando a un siniestro policía de apellido Urraca, consiguió traer a Companys y Zugazagoitia a España para sufrir una burla de juicio y ser fusilados.
José Finat hizo buenas migas con Himmler cuando este visitó España en octubre de 1940. Himmler pudo asistir a un espectáculo que le pareció cruel: una corrida de toros en Las Ventas. En esos días, ambos pusieron al día una vieja colaboración firmada por el general Severiano Martínez Anido en 1938. Gracias a ese acuerdo, la policía política alemana goza de status diplomático en España, y puede vigilar a sus anchas a los treinta mil alemanes que viven aquí.
Dentro de poco más de un mes, Finat va a ocupar su cargo de embajador en Berlín. Allí podrá entregar en persona a Himmler sus listas de judíos. Si España entra en la guerra, serán un buen regalo para los nazis. Antes va a tener tiempo suficiente para dar una paliza y emplumar por maricón a un cantante, Miguel de Molina. Le ayudará el falangista Sancho Dávila, primo del fundador del partido fascista.
El objetivo del Archivo Judaico no consiste en defender al régimen de la posible acción subversiva que puedan realizar los refugiados que pasan por España huyendo de la persecución nazi. Esos son conducidos directamente a Portugal para que se marchen a Estados Unidos, o internados en el campo de concentración de Miranda de Ebro hasta que se sepa qué hacer con ellos. De lo que se trata, sobre todo, es de tener controlados a los judíos españoles de origen sefardí:
"Las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidas sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores".
El trabajo no va a ser fácil por esa capacidad de adaptación que tienen los judíos. Sobre todo en lugares que no sean como Barcelona, Baleares y Marruecos, donde había antes de la guerra "comunidades, sinagogas y colegios especiales", y eso permite una mayor facilidad de localización.
La circular no oculta la urgencia de la acción. Hay que proteger al Nuevo Estado de la posible actuación de estos individuos, que son "peligrosos".
El coronel Valentín Galarza está poniendo patas arriba el ministerio que le ha dejado Serrano Suñer, infestado de falangistas revolucionarios. Pero no va a destrozar toda la obra de su antecesor. El Archivo Judaico se va a seguir completando con carácter de urgencia al principio y con metódica seriedad después.
¿No son acaso los judíos y los masones los enemigos fundamentales del Nuevo Estado?
Cuando haya pasado el tiempo, el Archivo Judaico será ocultado y sistemáticamente destruido, como toda la documentación comprometedora para el régimen franquista en relación con la persecución antisemita realizada en los años cuarenta. Cuando deje de ser urgente tener listas completas de israelitas y haya que justificar la patraña de que el régimen surgido del 18 de julio ayudó en todo lo posible para que se salvaran muchos judíos de la persecución nazi.
En mayo de 1941, cuando se envía la circular, resulta muy significativa la desaparición de las guardias de falangistas de la puerta del Ministerio de la Gobernación. Ya no se trata de que la represión la lleve la Falange por su cuenta, como si fuera un poder autónomo del Estado. Se trata de que el Nuevo Estado asume comportamientos que le identifican con los de la Alemania nazi, pero mediante las instituciones tradicionales, o sea, en este caso, la Policía y la Guardia Civil. Eso sí, "auxiliados por elementos de absoluta garantía".
Esos elementos son falangistas entusiastas de la represión, que hay muchos. Porque continúa en funcionamiento la Delegación Nacional de Información e Investigación, con sedes en muchos municipios españoles. Hay más de tres mil agentes del partido repartidos por toda la geografía nacional, que elaboran sin descanso expedientes sobre sospechosos. En el año anterior han escrito más de ochocientos mil informes y han elaborado fichas sobre más de cinco millones de ciudadanos. Los miembros de las delegaciones hacen informes constantes sobre la situación política en cada lugar, sobre el estado de la opinión pública, y sobre los antecedentes políticos de cualquier ciudadano que aspira a un puesto de trabajo. Y tienen el privilegio de participar en interrogatorios policiales y torturas en comisarías o cuartelillos.
A veces, fuera de las dependencias judiciales. El ricino y las palizas callejeras están a la orden del día.
Con el cambio de destino del conde de Mayalde, los falangistas dejan de ser los que encabezan este tipo de investigaciones, pero están. Siguen estando.
Los investigados para el Archivo Judaico no son gente de especial relevancia. Salvo en algún caso, como el del escritor Samuel Ros, amigo íntimo del revolucionario Dionisio Ridruejo, cuya condición de judío levantará las inquietudes de los funcionarios nazis instalados en España. Se da la circunstancia de que Ridruejo es también muy amigo del conde, con el que va a compartir muchas jornadas en Berlín durante su discontinua presencia en la División Azul, el contingente español que va a marchar a Rusia a luchar contra el comunismo a las órdenes del general Agustín Muñoz Grandes.
Los hombres de Himmler, a los que el conde de Mayalde ha dado el estatus oficial para que se muevan con soltura por el país, reclaman a la Policía española que les dé detalles sobre las actividades de Samuel Ros. Incluso se atreven a protestar porque se le permita escribir en medios oficiales como el diario falangista Arriba.
Otra de las circunstancias llamativas de la circular es que rompe con el antijudaísmo clásico de la católica España. Para la Iglesia, y por tanto para el régimen nacional católico amparado por los cardenales Pla i Deniel y Gomà, un judío deja de serlo si se convierte al catolicismo. Los nazis consideran que se trata de una raza, y el conde de Mayalde expresa claramente su concepción próxima a la de los seguidores de Hitler: los sefardíes, que por "su adaptación al ambiente y su similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen". Hay un temperamento español y un origen judío.
La fecha en que se emite la circular tampoco es casual. En España se debate desde hace meses la posibilidad de que el país entre en guerra al lado de Alemania. Y los más furibundos partidarios de esta opción son los falangistas revolucionarios, los nacionalsindicalistas que admiran a Hitler y comprenden su política de liquidación del judaísmo.
En Francia, las autoridades de Vichy han puesto en marcha, sin necesidad de que los ocupantes alemanes se lo pidan, un Estatuto Judío que incluye un censo. Ya hay muchos miles de judíos franceses o apátridas recluidos en campos de concentración en la zona de Vichy y en la zona ocupada. En todos ellos la autoridad le corresponde a la policía francesa. De esos campos saldrán los trenes de la muerte que conducirán a casi todos los judíos franceses al exterminio en Auschwitz.
El más importante está al lado de París, en una localidad llamada Drancy, donde catorce sefardíes españoles han sido recluidos. Un diplomático llamado Bernardo Rolland de Miota, cónsul general en París, intenta, contra las órdenes del embajador Lequerica y del ministro Serrano Súñer, salvarles. No lo consigue, aunque sí puede actuar a favor de otros dos mil que reciben protección de su consulado. Serrano Suñer le hará pagar por su desobediencia destinándole a un oscuro puesto africano. Será declarado por la Fundación Wallenberg "justo entre las naciones", un título al que se harán acreedores otros diplomáticos españoles, como Sebastián de Romero, Eduardo Propper, Julio Palencia, Ángel Sanz Briz o Carmen Schrader.
»LA REUNIÓN DE WANNSEE. A las afueras de Berlín hay un plácido barrio de casas residenciales donde muchos berlineses de posición económica acomodada pasan los fines de semana. Antes para alejarse del estruendo de la gran urbe. Ahora para eludir la incomodidad de las alarmas aéreas. El barrio se llama Wannsee, y está construido a las orillas del lago del mismo nombre.
Allí se solazan y descansan los responsables de la Seguridad del Estado hitleriano. Los jefes de los Eisantzgruppen, estresados, se recuperan del pesado trabajo de matar en masa a tantos judíos, a tantos partisanos y comisarios bolcheviques. Lo hacen en una casa adquirida por la Seguridad del Reich, que dirige un asesino en masa llamado Reinhardt Heydrich.
Heydrich, el virtuoso violinista que, a las órdenes de Himmler, desarrolla la matanza de los judíos, ha hecho balance, y este no es nada bueno. Con gran esfuerzo y un enorme gasto de munición y recursos, se ha conseguido matar solo a un millón de judíos en números redondos, de los más de once que se calcula que están en los territorios del Reich o en las zonas conquistadas. Y lo que no cabe ya, a la vista de la reacción del Ejército soviético, que ha detenido la ofensiva sobre Moscú y Leningrado, es pensar en expulsar a todos los hebreos hasta los montes Urales para que allí se extingan.
Hasta octubre de 1941, se ha conseguido que quinientos treinta y siete mil judíos se marcharan de los territorios del Reich. Unos quinientos mil, de Alemania y Austria; los treinta mil restantes, de Bohemia y Moravia. Pero esta política está realmente acabada, porque trae muchos problemas, en plena guerra, negociar transportes, destinos e itinerarios.
Mientras a los de las repúblicas bálticas se les mata en bosques o se les enrola por la fuerza en destacamentos de trabajo, en Varsovia sigue habiendo un gueto poblado por decenas de millares de judíos polacos que absorben recursos alimenticios, que obligan a dedicar numerosas tropas a controlarles. No es barato liquidar el problema judío. Los responsables de cada área ocupada se las ven y se las desean para cumplir con una orden muy vaga, la de que cada uno se las tiene que arreglar para matar a sus judíos. Pero eso no es fácil. Hans Frank, el gobernador general de Polonia, ha mostrado su desesperación hace pocas semanas: "No podemos fusilar a esos tres millones y medio de judíos, no podemos envenenarles, pero tenemos que ser capaces de dar pasos para encontrar una forma de llegar al éxito en el exterminio".
Es 20 de enero y en el palacio de Wannsee, junto al lago de aguas cristalinas, Heydrich ha reunido a los quince mejores expertos en matanzas porque ha recibido la orden de poner de una vez en marcha la "solución final" de ese problema. Hay que tomarse en serio el asunto, y ordenar los métodos, convertir el empeño en un sistema industrial eficiente en resultados concretos y en términos de economía. Y la consigna debe carecer de elementos que permitan la duda. A partir de ahora está claro que lo que procede es matar a todos, absolutamente todos, los judíos que se encuentran en territorios del Reich o en zonas conquistadas. No solo en esas áreas, sino también en el resto de Europa. Porque quedan muchos judíos en países rendidos o aliados. En casi ninguno de ellos se va a encontrar ningún problema para aplicar la solución. Sí en Italia, que es un aliado dubitativo en este asunto, pero no hay quejas sobre la actitud de Francia.
Hitler ha hecho hincapié varias veces en su "profecía" de que, si se produjera una nueva guerra mundial, los judíos desaparecerían de la faz de la tierra. Ahora ya no puede haber vacilaciones. Ya hay una guerra mundial desde que Estados Unidos se han enrolado en ella. Dentro de diez días, en un sitio público, el Sportpalas de Berlín, el Führer va a insistir en ello: "Esta guerra no tendrá un final como imaginan los judíos, con el exterminio de los pueblos arios de Europa, sino que el resultado de esta guerra será la aniquilación de la judería. Por primera vez, la antigua ley judía será aplicada ahora: ojo por ojo y diente por diente".
No hay constancia documental de que en Wannsee se hable de España. Se hace notar, simplemente, que allí hay seis mil judíos. Pero su destino está claro, para cuando se pueda atender la relación con este país. Lo seis mil están censados por algún organismo del Gobierno, que ha pasado nota a los representantes alemanes en la Embajada de Madrid. El censo que inició el 5 de mayo de 1941 José Finat, conde de Mayalde, ahora embajador en Berlín. Están todos localizados.
Una compleja serie de razones impedirá que España entre en la guerra al lado de Alemania. Eso evitará que los nombres incluidos en el Archivo Judaico pasen a formar parte de los listados de Auschwitz.
A finales de 1945, los archivos de los ministerios de Gobernación y de Asuntos Exteriores serán expurgados para que no quede nada que demuestre que la mayor actitud de piedad de Franco hacia los judíos fue dejar pasar a algunos, o soportar en ocasiones la acción individual de los pocos diplomáticos que se la jugaron por salvar vidas humanas.
El Archivo Judaico habría sido un hermoso regalo para Hitler. Su conservación, una repugnante prueba de lo que los falangistas de Ramón Serrano Suñer pretendían hacer con los judíos españoles.
El cinismo franquista llegó al extremo cuando tuvo que negociar con los aliados vencedores en la guerra la liquidación de las deudas con Alemania. La delegación española se atrevió, ante el escándalo de los representantes aliados, a pedir compensación por los daños patrimoniales causados por los nazis a los sefardíes de Tesalónica. El representante inglés McCombe tuvo que recordar en la reunión que España jamás había protestado por la persecución nazi contra sus compatriotas.
Un buen antecedente de lo que se está llamando ?el caso Garzón? sería el ?caso Dreyfus?. Por todo lo que esconde, y la contradicción entre el personaje y el tema de fondo.
Judío rico, de familia de orden, capitán patriota, interesado ante en subir el escalafón? Durante la ?Gran Guerra? fue un militar más, uno de los responsables de aquella carnicería.
Leyendo, descubrí que la dudosa calidad humana del personaje afectó a parte de la izquierda que no encontró motivos para no salir en su defensa. El (entonces) socialista René Viviani habló por muchos cuando dijo: ?No se habría hecho tanto por un pobre?. También dudó Jaurés, y también ?el primer judío que se alzó por n judío?, Bernard Lazare, que en un principio no pudo ocultar su rechazo a defender alguien así.
Este era el hombre. Lazare era escritor judío francés anarquizante (Nimes, 1865-París, 1903), nacido en el seno de una familia hebrea instalada en el Mediodía francés desde hacía siglos Se fue a vivir siendo muy joven en París para acabar los estudios. Atraído por las letras, escribe junto con su primo, el poeta Ephraïn Mikhaël, muerto a los 24 años, una leyenda dramática en tres actos, La novia de Corinto. Después publicó El espejo de las leyendas, selección de cuentos filosóficos más un libro de entrevistas. Su mayor prestigio viene de El antisemitismo, su historia y sus causas (1894), una brillante obra escrita en respuesta a los libros antisemitas de Edouard Drumont. Los que tratan de encontrar un defensor del capitán, llaman a su puerta. Dubita, pero finalmente toma partido. La cuestión es clara: no se trataba solamente de Dreyfus sino de los judíos, porque se le había condenado en tanto que judío.
Poco después, en 1894 Lazares, logró convencer a Emile Zola. Este es un hombre que precede de una tradición conservadora, que había maldecido la ?Commune?, pero que gracias a Lazare descubre que Alfred Dreyfus, ha sido condenado a prisión y degradado en un proceso irregular. Sabe que la condena del Consejo de Guerra basada en pruebas falsas, se originó en una serie de encubrimientos en los altos mandos, el verdadero responsable fue absuelto, la opinión pública alimentada por el fanatismo antisemita ratifica el veredicto. En 1897 la valiente denuncia del complot por parte de Zola comienza cobrándose su primera víctima, el vicepresidente del senado Scheurer-Kestner es objeto de una despiadada campaña de calumnias. El texto de la denuncia, el ?Yo acuso? de emile Zola, quedará para la posteridad como un ejemplo de honestidad y valentía, como ejemplo de un intelectual que se la juega por la verdad (con el tiempo se descubrió que su muerte fue provocada), y que desprecia los cargos los honores.
En 1898, Emile Zola se enfrenta a la opinión pública y el diario le cierra sus puertas. Zola asume costos y riesgos, ha afirmado 'la verdad esta en marcha y nada ni nadie podrá detenerla'. El capitán Esterhazy, el verdadero traidor, es absuelto y aclamado en una parodia de juicio. Zola dirige una carta abierta al presidente Faure publicada desde el diario L'Aurore el 13 de enero de bajo el título de J'Acusse (Yo Acuso), sus fulminantes efectos dividirán a Francia durante décadas. El diario que dirige George Clemenceau ha puesto en la calle una tirada de 300.000 ejemplares operando al máximo de sus posibilidades y agotando su edición en pocas horas.
El propio Zola es finalmente procesado y condenado a un año de prisión en medio de un clima amenazador y descontrolado enturbiado por la acción de la prensa amarilla, durante seis meses se suceden las instancias de apelación por vicios procesales. Zola, amenazado, perseguido y difamado debe fugarse a su pesar a Inglaterra y es condenado en rebeldía. El escándalo que es seguido por la prensa extranjera trasciende Europa y su causa movilizará durante su destierro forzoso crecientes adhesiones y reconocimientos de franceses y extranjeros. La verdad finalmente no se detendrá, Dreyfus será nuevamente juzgado y condenado a una pena menor en medio de nuevos desórdenes. Las evidencias de la conspiración comienzan a salir a la luz, uno de los conjurados se suicida.
No hay que decir que, al margen de la calidad humana del capitán Dreyfus, su caso puede definirse como la primera batalla contra el fascismo en Europa (los antidreyfusistas serán décadas más tarde los ?colaboracionistas? de la ocupación nazi), y fue una batalla ganada por las izquierdas, incluyendo la anarquista y la socialista, aunque en este caso hubo un sector que permaneció al margen. Fue el sector liderado por Jules Guesde que siguió analizando el ?caso? como una manera contradicción interburguesa, mientras que el ?reformista republicano? Jean Jaurés se colocó en la primera línea dreyfusista junto con los ?intelectuales? radicales como Anatole France y Romain Rolland. Más tarde, cuando llega la guerra mundial, Jaurés será asesinado por su radical oposición mientras que el ?marxista? Jules Guesde vota a favor de los créditos de guerra.
En sus últimos años, Zola había evolucionado hacia la izquierda, quizás notando ?doctrinariamente? ya que siguió defendiendo una cierto ?fourierismo? (aunque sobre esto cabría matizar mucho), aunque todo sobresalió por su compromiso ?a tumba abierta?, por su intachable honestidad, escribiendo con su acto un ?momento en la conciencia humana?, una gesta sobre la que se tendría que dar información en las escuelas, empezando por las de información socialista. Para un buen debate hasta existe una excelente película de William Dieterle, La vida de Emile Zola, con un pletórico Paul Muni, seguramente, la máxima expresión de la izquierda de Hollywood en los años treinta.
Zola fue admirado con entusiasmo por anarquistas y marxistas, según la Kruspkaya, Lenin llevaba siempre su foto en su cartera, y durante los llamados ?procesos de Moscú?, Trotsky buscó un émulo de Zola?
En el juicio contra Dreyfus no se le juzgaba en tanto que rico y menos como capitán, se le juzgaba en tanto que judío. En el ?caso Garzón? no se le juzgará por lo que Rodriguez Zapatero más lo valora, se le juzgara por otras actuaciones: las que más han molestado a la derecha que no quiere que se toque la impunidad que siempre ha gozado. Es el Garzón que pidió la extradición de Pinochet molestando a las autoridades (laboristas y conservadoras) británicas, pero sobre todo, se juzga al que ha tratado de investigar el genocidio franquista?
Confundir una cosa con otra es tropezar por dos veces en la piedra de Guesde.
Anexo: CARTA de Emile Zola A M. Felix Faure - Presidente de la Republica Francesa
Señor: Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensasteis, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, esta amenazada por la más vergonzosa e imborrable mancha?
Habéis salido sanos y salvo de bajas calumnias, habéis conquistado los corazones. Aparecisteis radiante en la apoteosis de la fiesta patriótica que, para celebrar la alianza rusa, hizo Francia, y os preparáis a presidir el solemne triunfo de nuestra Exposición Universal, que coronará este gran siglo de trabajo, de verdad y de libertad. Pero que mancha de cieno sobre vuestro nombre - iba a decir sobre vuestro reino - puede imprimir este abominable proceso Dreyfus! Por lo pronto, un consejo de guerra se atreve a absolver a Esteráis, bofetada suprema a toda verdad, a toda justicia. Y no hay remedio; Francia conserva esa mancha y la historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra presidencia.
Puesto que se ha obrado tan sin razón, hablaré. Prometo decir toda la verdad y la diré si antes no lo hace el tribunal con toda claridad. Es mi deber: no quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro del inocente que expía a lo lejos cruelmente torturado, un crimen que no ha cometido.
Por eso me dirijo a vos gritando la verdad con toda la fuerza de mi rebelión de hombre honrado. Estoy convencido de que ignoráis lo que ocurre. ¿Y a quien denunciar las infamias de esa turba malhechora de verdaderos culpables sino al primer magistrado del país?
-Ante todo, la verdad acerca del proceso y de la condenación de Dreyfus.
Un hombre nefasto ha conducido la trama; el coronel Paty de Clam, entonces comandante. El representa por sí solo el asunto Dreyfus; no se le conocerá bien hasta que una investigación leal determine claramente sus actos y sus responsabilidades. Aparece como un espíritu borroso, complicado, lleno de intrigas novelescas, complaciéndose con recursos de folletín, papeles robados, cartas anónimas, citas misteriosas en lugares desiertos, mujeres enmascaradas. El imaginó lo de dictarle a Dreyfus la nota sospechosa, el concibió la idea de observarlo en una habitación revestida de espejos, es a el a quien nos presenta el comandante Forzineti, armado de una linterna sorda, pretendiendo hacerse conducir junto al acusado, que dormía, para proyectar sobre su rostro un brusco chorro de luz para sorprender su crimen en su angustioso despertar. Y no hay para que diga yo todo: busquen y encontrarán cuanto haga falta. Yo declaro sencillamente que el comandante Paty de Clam, encargado de instruir el proceso Dreyfus y considerado en su misión judicial, es en el orden de fechas y responsabilidades el primer culpable del espantoso error judicial que se ha cometido.
La nota sospechosa estaba ya, desde hace algún tiempo, entre las manos del coronel Sandherr, jefe del Negociado de Informaciones, que murió poco después, de una parálisis general. Hubo fugas, desaparecieron papeles (como siguen desapareciendo aún), y el autor de la nota sospechosa era buscado cuando se afirmó a priori que no podía ser más que un oficial del Estado mayor, y precisamente del cuerpo de artillería; doble error manifiesto que prueba el espíritu superficial con que se estudió la nota sospechosa, puesto que un detenido examen demuestra que no podía tratarse más que de un oficial de infantería.
Se procedió a un minucioso registro; examinándose las escrituras; aquello era como un asunto de familia y se buscaba al traidor en las mismas oficinas para sorprenderlo y expulsarlo. Desde que una sospecha ligera recayó sobre Dreyfus, aparece el comandante Paty de Clam, que se esfuerza en confundirlo y en hacerle declarar a su antojo. Aparecen también el ministro de la Guerra, el general Mercier, cuya inteligencia debe ser muy mediana, el jefe de Estado Mayor, general Boisdeffre, que habrá cedido a su pasión clerical, y el general Gonse, cuya conciencia elástica pudo acomodarse a muchas cosas. Pero en el fondo de todo esto no hay más que el comandante Paty de Clam, que a todos los maneja y hasta los hipnotiza, porque se ocupa también de ciencias ocultas, y conversa con los espíritus. ¡Parecen inverosímiles las pruebas a que se ha sometido al desdichado Dreyfus, los lazos en que se ha querido hacerle caer, las investigaciones desatinadas, las combinaciones monstruosas... que denuncia tan cruel!.
Ah! Por lo que respecta a esa primera parte, es una pesadilla insufrible, para quien esta al corriente de sus detalles verdaderos.
El comandante Paty de Clam prende a Dreyfus y lo incomunica. Corre después en busca de la señora de Dreyfus y le infunde terror, previniéndola que, si habla su esposo esta perdido. Entre tanto, el desdichado se arranca la carne y proclama con alaridos su inocencia, mientras la instrucción del proceso se hace como una crónica del siglo XV, en el misterio, con una terrible complicación de expedientes, todo basado en una sospecha infantil, en la nota sospechosa, imbécil, que no era solamente una traición vulgar, era también un estúpido engaño, porque los famosos secretos vendidos eran tan inútiles que apenas tenían valor. Si yo insisto, es porque veo en este germen, de donde saldrá más adelante el verdadero crimen, la espantosa denegación de justicia, que afecta profundamente a nuestra Francia. Quisiera hacer palpable como pudo ser posible el error judicial, como nació de las maquinaciones del comandante Paty de Clam y como los generales Mercier, Boisdeffre y Gonse, sorprendidos al principio, han ido comprometiendo poco a poco su responsabilidad en este error, que mas tarde impusieron como una verdad santa, una verdad indiscutible, desde luego, solo hubo de su parte incuria y torpeza; cuando mas, cedieran a las pasiones religiosas del medio y a prejuicios de sus investiduras. ¡Y vayan siguiendo las torpezas!
Cuando aparece Dreyfus ante el Consejo de guerra, exigen el secreto más absoluto. Si un traidor hubiese abierto las fronteras al enemigo para conducir al emperador de Alemania hasta Nuestra Señora de París, no se hubieran tomado mayores precauciones de silencio y misterio.
Se murmuran hechos terribles, traiciones monstruosas y, naturalmente, la Nación se inclina llena de estupor, no halla castigo bastante severo, aplaudir la degradación pública, gozar viendo al culpable sobre su roca de infamia devorada por los remordimientos..... ¿Luego es verdad que existen cosas indecibles, dañinas, capaces de revolver toda Europa y que ha sido preciso para evitar grandes desdichas enterrar en el mayor secreto?. ¡No! Detrás de tanto misterio solo se hallan las imaginaciones románticas y dementes del comandante Paty de Clam. Todo esto no tiene otro objeto que ocultar la más inverosímil novela folletinesca. Para asegurarse, basta estudiar atentamente el acta de acusación leída ante el Consejo de guerra.
Ah! ¡Cuanta vaciedad! Parece mentira que con semejante acta pudiese ser condenado un hombre. Dudo que las gentes honradas pudiesen leerlas sin que su alma se llene de indignación y sin que se asome a sus labios un grito de rebeldía, imaginando la expiación desmesurada que sufre la víctima en la Isla del Diablo.
Dreyfus conoce varias lenguas: crimen. En su casa no hallan papeles comprometedores; crimen. Algunas veces visita su país natal; crimen Es laborioso, tiene ansia de saber; crimen. Si no se turba; crimen. Todo crimen, siempre crimen... ¡Y las ingenuidades de redacción, las formales aserciones en el vacío! Nos habían hablado de catorce acusaciones y no aparece más que una: la nota sospechosa. Es más: averiguamos que los peritos no están de acuerdo y que uno de ellos, M. Gobert, fue atropellado militarmente porque se permitía opinar contra lo que se deseaba. Hablase también de veintitrés oficiales, cuyos testimonios pasarían contra Dreyfus. Desconocemos aún sus interrogatorios, pero lo cierto es que no todos lo acusaron, habiendo que añadir, además, que los veintitrés oficiales pertenecían a las oficinas del ministerio de la guerra. Se las arreglan entre ellos como si fuese un proceso de familia, fijaos bien en ello: el Estado Mayor lo hizo, lo juzgó y acaba de juzgarlo por segunda vez.
Así, pues, solo quedaba la nota sospechosa acerca de la cual los peritos no estuvieron de acuerdo. Se dice que, en el Consejo, los jueces iban ya, naturalmente a absolver al reo, y desde entonces, con obstinación desesperada, para justificar la condena, se afirma la existencia de un documento secreto, abrumador; el documento que no se puede publicar, que lo justifica todo y ante el cual todos debemos inclinarnos: el Dios invisible e incognoscible!. Ese documento no existe, lo niego con todas mis fuerzas. Un documento ridículo, si, ¡tal vez el documento en que se habla de mujercillas y de un señor D... que se hace muy exigente, algún marido, sin duda, que juzgaba poco retribuidas las complacencias de su mujer!. Pero un documento que interese a la defensa nacional, que no puede hacerse público sin que se declare la guerra inmediatamente, ¡no, no! Es una mentira, tanto mas odiosa y cínica, cuanto que se lanza impunemente sin que nadie pueda combatirla. Los que la fabricaron, conmueven el espíritu francés y se ocultan detrás de una legítima emoción; hacen enmudecer las bocas, angustiando los corazones y pervirtiendo las almas. ¡No conozco en la historia un crimen cívico de tal magnitud!
He aquí, señor Presidente, los hechos que demuestran como pudo cometerse un error judicial. Y las pruebas morales, como la posición social de Dreyfus, su fortuna, su continuo clamor de inocencia, la falta de motivos justificados, acaban de ofrecerlo como una víctima de las extraordinarias maquinaciones del medio clerical en que se movía, y del odio a los puercos judíos que deshonran nuestra época.
Y llegamos al asunto Esterhazy. Han pasado tres años y muchas conciencias permanecen turbadas profundamente, se inquietan, buscan, y acaban por convencerse de la inocencia de Dreyfus.
No historiaré las primeras dudas y la final convicción de M. Scheurer-Kestner. Pero mientras el rebuscaba por su parte, acontecían hechos de importancia en el Estado Mayor. Murió el coronel Sandherr y sucedióle como jefe del Negociado de informaciones, el teniente coronel Picquart, quien por esta causa, en ejercicio de sus funciones, tuvo un día ocasión de ver una carta telegrama dirigida al comandante Esterhazy por un agente de una potencia extranjera. Era su deber abrir una información y no lo hizo sin consultar con sus jefes, el general Gonse y el general Boisdeffre y luego con el general Billot, que había sucedido al de la Guerra. El famoso expediente Picquart, de que tanto se ha hablado, no fue más que el expediente Billot, es decir, el expediente instruido por un subordinado cumpliendo las ordenes del ministro, expediente que debe existir aún en el ministerio de la Guerra. Las investigaciones duraron de mayo a septiembre de 1896, y es preciso decir bien alto que el general Gonse estaba convencido de la culpabilidad de Esterhazy y que los generales Boisdeffre y Billot no ponían en duda que la célebre nota sospechosa fuera de Esterhazy. El informe del teniente coronel Picquart había conducido a esta prueba cierta. Pero el sobresalto de todos era grande, porque la condena de Esterhazy obligaba inevitablemente a la revisión del proceso Dreyfus; y el Estado Mayor a ningún precio quería desautorizarse.
Debió haber un momento psicológico de angustia suprema entre todos los que intervinieron en el asunto; pero es preciso notar que, habiendo llegado al ministerio el general Billot, después de la sentencia dictada contra Dreyfus, no estaba comprometido en el error y podía esclarecer la verdad sin desmentirse. Pero no se atrevió, temiendo acaso el juicio de la opinión pública y la responsabilidad en que habían incurrido los generales Boisdeffre y Gonse y todo el Estado Mayor. Fue un combate librado entre su conciencia de hombre y todo lo que suponía el buen nombre militar. Pero luego acabó por comprometerse, y desde entonces, echando sobre sí los crímenes de los otros, se hace tan culpable como ellos; es más culpable aún, porque fue árbitro de la justicia y no fue justo. ¡Comprended esto! Hace un año que los generales Billot, Boisdeffre y Gonse, conociendo la inocencia de Dreyfus, guardan para si esta espantosa verdad. ¡Y duermen tranquilos, y tienen mujer e hijos que los aman!
El coronel Picquart había cumplido sus deberes de hombre honrado. Insistió cerca de sus jefes, en nombre de la justicia, suplicándoles, diciéndoles que sus tardanzas eran evidentes ante la terrible tormenta que se les venía encima, para estallar, en cuanto la verdad se descubriera. Monsieur Scheurer-Kestner rogó también al general Billot que por el patriotismo activara el asunto antes de que se convirtiera en desastre nacional. ¡No! El crimen estaba cometido y el Estado Mayor no podía ser culpable de ello. Por eso, el teniente coronel Picquart fue nombrado para una comisión que lo apartaba del ministerio, y poco a poco fueron alejándose hasta el ejército expedicionario de Africa, donde quisieron honrar un día su bravura, encargándole una misión que le hubiera la vida en los mismos parajes donde el marques de Mopres encontró la muerte. Pero no había caído aún en desgracia; el general Gonse mantenía con el una correspondencia muy amistosa. Su desdicha era conocer un secreto de los que no debieran conocerse jamás.
En París la verdad se abría camino, y sabemos ya de que modo la tormenta estalló. M. Mathieu Dreyfus denunció al comandante Esterhazy como verdadero autor de la nota sospechosa; mientras M.Scheurer-Kestner depositaba entre las manos del guardasellos una solicitud pidiendo la revisión del proceso. Desde ese punto el comandante Esterhazy entre en juego. Testimonios autorizados lo muestran como loco, dispuesto al suicidio, a la fuga. Luego, todo cambia, y sorprende con la violencia de su audaz actitud había recibido refuerzos: un anónimo advirtiéndole los manejos de sus enemigos; una dama misteriosa que se molesta en salir de noche para devolver un documento que había sido robado de las oficinas militares y que le interesaba conservar para su salvación. Comienzan de nuevo las novelerías folletinescas, en la que reconozco los medios ya usados por la fértil imaginación del teniente coronel Paty de Clam. Su obra, la condenación de Dreyfus, peligraba, y sin duda quiso defender su obra. La revisión del proceso era el desquiciamiento de su novela folletinesca, tan extravagante como trágica, cuyo espantoso desenlace se realiza en la Isla del Diablo. Y esto no podía consentirlo. Así comienza el duelo entre el teniente coronel Picquart, a cara descubierta, y el teniente coronel Paty de Clam, enmascarado. Pronto se hallaran los dos ante la justicia civil. En el fondo no hay más que una cosa: el Estado Mayor defendiéndose y evitando confesar su crimen, cuya abominación aumenta de hora en hora.
Se ha preguntado con estupor cuales eran los protectores del comandante Esterhazy. Desde luego, en la sombra, el teniente coronel Paty de Clam, que ha imaginado y conducido todas las maquinaciones, descubriendo su presencia en los procedimientos descabellados. Después los generales Boisdeffre, Gonse y Boillot, obligados a defender al comandante, puesto que no pueden consentir que se pruebe la inocencia de Dreyfus, cuando este acto habría de lanzar contra las oficinas de la Guerra el desprecio del público. -Y el resultado de esta situación prodigiosa es que un hombre intachable, Picquart, el único entre todos que ha cumplido con su deber, será la víctima escarnecida y castigada. ¡Oh justicia! ¡Que triste desconsuelo embarga el corazón! Picquart es la víctima, se lo acusa de falsario y se dice que fabrico la carta telegrama para perder a Esterhazy. ¡Pero, Dios mío!, ¿por que motivo? ¿Con qué objeto? Que indiquen una causa, una sola. ¿Estar pagado por los judíos? Precisamente Picquart es un apasionado antisemita. Verdaderamente asistimos a un espectáculo infame; para proclamar la inocencia de los hombres cubiertos de vicios, deudas y crímenes, acusan un hombre de vida ejemplar. Cuando un pueblo desciende a esas infamias, esta próximo a corromperse y aniquilarse.
A esto se reduce, señor Presidente de la república, el asunto Esterhazy, un culpable a quien se trata de salvar haciéndole parecer inocente, hace dos meses que no perdemos de vista esa interesante labor. Y abrevio porque solo quise hacer el resumen, a grandes rasgos, de la historia cuyas ardientes páginas un día serán escritas con toda extensión. Hemos visto al general Pellieux, primero, y al comandante Ravary, mas tarde, hacer una información infame, de la cual han de salir transfigurados los bribones y perdidas las gentes honradas. Después se ha convocado al Consejo de guerra. ¿Como se pudo suponer que un Consejo de guerra deshiciese lo que había hecho un Consejo de guerra?
Aparte la fácil elección de los jueces, la elevada idea de disciplina que llevan esos militares en el espíritu, bastaría para debilitar su rectitud. Quien dice disciplina dice obediencia. ¿Cuando el ministro de la guerra, jefe supremo, ha declarado públicamente y entre las aclamaciones de la representación nacional, la inviolabilidad absoluta de la cosa juzgada, queréis que un Consejo de guerra se determine a desmentirlo formalmente? Jerárquicamente no es posible tal cosa. El general Billot, con sus declaraciones, ha sugestionado a los jueces que han juzgado como entrarían en fuego a una orden sencilla de su jefe: sin titubear. La opinión preconcebida que llevaron al tribunal fue sin duda esta: "Dreyfus ha sido condenado por crimen de traición ante un Consejo de guerra; luego es culpable y nosotros, formando un Consejo de guerra, no podemos declararlo inocente. Y como suponer culpable a Esterhazy, sería proclamar la inocencia de Dreyfus, Esterhazy debe ser inocente".
Y dieron el inicuo fallo que pesará siempre sobre nuestros Consejos de Guerra, que hará en adelante sospechosas todas sus deliberaciones. El primer Consejo de guerra pudo equivocarse; pero el segundo ha mentido. El jefe supremo había declarado la cosa juzgada inatacable, santa, superior a los hombres, y ninguno se atrevió a decir lo contrario. Se nos habla del honor del ejército; se nos induce a respetarlo y amarlo. Cierto que si; el ejército que se alzara en cuanto se nos dirija la menor amenaza, que defenderá el territorio francés, lo forma todo el pueblo, y solo tenemos para el ternura y veneración. Pero ahora no se trata del ejército, cuya dignidad justamente mantenemos en el ansia de justicia que nos devora; se trata del sable, del señor que nos darán acaso mañana. Y besar devotamente la empuñadura del sable del ídolo. ¡No, eso no!
Por lo demás queda demostrado que el proceso Dreyfus no era más que un asunto particular de las oficinas de guerra; un individuo del Estado Mayor, denunciado por sus camaradas del mismo cuerpo, y condenado, bajo la presión de sus jefes.
Por lo tanto, lo repito, no puede aparecer inocente sin que todo el Estado mayor aparezca culpable. Por esto las oficinas militares, usando todos los medios que les ha sugerido su imaginación y que les permiten sus influencias, defienden a Esterhazy para hundir de nuevo a Dreyfus. Ah!, que gran barrido debe hacer el Gobierno republicano en esa cueva jesuítica (frase del mismo general Billot). ¿Cuando vendrá el ministerio verdaderamente fuerte y patriota, que se atreva de una vez a refundirlo, y renovarlo todo? ¡Conozco a muchas gentes que, suponiendo posible una guerra, tiemblan de angustia, porque saben en que manos esta la defensa nacional! ¡En que albergue de intrigas, chismes y dilapidaciones se ha convertido el sagrado asilo donde se decide la suerte de la patria! Espanta la terrible claridad que arroja sobre aquel antro el asunto Dreyfus; el sacrificio humano de un infeliz, de un puerco judío. Ah! se han agitado allí la demencia y la estupidez, maquinaciones locas, prácticas de baja policía, costumbres inquisitoriales; el placer de algunos tiranos que pisotean la nación, ahogando en su garganta el grito de verdad y de justicia bajo el pretexto, falso y sacrílego, de razón de Estado.
Y es un crimen mas apoyarse con la persona inmunda, dejarse defender por todos los bribones de París, de manera que los bribones triunfen insolentemente, derrotando el derecho y la probidad. Es un crimen haber acusado como perturbadores de Francia a cuantos quieren verla generosa y noble a la cabeza de las naciones libres y justas, mientras los canallas urden impunemente el error que tratan de imponer al mundo entero. Es un crimen extraviar la opinión con tareas mortíferas que la pervierten y la conducen al delirio. Es un crimen envenenar a los pequeños y a los humildes, exasperando las pasiones de reacción y de intolerancia, y cubriéndose con el antisemitismo, de cuyo mal morirá sin duda la Francia libre, si no sabe curarse a tiempo. Es un crimen explotar el patriotismo para trabajos de odio; y es un crimen, en fin, hacer del sable un dios moderno, mientras toda la ciencia humana emplea sus trabajos en una obra de verdad y de justicia.
!Esa verdad, esa justicia que nosotros buscamos apasionadamente, las vemos ahora humilladas y desconocidas! Imagino el desencanto que padecerá sin duda el alma de M. Scheurer-Kestner, y lo creo atormentado por los remordimientos de no haber procedido revolucionariamente el día de la interpelación en el Senado, desembarazándose de su carga, para derribarlo todo de una vez. Creyó que la verdad brilla por si sola, que se lo tendría por honrado y leal, y esta confianza lo ha castigado cruelmente. Lo mismo le ocurre al teniente coronel Picquart que, por un sentimiento de dignidad elevada, no ha querido publicar las cartas del general Gonse; escrúpulos que lo honran de tal modo que, mientras permanecía respetuoso y disciplinado, sus jefes lo hicieron cubrir de lodo instruyéndole un proceso de la manera mas desusada y ultrajante. Hay, pues, dos víctimas; dos hombres honrados y leales, dos corazones nobles y sencillos, que confiaban en Dios, mientras el diablo hacia de las suyas. Y hasta hemos visto contra el teniente coronel Picquart este acto innoble: un tribunal francés consentir que se acusara públicamente a un testigo y cerrar los ojos cuando el testigo se presentaba para explicar y defenderse. Afirmo que esto es un crimen más, un crimen que subleva la conciencia universal. Decididamente, los tribunales militares tienen una idea muy extraña de la justicia.
Tal es la verdad, señor Presidente, verdad tan espantosa, que no dudo quede como una mancha en vuestro gobierno. Supongo que no tengáis ningún poder en este asunto, que seáis un prisionero de la Constitución y de la gente que os rodea; pero tenéis un deber de hombre en el cual meditaréis cumpliéndolo, sin duda honradamente. No creáis que desespero del triunfo; lo repito con una certeza que no permite la menor vacilación; la verdad avanza y nadie podrá contenerla. Hasta hoy no principia el proceso, pues hasta hoy no han quedado deslindadas las posiciones de cada uno; a un lado los culpables, que no quieren la luz; al otro los justicieros que daremos la vida porque la luz se haga. Cuanto mas duramente se oprime la verdad, mas fuerza toma, y la explosión será terrible. Veremos como se prepara el más ruidoso de los desastres.
Señor Presidente, concluyamos, que ya es tiempo.
Yo acuso al teniente coronel Paty de Clam como responsable - quiero suponer inconsciente - del error judicial, y por haber defendido su obra nefasta tres años después con maquinaciones descabelladas y culpables.
Acuso al general Mercier por haberse hecho cómplice, al menos por debilidad, de una de las mayores iniquidades del siglo.
Acuso al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus, y no haberlas utilizado, haciéndose por lo tanto culpable del crimen de lesa humanidad y de lesa justicia con un fin político y para salvar al Estado Mayor comprometido.
Acuso al general Boisdeffre y al general Gonse por haberse hecho cómplices del mismo crimen, el uno por fanatismo clerical, el otro por espíritu de cuerpo, que hace de las oficinas de Guerra un arca santa, inatacable.
Acuso al general Pellieux y al comandante Ravary por haber hecho una información infame, una información parcialmente monstruosa, en la cual el segundo ha labrado el imperecedero monumento de su torpe audacia.
Acuso a los tres peritos calígrafos, los señores Belhomme, Varinard y Couard por sus informes engañadores y fraudulentos, a menos que un examen facultativo los declare víctimas de una ceguera de los ojos y del juicio.
Acuso a las oficinas de Guerra por haber hecho en la prensa, particularmente en L'Eclair y en L'Echo de París una campaña abominable para cubrir su falta, extraviando a la opinión pública.
Y por último: acuso al primer Consejo de Guerra, por haber condenado a un acusado, fundándose en un documento secreto, y al segundo Consejo de Guerra, por haber cubierto esta ilegalidad, cometiendo el crimen jurídico de absolver conscientemente a un culpable.
No ignoro que, al formular estas acusaciones, arrojo sobre mí los artículos 30 y 31 de la Ley de Prensa del 29 de julio de 1881, que se refieren a los delitos de difamación. Y voluntariamente me pongo a disposición de los Tribunales.
En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.
Solo un sentimiento me mueve, solo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente.
Os verdadeiros culpables
José Manuel Ponte
Levou dous anos de intensas pescudas oficiais, pero a pescuda deu resultado. Por fin sabemos quen son os verdadeiros culpables da última crise do capitalismo. Nun primeiro momento (de dolorosa sorpresa pola abrupta interrupción dun crecemento económico que supuñamos ilimitado), botámoslle a culpa á banca por pór en circulación uns produtos financeiros de aparente solvencia e nulo valor; ás axencias de cualificación, por haberlles outorgada credibilidade aos seus diagnósticos; aos organismos reguladores, pola súa ineptitude nos controis; e, en fin, á clase política mundial, pola súa tolerancia, cando non complicidade, cos corruptos. Nunha segunda fase, manifestámonos esperanzados (a nosa confianza no sistema está feito a proba de decepcións) nunha rápida reactivación económica mediante un acordo xeral para inxectar sumas fabulosas de diñeiro aos bancos con cargo aos nosos impostos. Desgrazadamente, a fórmula non resultou tan eficaz como esperabamos. Iso si, os bancos máis importantes recuperaron rapidamente a súa taxa de beneficio, aínda que o crédito non volveu fluír coa alegría de antes, quizais porque os banqueiros xa non se fiaban duns clientes que acreditaran unha inconsciencia fenomenal ao aceptar os seus consellos de endeudarse alegremente ata as cellas. Como pode confiar o diaño na solvencia moral e na firmeza de carácter de quen se deixou seducir polas súas tentacións? Pola súa banda, as axencias de cualificación, esquecida a escandalosa inexactitude dos seus prognósticos, retornaron a pontificar sobre a solvencia de observadores a hora de recuperarse do enorme déficit que provocara a masiva asistencia de fondos públicos a uns bancos en situación de quebra inminente. Cando a culpa se reparte tanto (gobernos, banqueiros, axencias de cualificación, peticionarios de crédito, etc) é difícil, case imposible, a esixencia de responsabilidades concretas e todo dilúese nunha especie de Fuenteovejuna global. Efectivamente, ninguén ten a culpa en exclusiva, pero alguén ten que pagar a factura cando termine a ?juerga?. E no caso que comentamos, a operación de rescate de Grecia, acordada entre o resto de países europeos e o Fondo Monetario Internacional, permitiunos identificar os pagáns desta crise; que non son outros que os pensionistas, os desempregados, os funcionarios e os traballadores que acumulan dereitos sociais inconvenientes. É dicir, a inmensa maioría da poboación. Polo que transcendeu, os pensionistas gregos con máis ingresos perderán dúas pagas extras e o resto verá conxeladas as súas retribucións durante dous anos, ao mesmo tempo que aumenta a toda a vida laboral o computo para calcular a pensión e serán necesarios 40 anos de cotización para cobrar o 100% das prestacións. Ademas diso, os funcionarios públicos perderán un 16% dos seus ingresos, abaratarase substancialmente a indemnización por despedimento e privatizaranse todas as empresas públicas susceptibles diso. Correlativamente a estas durísimas medidas contra a cidadanía, a banca recibirá unha inxección de 17.000 millóns de euros para gañar liquidez e facilitar o crédito. Durante estes pasados anos, Grecia foi un dos expoñentes máximos en Europa de corrupción política e financeira, pero é seguro que a maioría dos implicados nela non terá que responder polas súas culpas. En calquera caso, tomemos nota das medidas que alí se están tomando, porque acabarán sendo moi parecidas, senón iguales, a que se aplicarán neste e en moitos outros países, en canto sexa posible. Salvar o capitalismo é cousa de todos.
Durante las dos primeras semanas de marzo, las universidades (imitando a sus colegas en otras universidades del mundo), sembrando división, prejuicio y hostilidad.
Lo hacen como parte de la ?Semana del Apartheid Israelí?, con discursos, exhibiciones y eventos que atacan a Israel ferozmente. Los estudiantes escuchan que el Estado Judío, es, por naturaleza, un estado racista, colonialista y opresivo. Escuchan que Israel debe ser boicoteada y destruída. Los que les dicen estas cosas son ideólogos que tuercen la realidad de los hechos sobre el país mientras que ignoran las opresiones reales que ocurren en el Medio Oriente y otros lugares del globo.
Con solo notar el título del evento uno comprende que su naturaleza es maligna. La mentira que Israel es un estado apartheid es un ataque a la legitimidad del estado. El estado racista y apartheid de Sudáfrica fue merecidamente desmantelado y esta campaña busca, en forma absurda, colocar a Israel ? el país más progresista del Medio Oriente y la única democracia liberal en la región- en el banquillo de los acusados y convertirla en merecedora de ser igualmente desmantelada.
La semana del Apartheid es una ofensa a los palestinos e israelíes que tratan de lograr la paz mediante el compromiso y el reconocimiento mutuo. Los que participan se oponen a la igualdad y la tolerancia al tratar de anular el derecho del pueblo judío a la determinación propia. Proponen la discriminación al abogar por un estado para los palestinos pero buscan desmantelar el estado judío.
Martin Luther King, Junior, dijo una vez que Israel, a la que describió como ?uno de los más grandes valuartes de la democracia en el mundo?, tiene el derecho ?indiscutido? a existir. La actividad de la semana del apartheid sólo impide que se cumpla el sueño de King de paz y justicia para todos en el Medio Oriente.
La Semana del Apartheid: Determinación propia para los palestinos -- ¿pero no para los judíos?
Hablemos de Israel
Hay un hecho básico acerca de Israel que ningún observador honesto puede negar, ya sea que esté a favor de Israel, a favor de los palestinos, a favor de ambos o sea completamente indiferente.
Los ciudadanos israelíes son blancos, negros y de todos los colores intermedios; incluyen árabes y judíos, musulmanes, cristianos, agnósticos y ateos; son curdos, etíopes, rusos, polacos, iraquíes, yemenitas, etcétera. Y todo ciudadano israelí puede votar, participar en la vida política y compartir las playas, discotecas y los bancos de los parques.
En su calidad de profesor de filosofía, Bernard Harrison señala, ?de hecho Israel es, para bien o para mal, casi un ejemplo de manual de una sociedad multicultural?.
Y esta verdad por sí misma hace que cualquier pretensión acerca de un supuesto ?apartheid israelí? sea risible y, aunque resulta difícil pensar en una manera diplomática de decirlo, una gran mentira.
El veinte por ciento de los ciudadanos israelíes son árabes. Estos no sólo votan en las elecciones israelíes sino también sirven en la asamblea legislativa (o Knesset), las cortes y el ejército.
Los miembros árabes del Knesset incluyen a los que representan a los partidos sionistas convencionales, tales como Majalli Whbee de Kadima y Ayoob Kara de Likud. Pero también están representados duros críticos del estado. Por ejemplo, el miembro del Knesset Ahmad Tibi fue en una ocasión consejero del finado líder palestino Yasir Arafat.
Tanto el árabe musulmán Raleb Majadele como el árabe druso Salah Tarif fueron ex miembros del Knesset para el partido laborista convencional y ambos sirvieron como ministros en el gobierno israelí. (En su calidad de activista feminista, que se describe a sí misma como refusenik musulmana, Irshad Manji una vez preguntó retóricamente en una opinión editorial que criticaba la patraña del apartheid, ?¿Podrían los árabes siquiera ser elegibles para un sufragio si se retorcieran bajo el pulgar del apartheid?)
El árabe cristiano Salim Joubran es un juez israelí con un puesto permanente en la Corte Suprema del país. Antes del nombramiento de Joubran, el árabe musulmán Abdel Rahman Zuabi había servido como Juez de la Corte Suprema.
Y árabes, tales como Yusef Mishlav, han servido en los más altos niveles del ejército israelí.
De hecho, cualquiera que haya estado en Israel, caminado por un parque en Jerusalén, visitado una playa en Haifa, o se haya sentado en un café en Tel Aviv, probablemente se ha codeado con la minoría árabe de Israel, que sale y disfruta de sus libertades.
¿Qué es apartheid?
Simon Deng, el activista de derechos humanos sudanés y ex niño-esclavo, señaló lo evidente que resulta la falsedad del mensaje de la Semana contra el Apartheid. ?Israel no es un estado apartheid?, escribió, y explicó:
Lo sé porque escribo esto desde Jerusalén donde he visto a madres árabes paseando con sus familias; aunque también he manejado por carreteras israelíes que están protegidas de las balas y las piedras árabes por muros y vallas. Sé que los árabes van a escuelas israelíes y obtienen la mejor asistencia médica del mundo. Sé que votan y han elegido representantes al parlamento israelí. Veo rótulos callejeros en árabe, que es un idioma oficial aquí. Nada de esto era cierto para los negros bajo el apartheid en?Sudáfrica. (El defensor judío, 16/11/07)
¿Entonces, qué era el estado apartheid de Sudáfrica? Era un sistema institucionalizado de discriminación racial y de segregación estricta e impuesta legalmente que le dio a la minoría blanca el control sobre Sudáfrica y sobre su población mayoritariamente negra. Los negros, debido al color de su piel, fueron discriminados, excluidos de compartir lugares públicos con los blancos, de viajar libremente, de estudiar en universidades blancas y así sucesivamente. Estos no podían votar en las elecciones sudafricanas, y mucho menos servir al estado como miembros del parlamento, ministros o jueces.
Actualmente, la palabra apartheid tiene dos definiciones ampliamente aceptadas. La Convención Internacional de 1976 sobre la Supresión y el Castigo del Delito de Apartheid la define como sigue:
Para el propósito de la presente Convención, el término ?el delito de apartheid?, que debe incluir políticas y prácticas de segregación racial y discriminación análogas a las que se practicaron en el sur de África, deben aplicar a?actos inhumanos cometidos con el fin de establecer y mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo racial de personas al que oprime sistemáticamente.
Y el Estatuto Romano de la Corte Penal Internacional lo define como
actos inhumanos [por ejemplo, genocidio; delitos contra la humanidad; crímenes de guerra] cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática ejercido por un grupo racial sobre otro grupo o grupos raciales y perpetrado con la intención de mantener ese régimen.
¿Qué no es apartheid?
Medidas de seguridad
Obviamente, las medidas de seguridad que se implementaron durante los períodos de violencia para proteger a la diversa población de Israel difícilmente equivalen al ?apartheid?.
En otras palabras, la barrera de seguridad defensiva de Israel, que se aprobó y construyó durante la peor de las olas de terror palestinas, que empezó a finales de 2000, no guarda ninguna relación con el racismo. Esto es así a pesar del hecho de que los organizadores de la Semana contra el Apartheid con frecuencia traen a las universidades carteles y consignas sobre la barrera, que ellos apodan el "Muro de apartheid?. Por supuesto, estos activistas no mencionan a los terroristas suicidas y asesinos que se colaban fácilmente hacia Israel antes de la erección del muro, porque no pueden mencionar esta realidad sin arruinar la ilusión del apartheid que tratan de cultivar.
De la misma forma, la imitación de los ?puestos de control? que los organizadores de la Semana contra el Apartheid traen a los campus universitarios para simular los puestos de control de Israel en Cisjordania, carecen de sentido sin la presentación correspondiente de una imitación de los terroristas suicidas, a quienes los puestos de control tratan de obstaculizar.
Votación
Algunos activistas contra Israel insisten a veces en que se trata de un régimen ?apartheid? porque los palestinos que viven en Cisjordania no pueden votar en las elecciones israelíes.
Esto es absurdo. Al igual que los ciudadanos iraquíes que viven bajo la ocupación de Estados Unidos votan en las elecciones iraquíes y no en las elecciones estadounidenses, los palestinos en Cisjordania, casi todos ellos bajo la administración de la Autoridad Palestina, votan en las elecciones de la Autoridad Palestina y no en las elecciones israelíes. Ellos no son ciudadanos israelíes, porque Israel no ha anexado Cisjordania. Por el contrario, en más de una oportunidad Israel ha ofrecido retirarse de Cisjordania para que el territorio se convierta en un estado palestino. Los líderes palestinos han rechazado de plano estas ofertas.
Tierra
Otros activistas se refieren a la supuestamente desproporcionada propiedad de la tierra por parte de los ciudadanos árabes y judíos de Israel. Aunque de hecho, sólo el seis por ciento de la tierra israelí está disponible para la adquisición privada, la mitad de esa tierra le pertenece a la minoría árabe. Ver detalles sobre la política de la tierra de Israel aquí.
Carreteras
Un alegato afín que se utiliza con frecuencia para acusar a Israel de discriminación es la acusación de que Israel tiene ?carreteras solamente judías?. Las correcciones que han publicado los medios de noticias prominentes después de que reportaron esta afirmación dan fe de su completa falsedad. (Haga clic aquí para ver las imágenes de estas supuestas carreteras "solamente judías").
Por ejemplo, el 7 de enero de 2010 la Prensa Asociada publicó la siguiente corrección que presenta claramente los hechos: ?En algunas versiones de un episodio del 29 de diciembre con respecto a un fallo de la Corte Suprema sobre el uso de las autopistas, La Prensa Asociada reportó erróneamente que Israel tiene una red de carreteras reservadas para los judíos. Las carreteras están abiertas a todos los ciudadanos israelíes, que incluyen a los árabes, y también a los extranjeros y turistas, pero prohíben el paso virtualmente a todos los palestinos?.
Ley de retorno
La Ley de Retorno de Israel permite que los judíos inmigren fácilmente a Israel. La ley es consistente con uno de los papeles principales de Israel como refugio y patria para el largamente perseguido pueblo judío. Pero los activistas contra Israel a veces insisten en que la ley es única, malvada y una razón para boicotear, sancionar y deshacerse del estado de Israel.
Este argumento engañoso es completamente recriminado en un escrito publicado por los intelectuales Amnon Rubinstein y Alexander Yakobson. Ellos explican que:
La Ley de Retorno no discrimina entre los ciudadanos dentro del país. Esta no hace que la ciudadanía de los no judíos sea inferior en ninguna forma. Más bien, está dirigida totalmente hacia fuera, a los judíos del mundo. Por lo tanto, en la condena de la Ley de Retorno está implícita la aseveración de que se le prohíbe a Israel privilegiar a los judíos en sus leyes de inmigración y ciudadanía.
Después de señalar que ?no hay ninguna base en la ley internacional para esta crítica?, ellos señalan que:
el acceso privilegiado a los derechos de residencia e inmigración para los grupos étnicos y culturales vinculados existe bajo diferentes formas y a través de varios mecanismos legales en muchas democracias europeas occidentales de larga data: [Alemania], Irlanda, Finlandia y Grecia, así como una serie de democracias europeas nuevas, tales como Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, la República Checa y Croacia.
En otras palabras, los activistas de la Semana contra el Apartheid intentan demonizar a Israel por hacer algo que la ley internacional respalda explícitamente y que muchos otros países en el mundo occidental liberal practican. Leer el artículo de Rubinstein y Yakobson aquí.
Discriminación
Los activistas de la Semana contra el Apartheid también intentan castigar a Israel por ser un país imperfecto. Por ejemplo, hay algún nivel de discriminación y racismo en la sociedad israelí. Hay personas a las que les desagradan los árabes, otras a las que les desagradan los judíos. Algunas personas mantienen actitudes prejuiciosas hacia los judíos negros, o hacia los procedentes del Medio Oriente o los rusos. Algunas veces la Corte Suprema de Israel fuerza al gobierno a modificar políticas que pueden ser discriminatorias. Y también hay muchas personas que son de mente abierta, incluso partidarios de la coexistencia armoniosa. En otras palabras, Israel es, para bien o para mal, una democracia liberal sociológicamente normal. Una lista de otros países con características similares, muchos de los cuales padecen de un racismo mucho más arraigado e institucionalizado puede verse aquí (Sí, todos ellos).
Cuando comparamos la sociedad israelí con los activistas que señalan y demonizan a Israel por ser un país normal, libre pero imperfecto, está claro que quienes practican e incitan a la discriminación son los participantes de la Semana contra el Apartheid.
Dentro da polémica creada ao redor das decisións tomadas polo Concello de Vic (ERC+PSC+CiU+PxC)sobre o padrón municipal, quero romper unha lanza ao seu favor. Se aplicamos a simple lóxica pódese sintetizar na seguinte pregunta: Como pode ser que unha persoa, que non está legal nun país, é dicir, que entrou fraudulentamente nel, poida sen problemas darse de alta nun concello (supostamente una das autoridades competentes), e con iso acceder a todos os dereitos derivado diso? Porque logo parece que obrigacións non teñan... Noutros países europeos (Alemaña, por exemplo) é imposible darse de alta no padrón se non se xustifica o permiso pertinente para vivir no país así como o lugar de residencia mediante un contrato de aluguer ou de compra. Se non, animo aos contrarios a esta medida que se vaian a Nova York, entren ilegalmente, e tenten darse de alta no padrón municipal. Non creo que o Alcalde Bloomberg se baixe os pantalóns tal e como vén sendo costume no noso país nos últimos anos... Nota. a imaxe que ilustra este post é dunha rúa de Vic non de Islamabad
?Estoy viendo que mi dignidad y la del pueblo saharaui están siendo pisoteadas y el gobierno español es el responsable de lo que pueda ocurrir en esta huelga de hambre porque yo estoy decidida a ir hasta el final?
VS 0 | | sección: web | 04/12/2009
Aminetu Haidar responde al gobierno español
[Transcripción de la traducción simultánea de Larosi Haidar de la intervención en árabe de Aminetu Haidar ante el enviado del ministro de Asuntos Exteriores español]
Ante todo le doy las gracias al Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno español de, por lo menos después de 15 días, haber venido a ver de cerca mi situación humanitaria.
Respecto a mi situación que es ante todo inhumana, una situación en la cual se están violando todas las convenciones internacionales, sobre todo aquellas firmadas por el propio Marruecos, sobre todo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos?
No vine a España por mi propia voluntad. Vine obligada a viajar, después de una detención abusiva que duró 24 horas en el Sahara Occidental. Después de que se tomó la decisión abusiva de expulsarme de manera ilegal de mi tierra, estuve protestando durante más de una hora ante el comandante del avión. Le hice saber que él sería el responsable de lo que estaba aconteciendo y que sería cómplice de todo lo que estaba ocurriendo, le dije que no tenía pasaporte y que todos los policías que estaba viendo detrás de mí, eran los que habían confiscado mi pasaporte; que era una defensora de derechos humanos saharaui, que llegó ayer de las Islas Canarias y que me obligaron a viajar dejando a mis hijos en el Aaiún.
El comandante del avión me dijo que él no podía portar en el avión a una persona que no tenía pasaporte. El responsable de la policía marroquí le dijo que era portadora de una residencia española. Le respondí que aún así yo no podía viajar a España sin pasaporte y, sobre todo, en contra de mi voluntad.
El comandante llevó a cabo unas cuantas llamadas telefónicas y respondió que él no podía llevarme en el avión. Una vez más habló con él el responsable de seguridad marroquí y le dijo:
- ?A usted únicamente le importa esto, el billete de avión?. Le enseñó un billete de avión que tenía. ?Y ésta es una orden de la cual está al tanto el ministro de Exteriores español?.
Después de un momento, el comandante del avión recibió una llamada telefónica y se dirigió a mí y me preguntó mi nombre. Le dije mi nombre. Cuando se lo dije, el comandante hablando con la persona en el teléfono ?que yo desconocía quien era- le dijo que sí, se llama Haidar. Dejó de hablar y después de dos o tres minutos recibió otra llamada, se veía claramente que su cara había cambiado. Se dirigió al jefe de seguridad marroquí y le dijo: ?Bueno, podemos dejarlo?.
En ese momento, le hice saber que él mismo, al igual que la compañía aérea y al igual que España serían las responsables de todo lo que fuera a ocurrir.
Cuando llegué al aeropuerto de Lanzarote?yo no sabía cuando iban a llevarme, ni siquiera el destino a donde iban a llevarme...cuando despegó el avión fue cuando el comandante dijo que el destino sería Lanzarote.
Estaba en una situación de estado psicológico totalmente bajo, con depresión, era la primera vez que iba a Lanzarote. Todos mis teléfonos y tarjetas telefónicas habían sido confiscados por la policía marroquí. Entonces, para mí, eso era un secuestro. Cuando llegué al aeropuerto de Lanzarote estuve totalmente segura de ello y protesté en el avión y no quise bajar. Todos los pasajeros bajaron menos yo.
Entonces, vino la policía para bajarme, para convencerme de que iban a hablar conmigo ya que yo portaba una residencia española.
Les dije, estando en el avión, que yo no podía bajar porque no tenía pasaporte y había dejado a mis hijos detrás y venido contra mi voluntad. Me convencieron de que podría volver esa misma tarde. Pero cuando fui a la oficina de la policía, les dije que yo estaba en una situación ilegal y que, por lo tanto, no iba a salir de la zona de tránsito. El responsable de la policía me prometió, entonces, que volvería a El Aaiún a las 6, por lo que me senté con los pasajeros que viajaban al Aaiún. Entonces, el responsable me dijo, en ese momento que, en todo caso, como estaba en una situación ilegal y no tenía pasaporte, que él había recibido órdenes de que no podía ir al Aaiún. Fue entonces cuando tomé la decisión de quedarme aquí. Y lo que realmente me reforzó fue el apoyo de toda la sociedad civil española con mi causa, que ha estado aquí viniendo y apoyándome.
Estaba en una situación psicológica muy peligrosa, incluso he estado llorando, sobre todo pensando en mis hijos. Me aseguré en ese momento de que había habido un acuerdo entre el gobierno español y marroquí, que había una total complicidad en el asunto. Mediante los medios de comunicación di un aviso al gobierno español para que resolviera el asunto o que si no entraría en huelga de hambre abierta.
En lo que a mi respecta, nunca he creído que España es el enemigo. Sin embargo, estoy viendo que está jugando este mismo juego. He sido secuestrada, detenida, torturada, alejada de mis hijos por el gobierno de Marruecos, sin embargo, eso nunca me ha dolido tanto como lo que está haciendo España que es un país democrático, un Estado de derecho, y nunca pensé que llegaría a actuar de esta manera.
Realmente nunca me ha gustado ese silencio de la administración del gobierno español respecto a las violaciones de derechos humanos, de aquellos saharauis que se puede decir que aún dependen del gobierno de España, y nunca pensé que España llegaría a presentarse para hacer este tipo de trabajos que realmente tocan a la legalidad internacional. Ha habido un acuerdo con el gobierno de Marruecos.
Cuando entré en la huelga de hambre, ni siquiera se les ocurrió mandarme un representante local para que hable conmigo y vea mi problema. De la misma manera que el gobierno español ignoró a los saharauis en el año 75, actualmente también España está ignorando a una activista de derechos humanos saharaui. Y lo hace exactamente el mismo día, el mismo día negro para los saharauis que es el del acuerdo tripartito de Madrid, el 14 de noviembre. No quiero ocultar que siento indignación por parte del gobierno español, y no solo por mí, sino por todos los saharauis y los militantes de derechos humanos.
Estas soluciones que ha traído el gobierno español?quiero decir que yo no he creado esta situación de crisis? si no que son el gobierno español y marroquí los responsables de todo lo que está ocurriendo. Yo tengo una sola solicitud y es que se me devuelva a mi tierra, el Sahara Occidental, donde están mi tierra y mis hijos, con o sin pasaporte. Es vuestro problema.
Le doy las gracias al gobierno español por ofrecerme la nacionalidad española o el estatus de asilada política. Sin embargo, para mí, la nacionalidad no es una oferta por parte del gobierno español sino más bien mi derecho, un derecho como saharaui. Mi madre es española y gran parte de mis familiares son españoles. Yo nunca pensé solicitar la nacionalidad española, ni la americana ni la italiana, ésta es mi postura política personal. Estoy bajo ocupación marroquí y milito, como el resto del pueblo saharaui, para poder llegar a nuestra autodeterminación.
Marruecos no me ha dado mi pasaporte como una oferta, sino que está obligado porque es un país ocupante y, según la Cuarta Convención de Ginebra, está obligado a dar todos los derechos políticos y civiles a los ciudadanos bajo su ocupación. Yo nunca he solicitado otro pasaporte. Nunca voy a solicitar otro pasaporte porque tengo ya uno que está en vigor y el número es R559514, que no expira hasta el 2 de mayo de 2010 y puedo prorrogarlo otros cinco años, después vendría la renovación. Con esto se ve claramente que Marruecos está violando sus propias leyes pues yo no puedo tener dos pasaportes. Yo no he perdido mi pasaporte para que haga una declaración de pérdida, está confiscado por parte del gobierno marroquí.
No estoy exigiendo de España que juegue el juego de Marruecos. Marruecos es realmente quien debe de pensar mucho en esta decisión. Lo que exijo al gobierno de España es que simplemente me devuelva a mi tierra. El asunto del pasaporte y la documentación es una guerra, es mi guerra con Marruecos. Pues he estado casi 15 años pidiendo un pasaporte, hasta el año 2005, y nunca le pedí al gobierno español que interviniera en aquello. Y el único que intervino fue el gobierno americano y fue quien realmente obligó al gobierno marroquí a que me diera pasaporte.
En definitiva, estas son opciones que rechazo totalmente. Lo único que le pido al gobierno español es que me devuelva a mi tierra.
[Intervención de Agustín Santos ofreciendo las opciones de nacionalidad española y de asilo político??..]
No es necesario explicarme las dos opciones, es una pérdida de tiempo y de energía para mí. No quiero conocer las ventajas y los inconvenientes porque nunca voy a aceptar ni el asilo político ni la nacionalidad española.
[Agustín Santos ofrece el pasaporte español?]
Ante todo le doy las gracias por esta opción que, para mí, más bien la considero un derecho. Desgraciadamente, la nacionalidad española no ha podido defender a comités, asociaciones, parlamentarios españoles que han sido expulsados del Aaiún en los aviones de vuelta a España y realmente España no ha podido protegerlos. Tampoco protegió a Yarba que es un saharaui español en silla de ruedas que fue tratado duramente en el aeropuerto del Aaiún, después en el de Casablanca y finalmente se le expulsó a Barcelona.
Si la tarjeta de residencia española ha sido una especie de condena para mí, que Marruecos ha utilizado para hacerme ésto, imagínese cuando yo tenga la nacionalidad española lo que harán. Ya no podría pisar El Aaiún. Yo le doy una explicación política. Marruecos esta ahora pensando, llevando a cabo un proyecto basado en hacer, desplazar los refugiados saharauis a países terceros, todos los saharauis que estén en contra de la ocupación marroquí van a ser tratados de la misma manera, es decir, serán expulsados, se les dará la nacionalidad española y se quedarán fuera del país. No estoy pidiendo a España que me proteja de lo que me pueda hacer Marruecos de tortura y detención, que Marruecos haga ese trabajo sucio, que Marruecos me detenga.
Cuando volví a El Aaiún, el día 13, según sabe mi abogada Inés Miranda, y lo sabe Boi-tia y Marselha Gonsalves, sabía que cuando volvía habían dos posibilidades: o ser detenida o que se me confiscaran los documentos. Y esto no es algo inventado sino que parte de una realidad en las zonas ocupadas. Pues ya habían sido detenidos otros 7 activistas de derechos humanos el día 8 de octubre, que van a comparecer ante un tribunal militar y es posible que incluso se les condene a pena de muerte. Además de otros 8 activistas a los cuales se les fue confiscada toda la documentación, entre ellos, Sultanya Khaya, que además de su documentación marroquí también se le confiscó su residencia española.
Cuando yo volví a El Aaiún habían sólo esas dos posibilidades. Sin embargo, la posibilidad de la expulsión a España nunca se me había pasado por la cabeza. La expulsión como tal, no es que sea algo nuevo, siempre ha habido expulsiones de saharauis de la zona ocupada al interior de Marruecos, se les prohibía volver al Sahara. También fue expulsado otro activista a la zona que está entre el sur del Sahara y Mauritania. Pero la expulsión hacia España que es un país democrático y un país de derechos humanos nunca había ocurrido.
Desgraciadamente, hoy en día, me estoy viendo obligada a enfrentarme al gobierno español como autoridad y no a enfrentarme al gobierno marroquí. Marruecos, si tiene alguna causa contra mí, que me lleve ante los tribunales y que sea lo que tenga que ser. Pero debido a las presiones internacionales, y gracias también a los distintos galardones que se me ha dado en el extranjero, [Marruecos] pensó en otra cosa, en tirarle el balón a España. Marruecos sabe realmente quien es Aminetu Haidar pero España no conoce a Aminetu Haidar.
Mi mensaje al señor Moratinos y, mediante él, a todo el gobierno de España, es que Aminetu Haidar ha sacrificado su juventud y su vida por la dignidad y hoy estoy viendo que mi dignidad y la del pueblo saharaui están siendo pisoteadas y el gobierno español es el responsable de lo que pueda ocurrir en esta huelga de hambre porque yo estoy decidida a ir hasta el final. Pues mi dignidad está por encima de mis hijos y por encima de todos, así que no tengo nada más que ofrecer.
Dous detidos en Ciudad Real por pegar unha brutal malleira a unha muller musulmá por non levar veo. A vítima, marroquí, sufriu un aborto tras a malleira, propinada por un home e unha muller da mesma nacionalidade ás portas dun colexio
EFE - Toledo - 06/11/2009
Dúas persoas de nacionalidade marroquí, un home e unha muller, foron detidos en Socuéllamos (Ciudad Real) por propinar unha brutal malleira a unha muller embarazada, tamén marroquí, porque non levaba veo e quen perdeu ao fillo que esperaba tras a salvaxe agresión. Os feitos, coñecidos hoxe, producíronse o pasado 14 de outubro ás 9.00 horas ás portas do colexio público El Coso, cando os dous agresores acudiron a recoller ao fillo dun deles e observaron á muller sen o veo islámico que tamén fora a buscar ao seu fillo. Testemuñas presenciais relataron á Garda Civil que os dous detidos, que non gardan relación de parentesco coa vítima, propináronlle unha "brutal" malleira, despois da cal a muller sufriu un aborto. Tras a agresión, a muller, de 31 anos, foi trasladada nun primeiro momento ao centro de saúde de Socuéllamos e, posteriormente, foi ingresada no Hospital Xeral de Tomelloso. A Delegación do Goberno precisou que o 26 de outubro a vítima presentouse no cuartel da Garda Civil e comunicou aos axentes que abortara tres días antes no hospital de Tomelloso como consecuencia das lesións sufridas durante a malleira. Fontes da investigación informan de que o motivo da agresión á muller foi que non levaba o preceptivo veo islámico pola súa condición de musulmá. O pasado 29 de outubro, a Garda Civil detivo a un home e unha muller, identificados coas iniciais M.F., de 37 anos, e A.F., de 27 anos, respectivamente. A ambos se lles imputa un delito de lesións e foron postos a disposición do Xulgado de Instrución número 1 de Tomelloso.
Por Josep-Lluis Carod-Rovira
AVIU - 07.10.09
A Israel pásalle, no mundo, algo semellantemente a aquilo que, en España, ocórrelle a Catalunya. Todo é escoitar ou ver as palabras-faísca (Israel, xudeus, Catalunya, cataláns) e ao momento préndese o lume da prevención, da sospeita ou da criminalización inmediata. A súa simple mención ten a virtude de provocar reaccións irracionais de rexeitamento, alerta ou culpabilización, de pór en garda todo o mundo, polo si ou polo non... En ausencia de xudeus na paisaxe española, os cataláns fixeron a función ("os xudeus de España", dicía Pio Baroja), converténdose en xudeus sobrevindos, aos cales se aplican todos os reproches, tópicos e prexuízos do antisemitismo, quitado de matar a Cristo, cando menos até agora: xente avariciosa, interesada só polo diñeiro, etc... Moitos medos e inseguridades da uniformidade identitaria máis rancia en relación co outro, cara a aquilo que é diferente, canalizáronse, en España, contra xudeus e cataláns, facendo a miúdo unha soa cousa. O mesmo Quevedo era quen de escribir, case á vez, un libelo antixudeu e outro de anticatalá, quizais un con cada man. Todo o rexeitamento do conservadurismo máis enfrentado de cabeza ao progreso, á modernidade, aos cambios, tivo tamén os mesmos destinatarios: industria, cultura, cidade, ciencia, palabras craves tamén do catalanismo, recibiron por todas partes. Tras a barbarie da Shoáh, do Holocausto, a esquerda europea e os sectores máis ilustrados e liberais eran claramente proisraelis, seguramente pola mala conciencia e a vergoña de todo o que Europa permitira ao nazismo e tamén pola hexemonía socialista no movemento sionista de entón. Tamén, á saída da ditadura, a esquerda, e unha parte da sociedade españolas do momento, tiñan respecto e unha certa admiración por Catalunya. Pero unha actitude e a outra hai xa tempo que cambiaron de signo. Onte e hoxe, en España, xudeofobia e catalanofobia van do brazo. Máis aló da pegada xudía na nosa historia nacional, o catalanismo sempre se sentiu atraído pola historia do pobo xudeu: a conciencia e complicidade de grupo, a tenacidade para transmitir a identidade aos descendentes, en calquera lugar do mundo e en contextos moi difíciles e dramáticos, a fascinación pola construción do propio Estado nacional con xente chegada de todas partes, etc. Non é estraño, pois, que, o 1929, Rovira e Virgili se referíse ao "pútrido e fétido antisemitismo (que) aínda está vivo"; que, ao nacer "Edicións 62", en pleno franquismo, se o seu primeiro libro editado era "Nós os valencianos", de Joan Fuster, o segundo título impreso foi "O Estado de Israel". Nin tampouco que, o 1992, na conmemoración do cincocentos aniversario da expulsión dos xudeus de Sefarad, o Parlament de Catalunya fose o único, dos dezanove existentes a todo o Estado, onde se presentou, e foi aprobado por total unanimidade, unha resolución de condena daquel feito, resolución que eu mesmo tiven a honra de redactar. O antisemitismo de onte, a xudeofobia de hoxe, teñen, de feito, raíces relixiosas, onte instaladas no integrismo católico, hoxe tamén no integrismo islámico. Por isto sorprende, e só se entende como resultado da desinformación e a simplicidade con que se adoptan certas actitudes, que, ademais da ultradereita, sexan, xustamente, certas esquerdas, as abandeiradas do anti-Israel. Non quedaramos en que a laicidade era un valor de civilización? Como non parece que certas posicións se puxesen baixo a advocación do Vaticano nin tampouco da Meca, as razóns deben buscarse noutro lugar: o factor palestino, como pretexto por expresar, tamén, un antiamericanismo primario e visceral, nun momento de desorientación ideolóxica. Lamentabelmente, España é o Estado máis antisemita de Europa, pero Barcelona xa apareceu en dúas ocasions, en pouco tempo, no mesmo mapa. Sempre defendín e defendo o dereito do pobo palestino á construción do seu propio Estado nacional independente e que Israel debe retirarse de Cisxordania. Pero tamén defendín e defendo o dereito á existencia do Estado de Israel e o seu dereito a defenderse dos ataques terroristas. Hamás, con quen agora se entrevistan algúns grupos políticos españois, sen que ninguén o cuestione, como a cousa máis normal do mundo, a pesar de estar considerado como organización terrorista pola Unión Europea e Estados Unidos, é, precisamente, un dos obstáculos máis grandes para a creación do Estado palestino. Pero isto non converte a todos os palestinos en terroristas. Como tampouco que a máxima autoridade islámica de Xerusalén aproveitase a radio berlinesa, na Alemaña de Hitler, para facer chamamentos reiterados a matar aos xudeus. Nin todos os xudeus son malos, nin todos os palestinos son bos, e ao revés. Nin todos os cidadáns de Israel pensan o mesmo do seu goberno, nin todos os musulmáns poden ser sospeitosos de nada polo feito de ter esta relixión. Os problemas só serán resoltos pola vía política, non polas armas e o terrorismo. A coexistencia pacífica dos dous pobos só chegará polo acordo e a negociación, non polos atentados de suicidas ou polo derribo das casas destes. Por isto, certas actitudes e compañías non benefician nada a solución do conflito e, menos aínda, ao dereito lexítimo dos palestinos a ser Estado. Non deixa de ser sospeitoso ademais, que os únicos musulmáns obxecto de simpatía política sexan, precisamente, aqueles que teñen un conflito aberto en Israel. Onde están as voces da esquerda europea en Chechenia, ante Darfur, ante o Sahara e, ao seu momento, en Bosnia, musulmáns todos eles? Aínda lembro aquel esotérico "bombardean Serbia porque son de esquerdas", en boca dun político de "esquerdas". Non ten sentido, pois, castigar e criminalizar a todo un pobo e un país, polo simple feito de ser o pobo que é e o país que é. E, moito menos aínda, facelo desde Catalunya.