En este
blog -y también en otros lugares, incluida la comunicación formal a la Consellería de Cultura- se ha denunciado repetidamente el estado de abandono del
ara de Eiras, cuyo epígrafe espera todavía ser satisfactoriamente descifrado en su totalidad, aunque ni su exposición a los agentes atmosféricos ni su deplorable estado parecen preocupar demasiado a las administraciones culturales. En dicho epígrafe aparece el posible
topónimo de uno de los castros mayores de Galicia,
Lámbrica (San Cibrán das Las, provincia de Ourense).
El desconocido dios -o diosa- Bandua tiene en la Península Ibérica una treintena de
inscripciones. Aún así, no está suficientemente documentado de qué tipo de divinidad se trata, ni sus atributos, ni siquiera su género.
Bandua era una antigua divinidad prerromana en la Península Ibérica que gozaba de culto en un amplio territorio en la zona occidental entre el Cantábrico y el río Tajo. Sólo conocemos ese culto a través de epígrafes romanos, por lo que es de suponer que se trataría de una divinidad difícil de olvidar por la población hispana subyugada por Roma, siendo continuado su culto por las élites -romanas o romanizadas- constituyendo un caso claro de sincretismo religioso.
En un artículo publicado en la red, "
Cuatro altares de La Vera, Cáceres", GÓMEZ-PANTOJA, MADRUGA y GONZÁLEZ CORDERO describen cuatro altares o aras descubiertos en los últimos años en la comarca cacereña de La Vera. Sólo nos interesa una de ellas, un ara dedicada a
Bandua Vortiaicio?. Según el citado artículo, este altar está mutilado y retocado, provocando pérdida de letras al final de algunos renglones. Lo más llamativo es que esta ara estuvo expuesta ¡en la puerta de una taberna!. El propietario del negocio manifestó que el epígrafe había llegado a sus manos procedente de un amigo del pueblo de
Guijo de Santa Bárbara, que la poseía "
desde por lo menos veinte años antes". Dicho propietario desconocía el lugar y la fecha en la que se halló la inscripción, lo que supone una irreversible pérdida de datos y de contexto arqueológico que podría ayudarnos a conocer mejor a nuestro/a Bandua.
Pero no acaba aquí la anécdota. Los autores del artículo siguen diciendo que "
con posterioridad a esta visita, el epígrafe fue removido de ese lugar, encontrándose actualmente en paradero desconocido (...)"
La fotografía de la izquierda, realizada en 2005 y publicada en el artículo citado, es de J.L. Gómez-Pantoja, a quien agradezco su amabilidad por permitirme reproducirla.
Esperamos noticias positivas del paradero de esta fuente histórica, patrimonio cultural de todos. Esperemos, también, que las administraciones culturales se involucren algo más en la protección de nuestra riqueza arqueológica. Esperemos, en fin, que el
ara de Eiras no corra la misma suerte.