Lámbrica es un gran castro o
citania entre los ayuntamientos de San Amaro y Punxín, en la provincia de Ourense. Se ubica en una suave colina de 469 m. de altitud,
elevación que tiende a ser llana en su parte superior, por eso sus inmediaciones son todavía hoy conocidas como
A Chaira. Otra denominación tradicional es
Monte da Cidade. Conocemos el nombre de
Lámbrica por la inscripción de un
ara romana encontrada en la aldea inmediata de Eiras.
LÁMBRICA, Ciudad fuerte (
-briga) de Lam ([
tʃan], chao, chaira, altura casi plana), podría significar
Ciudad Fuerte de la "Llanura Alta", de la Chaira o de Os Chaos, ambos topónimos (
Chaira y
Chaos) presentes en los alrededores del yacimiento. El primero,
CHAIRA, microtopónimo inmediato, aproximadamente en el lugar en el que se ha construido el
Centro de Interpretación; el segundo, un poco más alejado, entre las parroquias de Eiras y Vilar de Rei (Monte do
CHAO) y, hacia el Este, como topónimo tradicional de la comarca vecina de
OS CHAOS DE AMOEIRO.
Para la
Ciudad de Lámbrica es preferible el término citania al de castro.
Castro, deriva del latín y significa castillo, fortificación, pero puede confundirse con los
castra o campamentos que los romanos establecían en las campañas militares con cuatro divisiones principales derivadas de las dos vías mayores, el
cardus y el
decumanus, el primero de Norte a Sur y el segundo de Este a Oeste. Muchos de estos
castra (plural de castrum), o campamentos militares, darán origen a no pocas ciudades en Occidente. Un ejemplo de campamento romano podemos verlo en las ruinas de
Aquae Querquennae, cerca de Bande, en la provincia de Ourense.
Las fortificaciones que suelen llamarse castreñas están presentes en el mundo occidental desde principios de la Edad del Hierro, hacia los siglos VIII y VII antes de Cristo.
Estos establecimientos defensivos no poseen la disposición regular y ortogonal romana con cuatro vías principales. Al contrario, las grandes
citanias parecen obedecer a una disposición radial de sus calles.
El topónimo
castro está muy extendido por estas tierras, también como microtopónimo, pero sólo es romano el nombre. Los establecimientos defensivos de los pueblos del Noroeste de la Península Ibérica son anteriores a la llegada de Roma, que, al igual que impone su idioma y su religión, da también nombre a las fortificaciones que encuentran, que poco tenían que ver con las suyas en cuanto a su morfología.
Nuestras
citanias ya existían antes de Roma, adquiriendo más relevancia en el contexto de la defensa de la invasión. En algunas se establecieron pactos o acuerdos con los romanos, conviviendo e incluso aliándose con las oligarquías de las
citanias, llegando a apropiarse de los recursos económicos de las zonas conquistadas para explotarlos. Pero las
citanias, cuando no se destruyen, siguieron utilizándose con su disposición tradicional hasta la tardorromanidad en muchos casos.
La
citania de Lámbrica, o de
San Cibrao das Las, tiene
forma ovalada, más o menos regular, estando el eje mayor orientado de Norte a Sur (452 metros de longitud). El menor mide 253 metros. La superficie total es de, aproximadamente, 9,03 hectáreas. Se cree que llegaron a vivir dentro de las murallas unas
2200 personas.
En el centro se levanta un primer recinto amurallado, el recinto central, igualmente con forma ovoide y con su eje mayor en sentido norte-sur. La superficie de este recinto central es de 0,86 hectáreas. Se supone que sería un espacio con funciones religiosas o de élite, tal como ocurre en otras
citanias similares.
En este mismo recinto central llama la atención una importante superficie poco excavada todavía, destacando al Norte la disposición circular de algunas rocas de medianas dimensiones.
El recinto medio, que circunscribe al anterior, tiene mayor superficie. Por él se distribuyen las
viviendas.
Las excavaciones permitieron sacar a la luz algunas de las calles con disposición radial, lo que deja entrever una cierta planificación urbanística. Dos grandes calles conducen desde las respectivas puertas Este y Oeste hasta el recinto central.
La puerta occidental tiene, delante, otra muralla con puerta monumental. Esta tercera muralla por el Oeste configura un recinto exterior a modo de foso. Ambas calles terminan a las puertas del recinto central y sus prolongaciones forman un ángulo de 125º.
Las murallas en la parte Norte existen, pero no están bien definidas por no haber sido todavía excavadas.
La puerta oriental del recinto medio se abre hacia la aldea de Ourantes, donde arranca una
calzada antigua, posiblemente romana, que llega a la ribera del río Miño.
Lámbrica es uno de los castros más importantes de Galicia, con gran parecido, en disposición y tamaño, a las grandes
citanias portuguesas. Su ubicación, cerca de un río navegable, el
Bainis o Miño, parece la más adecuada para las relaciones comerciales con la costa del Océano Atlántico, en el cual se han detectado intercambios a grandes distancias (entre el Mediterráneo y las Islas Británicas) ya en la Edad del Bronce, más o menos desde finales del II milenio (2000-1800 antes de Cristo).
Las siluetas de Lámbrica y del castro inmediato de
Santrocado, su castro vigía, son perceptibles desde los yacimientos castreños de la comarca de
O Carballiño, lugares con abundancia de minerales de estaño y con vetas auríferas. Todavía hoy pueden verse vestigios de grandes labores mineras (
Puzo do Lago, en Maside, Loureiro, en O Irixo). También se han encontrado trabajos de minería y
poblados mineros, muy cerca de Lámbrica.
En las excavaciones arqueológicas que se hacen en la citania de Lámbrica aparecen con mucha frecuencia restos de fundición o escorias de mineral, restos de los trabajos metalúrgicos que se realizaban en sus talleres.
Es de suponer que esta estructura comercial en el interior de la provincia de Ourense, originada por la búsqueda del estaño en la Edad del Bronce, haya sido heredada por pueblos de la Edad del Hierro, primero, por los púnicos después y, finalmente, por los romanos, que no tardarán en comprender la importancia de la riqueza aurífera de las tierras orensanas. De esta época dataría la última reconstrucción o ampliación de Lámbrica y la
latinización de los cultos y de las costumbres indígenas. Los restos de romanización son abundantes en las cercanías, destacando los encontrados en
Eiras y en
Razamonde.
La importancia de Lámbrica entre los castros y otros poblamientos coetáneos de su contorno viene dada no solo por sus grandes dimensiones, por su cercanía al Miño y por su visibilidad.

También por la aparición de vestigios poco comunes en el resto de los castros, de menor tamaño, que la rodean. Además de las
inscripciones, escritas con caracteres latinos, tenemos en Lámbrica hallazgos tan particulares como
el anillo que nos presentaba
Cuevillas en 1925. Su diseño incontestablemente artístico hace pensar en personajes de cierta condición, pero las élites dominantes sólo tienen sentido en amplios espacios territoriales, para así poder acumular la riqueza suficiente que dé lugar a la necesaria diferenciación social, para poder seguir ejerciendo el poder.
Algunos de los castros que rodeaban a Lámbrica llegarían a ser de cierta entidad (
Mosteiro, en Carballiño;
Souteliño y Prado, entre Boborás y O Irixo; Cameixa, en Boborás...)
Pero ninguno de ellos llegará a ser tan importante ni tan extenso como Lámbrica, una gran
citania que puede
ser divisada desde cualquiera de los anteriores. Visto así, sería posible admitir que la primera capital de la actual comarca de O Carballiño fuese la
Ciudad de Lámbrica.