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UNA ERMITA PRACTICAMENTE DESCONOCIDA |
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 En el mes de enero de 1731, los religiosos de San Pedro de Alcántara se comenzaron a instalar en el recién creado convento de Mondoñedo. El 5 de agosto del mismo año se inauguró oficialmente. Las fiestas profanas duraron ocho días: ?tres comedias a lo divino, corrida de toros, juegos de sortija, disfraces y muchos fuegos?.
El 6 de junio de 1755, practicaron inventario de los enseres del convento, desde el 1 de mayo de 1752 hasta la fecha señalada, los padres alcantarinos Fray Bartolomé de Santa María, Fray Manuel de la Concepción, Fray Isidoro de San Pedro de Alcántara y Fray Manuel de la Concepción. En él consta, entre otras obras: ?Se hizo la escalera que sube desde la casa del sindico D. Juan Villapol al Plantel y puerta reglar del convento. Más una imagen de Nuestra Señora de los Dolores con la de su hijo difunto en brazos. Más una ermita a la entrada de la escalera, en la que se colocó dicha imagen en su escaparate dorado. Más otra imagen de nuestro padre San Francisco de piedra de cantería, que se puso con su peana en lo superior de la escalera?.(1) Por razón de edad no recordamos el antiguo convento de Alcántara y menos esta pequeña ermita, aunque si recordamos perfectamente la bonita escalinata por la que se ascendía al antiguo convento, toda lastrada con grandes piedras de la cantera de la Trinidad de Vilamor, el gran crucero de cantería situado en el frontal de la iglesia y los gruesos y altísimos árboles que poblaban el campo de Alcántara etc.(2)
(1)- D. Eduardo Lence Santar, el convento de Alcántara, año de 1910, página 21.
(2)- A mediados de la década de los años sesenta, tuvimos la suerte de tener como maestro en la escuela de Alcántara a D. Mauricio Lado de Pomiano, de saborear la excelente comida que era muy bien preparada por la cocinera de la escuela Dª Ascensión Couceiro Baamonde y de recoger numerosas veces los bollos de pan para la comida en la panadería Crespo. Antonio y Remedios Crespo siempre tenían un detalle para los porteadores del pan.
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OBLIGACIONES DEL COMANDANTE DE LA GUARDIA DE LA CÁRCEL |
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 Las obligaciones del comandante de la guardia de la antigua cárcel de Mondoñedo en el año 1937 eran las siguientes:
1)-Será comandante de la guardia el más caracterizado de los cuatro que la componen, el que previamente será designado por el jefe de su respectiva milicia.
2)-El relevo de los guardias se hará en lo sucesivo, a las 13 horas; no obstante si no fuera conveniente para el servicio por esta comandancia se dispondrá el cambio de hora.
3)-Por ningún concepto permitirá que la guardia saliente abandone su puesto sin que sea relevado por la entrante, aún cuando esta se retrase; cuando esto ocurra, en el parte diario que con las novedades ocurridas en las últimas 24 horas se remitirá diariamente, se hará constar esta novedad al objeto de sancionarla.
4)-Al entrar de servicio pasará escrupulosa revista de armas y municiones, haciéndose constar en el referido parte, si unas y otras se encuentran sin novedad.
5)-Presenciará por sí mismo el relevo de los centinelas a los que en alta voz dará la consigna, que hará repetir al entrante para cercionarse de que la han entendido.
6)-Vigilará con frecuencia y se cercionará de que los centinelas se hallan en sus puestos y con la vigilancia debida, para lo cual recorrerá el recinto cada cuatro horas como mínimo.
7)-Velará para que sean inspeccionados los artículos de comidas y bebidas por el empleado de la cárcel, no permitiendo entre comida alguna o paquete en las celdas sin encontrarse presente el encargado de la cárcel, que será responsable ante mi autoridad de la entrada de narcóticos, papeles o herramientas que puedan ser utilizados por los presos para una evasión.
8)-Después del toque de silencio no permitirá que ninguno de los presos haga ruido ni ande levantado, sin causa legítima y justificada que le obligue a ello.
9)-Lo mismo el comandante de la guardia, que toda la fuerza a sus ordenes prestarán inmediato y enérgico auxilio al empleado de la cárcel, siempre que sea requerido para ello, al objeto de sostener el orden, la disciplina o régimen interior de la cárcel, adoptando desde el primer momento una actitud militar que someta en el acto a los revoltosos, dando inmediata cuenta y por el medio más rápido a su autoridad; la falta de asistencia a los requerimientos del empleado de la cárcel lo consideraré como negación de auxilio a la autoridad.
10)-No permitirá bajo pretexto alguno que los individuos que componen la guardia hablen con los presos, y mucho menos tengan familiaridad con los mismos, aun cuando sean conocidos o del mismo pueblo.
11)-A la hora señalada para paseo, toda la fuerza de la guardia tomará las armas y serán sacados por celdas y formados de a dos hasta el patio donde quedará una pareja, como en la puerta que da al segundo patio y el otro en el primer piso vigilados continuamente por el comandante de la guardia; terminado el paseo, regresaran por celdas formados de la misma manera que a la salida, contándolos para cercionarse de que entran el mismo número que han salido.
Mondoñedo, 15 de marzo de 1937
El comandante militar
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