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UNA MUESTRA DE GRATITUD |
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Por parecernos muy interesante, transcribimos el comentario que hace el periódico ?El Regional?, número 842, de fecha 16 de junio de 1908: ?De nuevo dedicó a Mondoñedo, su ciudad natal, un nuevo producto de su inspiración, el notable compositor D. José Lodeiro Piñeiroa, Músico mayor del Regimiento de Alcántara, residente en Barcelona. Que nuestro amigo y antiguo compañero en la prensa D. Víctor de Silva, hubiese hecho al Sr. Lodeiro la indicación de que se volviese a tocar algo suyo en esta ciudad, fue lo bastante para que dicho maestro hubiese escrito una Marcha solemne que tituló ?Corpus Cristi? y la dedicó a la culta ciudad de Mondoñedo. Remitió el Sr. Lodeiro 33 papeles y guión al Sr. Silva y éste los entregó para que empezaran, como así nos dicen que sucede, los ensayos. Una vez más el Sr. Lodeiro se hace merecedor de nuestra gratitud?.
En agosto de 1909, D. Víctor de Silva Posada regaló a la Banda municipal de Santiago de Compostela una copia de la marcha ?Corpus Cristi?, escrita expresamente para la de Mondoñedo por el Músico mayor de Alcántara, D. José Lodeiro Piñeiroa, a petición del mismo.
La citada Banda municipal, ya disponía en su variado repertorio, de algunas partituras del maestro mindoniense. En agosto de 1903 ya había ejecutado en La Alameda y en el paseo de La Herradura el pasodoble que llevaba por título ?El General Borja?.
La Banda del Regimiento de Infantería de Zaragoza nº 12, ubicada en Santiago de Compostela, también disponía en su repertorio de partituras de D. José Lodeiro Piñeiroa. El 31 de agosto de 1913, de siete a nueve, la citada Banda, dirigida por D. Manuel Hurtado Muro, amenizó el paseo en La Alameda, figurando en su programa la partitura titulada ?Capitán Lilao?.
Hace más de un siglo, varias Bandas municipales y militares de música de Galicia interpretaban partituras del maestro mindoniense.
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¡SORPRENDENTE! |
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Hace varios años, y de casualidad, encontramos en el archivo municipal de Mondoñedo un documento que nos pareció muy curioso y que era totalmente desconocido para nosotros. Hace escasos días, buscando en documentos digitalizados de la Biblioteca Nacional información sobre un vecino de Mondoñedo, hallamos el complemento necesario para dar a conocer ese documento. Más o menos dice así:
-Ministerio de la Guerra-
?He dado cuenta a la Reina Gobernadora, durante la menor edad de su augusta Hija la Reina nuestra Señora, del oficio de V.E. de 8 de enero último, en que a consecuencia de la exposición que le había dirigido el coronel del regimiento provincial de Mondoñedo, acerca de los excesos que con frecuencia cometen algunos mozos de aquella provincia, arrancándose unos los dientes, y cortándose otros los dedos de las manos para sustraerse por tan bárbaros medios del honroso servicio de las armas, con perjuicio de terceros, consulta a V.E. sobre la necesidad de que se adopten unos castigos severos, no solo para que no quede impune el delito en los que lo han cometido, sino también para escarmiento de los demás que lo cometan. S. M. enterada de todo, tuvo por conveniente oir a su Consejo supremo de la Guerra, quien con presencia de las diferentes causas y antecedentes relativos a este delicado asunto, después de haberlo examinado con la madurez y detención que exige su naturaleza, hizo presente a S. M. en acordado de 31 de dicho mes, lo que creyó más arreglado a justicia? se ha dignado mandar que para cortar de raíz tantos males que no han podido evitar? entre en suerte todo mozo mutilado, sin que le sirva de exención legítima la falta de dedos, dientes o uno de los dos ojos; y que si le tocase la suerte de soldado se le destine como igualmente al que la adquiriese siendo ya quinto, al arma correspondiente, donde se le dará la ocupación compatible con su respectivo defecto; con la circunstancia de que, probado que uno se ha mutilado maliciosamente, se le recarguen dos años más de servicio y si enteramente inútil, se le impongan ocho años de presidio por el juzgado de los respectivos capitanes generales?.
De Real Orden, lo digo a V. para su inteligencia y efectos consiguientes. Madrid 18 de marzo de 1834. Zarco (1).
(1)-?El Eco del Comercio?, 21 de mayo de 1834, núm. 21, pág. 1.
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