 En el territorio del ayuntamiento de Mondoñedo existieron numerosas capillas, tanto en el casco urbano como en sus parroquias. Unas se conservan en aceptable estado, otras descuidadas y un número muy importante, ya han desaparecido. Una de estas últimas, es la ermita de San Amaro de la parroquia de San Andrés de Masma.
En la citada parroquia existió una pequeña ermita, conocida como de S. Amaro. Esta ermita se hallaba situada en el lugar conocido como ?Campo de Iravedra?, muy próxima a la iglesia parroquial y Palacio de Buenaire.
La primera noticia que conocemos de su existencia data del 12 de julio de 1684, cuando visitó la parroquia de S. Andrés de Masma D. Gabriel Ramírez de Arellano, obispo y señor de Mondoñedo. En uno de los apartados del documento dice: ?manda al capellán o herederos del fundador de la ermita y capilla de S. Amaro, la mantenga con la decencia debida, que la lastren de losas o compongan de tierra? (1).
El 27 de abril de 1701, D. Manuel Francisco Navarrete Ladrón de Guevara, en visita general, visitó la parroquia de S. Andrés de Masma. Halló decentemente compuesta la ermita de S. Amaro, si bien, estaba su techo mal compuesto por llover en ella. Por tanto mandó a Antonio Leitón, que era su patrono, que ?la retexe y componga de suerte que no llueva en dicha ermita y lo cumpla así, dentro de seis días, pena de 300 maravedíes, aplicados a la cofradía del Santísimo?.
El 14 de septiembre de 1729, D. Fray Antonio Alejandro Sarmiento de Sotomayor, manda que en la capilla de S. Amaro se haga un frontal nuevo y se quiten los dos cuadros viejos que están en el altar, por ser indecentes o se pongan otros nuevos, y uno y otro se ejecutase en tiempo de cuatro meses, pena de 500 maravedíes.
El 7 de noviembre de 1741, se manda que la persona o personas a cuyo cargo está la capilla de S. Amaro, manden blanquearla por dentro y por fuera, dentro de cuatro meses, pena de 200 maravedíes (2). El 31 de agosto de 1744, se manda que la persona a cuyo cargo está la capilla de S. Amaro ?haga copar la patena y acabar de blanquearla, dentro de un mes, pena de 300 maravedíes?.
El 17 de junio de 1746, se manda que el capellán a cuyo cargo está la capilla de S. Amaro, acabe de blanquearla, dentro de tres semanas, pena de 400 maravedíes y por no haberlo hecho, como le estaba mandado, se le declara como ?incurso? en 150 maravedíes de multa y a si mismo manda S. Y. que dicho capellán, al término de dos meses, pena de 200 maravedíes, componga su misal.
El 27 de julio de 1751, se manda ?retejar el pórtico de la capilla, dentro de dos meses, pena de 400 maravedíes?. En estas fechas, el Licenciado Alonso López Leitón y Pedro Adán, tenían fundadas diferentes misas en la citada capilla.
El 3 de agosto de 1753, D. Carlos Riomol y Quiroga, visita la ermita de S. Amaro de S. Andrés de Masma y nos dice que hay una capellanía colativa, que actualmente está bacante, Manda que la persona a cuyo cargo corren los reparos de ella, haga fayarla, allanar el pavimento, componer la tarima del altar, encajar la ara en la tabla, revocar las paredes, en donde lo necesitan y blanquearlo todo, dentro de cuatro meses, pena de 1000 maravedíes, aplicados a voluntad de S.Y.
El 12 de junio de 1758, ?se reconoce un ornato de lana, indecente, con su alba, cáliz, misal y más necesario para celebrar misa y observa no haber cumplido con lo mandado en la última visita., dando blanco por dentro a las paredes y recebándolas por fuera, igualar el pavimento, acabar de fayar el techo con madera, echándolo el cume que dice sobre la puerta, por amenazar ruina, relosandolo al mismo tiempo, uno y otro y que con la mayor brevedad, se haga una sotana de bayeta nueva, privando como desde ahora priva de usar una vieja que halló junto al ornato, pena de excomunión?. En 1763, los reparos de la capilla de S. Amaro estaban a cargo de José Antonio López Leitón.
El 10 de julio de 1781, D. Francisco Cuadrillero y Mota, manda que para ?su decencia, necesita repararse, blanquearse, y poner vidrios, cubrir de lienzo los tragaluces?. Su Y l. decreto que el párroco de Masma, dentro del término de dos meses haga saber al Patrono de esta capilla o al que haga sus veces, la repare, asee, y ponga en debida forma, con apercibimiento de que no haciéndolo, se procediese a cerrar la capilla y prohibiendo celebrar misa y que en el término de ocho días ponga la campana en su antiguo sitio? (3).
En el mes de agosto de 1800, D. Andrés Aguiar y Caamaño, observa que la capilla de S. Amaro necesita repararse enteramente, blanquearse, ponerle vidrios o cubrir de lienzo los tragaluces, dorar el cáliz y la patena. Manda su Ilm. al patrono, que al término de un mes la repare, asee y ponga en debida forma y mientras no se realicen estas reparaciones, no se permita de ningún modo celebrar en ella el Santo Sacrificio de la misa. En 1829, era patrono de la capilla Diego Leitón, vecino de S. Jorge de Lorenzana.
En los años sesenta del siglo XX, la edificación de la capilla estaba en estado ruinoso y la vegetación cubría parte de su interior y por supuesto, se hallaba sin culto. Unos años más tarde, se retiran los restos de la edificación, desapareciendo de esta manera para siempre la capilla de S. Amaro de Masma. La campana de esta capilla fue colocada en la pequeña espadaña de la capilla de S. Antonio de la Brava, también de esta parroquia, donde se encuentra actualmente.
La capilla de S. Amaro de Masma, que también llegó a ser conocida como del Buen Suceso, había sido fundada por el Licenciado Alonso López Leitón en el año 1597.
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro 1 de Fábrica de S. Andrés de Masma (1682-1746), folio 7, vuelto.
(2)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro 1 de Fábrica de S. Andrés de Masma, (1682-1746), folio 164.
(3)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro 2 de Fábrica de S. Andrés de Masma, folio 90, vuelto.
|
 Muchas personas son más conocidas por sus motes que por sus nombres y apellidos. Incluso algún ayuntamiento cercano, confeccionó un listado telefónico de sus vecinos, con sus motes. En Mondoñedo, por tradición, existen muchos motes; unos proceden de malas pronunciaciones, otros de defectos físicos, otros de profesiones y otros, desconocemos su procedencia. También conocemos algunos relacionados con parecidos de actores (Tirone Power) o rasgos físicos de futbolistas (Ben Barek o Pirri). También hay alguno, mal sonante, que incluso cuando era escuchado por él moteado, producían reacciones violentas.
Siempre hubo personas de exquisita sensibilidad, excesivamente susceptibles y propensas fácilmente al enfado, cuando se tratan los temas relacionados con los motes. Y no precisamente lo son cuando se mencionan los de los demás, a los que con toda seguridad ellos también se refieren de manera habitual, como no podía ser de otra forma en un pueblo, sino que lo son cuando ellos mismos o sus familiares son el objeto del mote.
Todo el que haya vivido en Mondoñedo sabe que esta forma de referirnos a las personas se hace coloquialmente y sin ánimo de insulto o menosprecio hacia el apodado, y así ha sido y será por los siglos de los siglos.
En algunas anotaciones parroquiales, el sacerdote colocaba al costado del nombre y apellidos el (A). En censos municipales de población, también es frecuente encontrarse la misma expresión. Incluso en la prensa local de finales del siglo XIX y comienzos del XX aparecen numerosos motes.
En esta ocasión, citaremos dos anotaciones parroquiales y dos citas en la prensa local, que por su antigüedad no creemos que pueda molestar a nadie. 1-El 4 de diciembre de 1779, entre doce y una de la mañana, murió Pedro López (A) ?Calderilla?, marido de Isabel Fernández, vecino de San Martín de Espiñada, en el Real Valle de Ancares, obispado de Astorga. Se le dio sepultura dentro de la catedral de Mondoñedo, se le canto vigilia, misa de medio termo y tocaron las campanas menores. Corrió como cumplidor D. José Antonio Corujo y Somoza, vecino de Mondoñedo. No le quedaban hijos ni herederos.
2-El 11 de enero de 1780, falleció en dependencias del Hospital de San Pablo de Mondoñedo, Juan Vaamonde (A) ?Chamusquina?, viudo de Ana Fernández, vecinos de Mondoñedo. Era hijo de Alonso Vaamonde y de Marta Montenegro, difuntos, vecinos que han sido de la villa de Villalba. Se dio sepultura a su cadáver en el Campo Santo del citado Hospital.
3-En 1892 la Audiencia de lo criminal de Mondoñedo impuso al célebre ?Bimbieras? un año y ocho meses de prisión correccional por ocupación de instrumentos destinados al robo y diez años, por el robo cometido en un domicilio de Merille.
4-El 27 de enero de 1904, en los bajos de una casa muy próxima al edificio del Seminario Santa Catalina de Mondoñedo, apareció muerta una mujer conocida por el mote de ?Cachamouza?.
El mote, esa forma a veces despectiva y a veces familiar de llamar a las personas, procede etimológicamente de la palabra francesa ?mot?, que significa apelación o denominación, en muchos casos viene a sustituir totalmente el nombre original.
No conformes con los nombres que a cada uno nos asignaron al nacer, algunos se esfuerzan en aplicarnos sus propias etiquetas, y así nos encontramos rebautizados con los motes, que desgraciadamente no elegimos.
|