
A comienzo de los años veinte, la juventud mindoniense, como la de otros tantos lugares, se había aficionado al fútbol. Ya conocían las reglas del juego e incluso pronunciaban algunas palabras en inglés: ?goalkeeper? o ?referee?.
Los seminaristas externos, como vivían en casas particulares, tocados de la fiebre futbolística, acudían los domingos a jugar al fútbol al Campo de la Feria, que tenía una plantación de robustos árboles y que impedían desplazamientos largos del balón. En muchas ocasiones los jugadores utilizaron sus troncos para combinar alguna jugada.
Por aquellas fechas llegaban a Mondoñedo jóvenes de Ferreira, Lorenzana, Abadín o Riotorto. Se hizo famoso Ramón Canoura, que gozaba de fama de gran chutador. Según D. José Trapero, se ?le turbó la fama?, cuando con uno de aquellos chutazos, dejó inconsciente a una niña que jugaba con otras bajo los todavía tiernos tilos de la Alameda. También llegaba a Mondoñedo, para pasar sus vacaciones estivales, en su bonito domicilio del Cantón, Pepín Neira Villaamil, que conocía ya la práctica del fútbol y daba lecciones prácticas a los demás. Formó grupos, a los que infundió técnica. El entusiasmo ya lo tenían ellos.
La actividad deportiva hizo ver la necesidad de contar con un verdadero campo de juego. Iniciativas de deportistas, ayudas de mecenas, aún no se habían inventado los ?sponsors? y ayuda municipal, hicieron realidad el deseo. Nace en el año 1925 el terreno de juego de Lodeiros.
En la formación del Mondoñedo de abril de 1927, reconocemos a Enrique Cabanela, Luís Cayón, Cubano II, Cubano (guardameta), Lombardía, Mourelle, Neira y ?Pepe de Benito?.
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