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EL TENIENTE CASTAÑEDA |
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 El cuerpo de carabineros fue creado en el año 1829 para reprimir el contrabando y para la vigilancia de las costas y fronteras, así como para la inspección y cobranza de la renta de aduanas. En 1940 se suprimió este cuerpo, cuyos cometidos y funciones pasaron a depender de la dirección general de la guardia civil.
Desconocíamos que un oficial de carabineros, natural de Cartagena (Murcia) y que fijó su residencia en una vivienda de la calle Obispo Sarmiento fuera el origen del apellido Castañeda de Mondoñedo.
D. Julián Castañeda Ayala nació en 1839 en Cartagena (Murcia), ingresa en el cuerpo de carabineros el 14 de marzo de 1858. En 1861 asciende al empleo de cabo 2º y en 1864 al de cabo 1º. En estos momentos, se hallaba destinado en la Comandancia de Murcia. En 1867 asciende al empleo de sargento 2º y en 1868 al de sargento 1º.
En este último año se une en matrimonio con Dª María Jurado Rodríguez, natural de Motril (Granada), hija de un compañero de armas.
En 1872 asciende al empleo de alférez, hallándose destinado en la Comandancia de Cádiz y más tarde en Mahón (Baleares). A continuación, es destinado una vez más, a la de Murcia, donde asciende al empleo de teniente. En 1886 se hallaba destinado en la provincia de Zamora. Por último, fue destinado a la Comandancia de Lugo hasta el mes de octubre de 1890 que al cumplir la edad reglamentaria pasa a la situación de retiro, fijando su residencia en la calle Obispo Sarmiento de Mondoñedo (1). Como curiosidad de su trayectoria profesional, diremos que en octubre de 1886 había sido autorizado para enajenar el caballo que montaba el teniente Castañeda.
El oficial de carabineros D. Julián Castañeda Ayala estaba en posesión de las siguientes condecoraciones militares. La cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco (1871); la cruz del Mérito Militar, de 1ª clase, con distintivo blanco (1873); la cruz roja del Mérito Militar (en guerra), por los servicios prestados en el sitio de Cartagena (1874). En 1876 es declarado Benemérito de la Patria. En 1878 le fue concedida la Medalla de la Guerra Civil, con el pasador de Cartagena.
A comienzos del mes de marzo de 1888 se remitió al ministerio de la Guerra el expediente para que le fuera concedida la Cruz de S. Hermenegildo. Valerosa condecoración, que, finalmente le fue concedida.
D. Julián Castañeda falleció el 28 de abril de 1924 en su domicilio de la calle Obispo Sarmiento de Mondoñedo, en estado de viudedad, a la edad de 84 años. De su matrimonio le quedaba una descendencia muy numerosa: Antonio, María de la Encarnación, Rafael, María Lucia, José (2), Ángel, Buenaventura, Jesús, Florentino, María del Carmen y Teresa.
Como colofón, mi agradecimiento a nuestro vecino y amigo Ramón Castañeda Gutiérrez, biznieto del biografiado, quién me facilitó la preciosa imagen del año 1884 que acompaña el texto y los datos de su brillante expediente militar.
(1)- Archivo General Militar de Segovia, Expediente personal.
(2)- Padre de D. José Castañeda Jurado (tipógrafo, músico, compositor, organizador de rondallas, director de orfeón etc.).
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HIJOS DE LA NIEBLA |
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Una húmeda mañana del mes de octubre, con todo Mondoñedo cubierto de un espeso manto de niebla, nos reunimos en las inmediaciones del Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, Elena Candia, José Otero, Alfonso Cancela, Abel Vigo y Andrés García, con intención de visitar los manantiales del siglo XVIII, que durante tantos años surtieron de agua potable las diversas fuente publicas de Mondoñedo, del convento de Alcántara, del convento de monjas concepcionistas, del palacio episcopal, de los mazelos (mataderos) e incluso de algunas propiedades particulares.
Provistos de botas, de botas de goma, linternas y de unas hoces, transitamos por el campo de la feria, viviendas de Carroceira y tomamos un camino que por entre verdes campos y exuberante vegetación nos conduce al manantial de ?Os Pedregás?. Un poco antes de llegar a su arqueta, descendemos unos metros por una parcela de monte y nos introducimos por una de las puertas del espectacular canal, por el que desciende el agua en dirección a la población. Todos quedamos sorprendidos de la buena obra, del arenero, de sus paredes y de su robusto techo.
Posteriormente, nos introducimos en la bóveda de la arqueta de ?Os Pedregás?. Los que no habían estado nunca allí, quedaron sorprendidos de la edificación, de la masa rocosa donde brota el agua, de su suelo, todo cubierto de grandes piedras calizas de la Trinidad, de la esbelta bóveda, etc. En su interior, se realizan varias fotografías e incluso se grava un video. A continuación ascendemos por entre castaños, arces, robles, abedules, laureles y alisos, hasta el manantial del ?Codesal?. El suelo comienza a estar cubierto por las numerosas hojas caídas de los árboles y de unas buenísimas castañas. Ascendemos con precaución por el empinado sendero hasta la entrada de la bóveda del ?Codesal?. Nos vamos introduciendo en su interior y con la luz de las linternas, contemplamos la robustez de sus paredes, que soportan las grandes piedras que cubren su techo. Obra civil, totalmente diferente a la anterior, de la que brota escasa cantidad de agua.
Posteriormente, transitamos por un sendero que discurre por una zona de densa vegetación, atravesamos el cauce del Río de Sixto y ascendemos hacia el manantial del ?Espiño?. Una vez allí, penetramos en la edificación, dentro de la cual, nos topamos de frente con una gran masa rocosa, y encendemos las linternas para contemplar con detenimiento los puntos por donde brota su cristalina agua y realizamos de nuevo varias fotografías.
A la salida de la edificación abovedada, nuestro compañero de caminata, Alfonso Cancela, suelta de su espalda la mochila que cargó durante el recorrido y nos sorprende a todos con bebidas, frutas y unos bocadillos. Una vez repuestas fuerzas, descendemos de nuevo por el sendero y nos dirigimos al ?Ollo da Fonte?, donde brota un abundante manantial, que durante muchos años regó verdes prados de los vecinos de Gontariz y de Barbeitas.
A continuación transitamos por un viejo camino de carro que nos conduce al lugar de ?A Picheira? de Barbeitas y ascendemos por una empinada parcela de boscoso monte para contemplar una vieja calicata minera, que una vez más, sorprendió a los caminantes. Posteriormente descendemos por el viejo camino de carro, que en algunos tramos se halla calzado para que las aguas pluviales y las ruedas de los carros no deterioraran su piso, el cual es conocido entre los vecinos como ?camino de Folgueirarrasa?.
Una vez, en las inmediaciones de las viviendas del Río de Sixto, giramos a nuestra izquierda y ascendemos hasta el aparcamiento e iglesia de Alcántara, donde observamos con detenimiento el pilón y registro del viejo convento. Por último, descendemos hacia la fuente de S. Juan y Rúa do Sabelo, comentando algunas anécdotas de nuestra caminata y nos despedimos unos de otros. Pese a lo avanzado de la mañana, la densa niebla continuaba cubriendo las laderas de los montes que circundan Mondoñedo. Se acercaba la hora de la comida.
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