 ?Dotado por Dios de una memoria prodigiosa, de potente y sutil inteligencia y de una complexión orgánica sumamente robusta?.
D. Justo Rivas Fernández nació en el mazo de Ferreiravella, parroquia de San Pedro de Riotorto, a las cuatro horas del 5 de junio de 1873. Fueron sus padres D. José Rivas y D ª Antonia Fernández. En los primeros años aprendió el oficio de herrero, llegando a sobresalir en el temple de herramientas de corte.
Su padre fallece el 29 de diciembre de 1875, a la temprana edad de 45 años. Su madre contrajo matrimonio canónico en segundas nupcias el 17 de febrero de 1884 con D. José María Huerta García.
D. Justo Rivas ingresa en el Seminario Conciliar Santa Catalina de Mondoñedo y comienza a cursar sus estudios en los exámenes extraordinarios de septiembre de 1891 y siguió los años sucesivos hasta el 1900 en que fue ordenado presbítero en las Témporas de la Trinidad. En este Seminario, como también en la Universidad Pontificia de Compostela aprobó todas las asignaturas de la carrera eclesiástica con la calificación máxima de ?meritisimus? (sobresaliente). Alumno piadoso, aplicado y sobresaliente.
A raíz de su ordenación tomó parte en el Concurso general para la provisión de Curatos celebrado en el mes de junio del mismo año, en el que obtuvo una de las más altas puntuaciones, por lo que mereció ser nombrado párroco de Nuestra Señora del Carmen de Mondoñedo el 1 de octubre de 1900. Regentó la parroquia del Carmen de Mondoñedo hasta el 26 de noviembre de 1913.
Al recibir los grados académicos de Licenciado en Derecho Canónico y de Licenciado y Doctor en Sagrada Teología en la Universidad Pontificia de Compostela; al tomar parte en un concurso a parroquias celebrado en Mondoñedo, en el desempeño de los espinosos e importantes cargos de párroco del Carmen de Mondoñedo, de fiscal eclesiástico y profesor de Teología Dogmática en la diócesis mindoniense, y más tarde de profesor de Derecho Canónico, Vicario Capitular y Provisor de la Archidiócesis de Santiaguesa, en las nueve brillantísimas oposiciones a canonjías, practicadas en Mondoñedo, Santiago, Lugo y en Coruña a la Abadía de la Real Colegiata, reveló incesantemente un talento superior, ciencia exuberante, prudencia a toda prueba y exquisito tacto (1).
En 1913, tras brillante oposición, fue nombrado canónigo de la S. I. C de Mondoñedo y el 15 de mayo de 1919 lo fue de la de Santiago, cargo que desempeñaba al ser propuesto en el mes de mayo del año 1923 para Obispo Auxiliar; así como una Cátedra de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia. Su Santidad Pío XI, preconizó Obispo de Plasencia (Cáceres) al Dr. D. Justo Rivas Fernández, canónigo de catedral de Santiago, Obispo titular de Pryene y Provisor del Arzobispado. Por Real Decreto del 21 de octubre de 1924 fue nombrado por S. M. el Rey Obispo de Plasencia. El 26 de julio de 1925 fue consagrado en Santiago, figurando como consagrante el Nuncio apostólico D. Federico Tedeschini, y como auxiliares, el Sr. Solís, Obispo de Mondoñedo y Fr. Ángel Rey Lemos, Obispo de Lugo.
Muchos fueron los regalos recibidos por el nuevo Prelado con motivo de su consagración. Entre ellos hay que destacar un precioso báculo de plata, construido en Santiago, que fue regalado por los vecinos del distrito de Riotorto.
Durante su corta vida, publicó el Sr. Rivas varias Cartas pastorales.
D. Justo Rivas falleció a las 2,45 de la madrugada del 16 de julio de 1930 en la casa número cinco de la calle Azabachería de Santiago de Compostela. Sus restos mortales descansan en la capilla del Espíritu Santo de la catedral compostelana (2).
En Mondoñedo fue conocido durante muchos años como ?O Cura do Carmen?.
No albre do seu peito a caridade,
cal pombiña de amor, leva aniñada,
e na frente alcendida a labarada
que aluma da iñoranza a escuridade.
Si olla unha pena, encheito de bondade
seu corazón é rosa desfollada;
si un alma vé de dúbida ateigada,
pon seu saber na noite a craridade.
E de iste mundo vai pol-o vieiro,
surrindo sempre, a man a benzoar,
cal Xesús, o Diviño Pegureiro;
y-é cal chuvía de estrelas seu ollar,
y-as suas verbas orballo milagreiro
sobre as frores das almas a brilar.
Xosé María de la Fuente Bermúdez
(1)- D. Francisco Reigosa, Canónigo Doctoral y Provisor en Mondoñedo, semanario Justicia, 29 de agosto de 1925.
(2)- D. Eduardo Lence Santar, periódico Vallibria de 22 de julio de 1939, número 490.
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