
En sesión del Ayuntamiento de fecha 11 de agosto de 1738, se presentó un memorial del vicario D. Tomás Arias, de la capilla de música de la catedral (tocó la flauta, bajón y clarín), pidiendo licencia para cerrar la Plaza para la corrida de toros que se quería celebrar por San Roque y pedía que se librara lo acostumbrado para los maestros y que los habitantes concurrieran a la procesión que el día 24 se hará a las cuatro de la tarde.
El 16 de agosto de 1749, se reúnen los Regidores de Mondoñedo, de forma capitular, para ver un memorial presentado por el Maestro de capilla y músicos de la Catedral, que tienen este año, por devoción, a su cargo las fiestas del Glorioso San Roque.
Para ellas, tienen prevista una corrida de toros en la Plaza Pública el día veintitrés del citado mes. Los músicos piden licencia a la ciudad para la celebración de la mencionada corrida, para cerrar la Plaza y ?se libre? lo que es de costumbre.
El Ayuntamiento acuerda darles licencia y que para cerrar la Plaza ?se libren? treinta reales de vellón y se pide a D. José Illanes, vecino de esta ciudad, que se los facilite a cuenta de los ?efectos? de los lienzos.
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 A San Roque, el glorioso y popular abogado de las epidemias, se le profesa verdadera devoción en la Diócesis de Mondoñedo. La devoción al Santo arranca a finales de la edad media, desde que en el Concilio de Constanza fue consagrada su veneración.
En Mondoñedo, en el lugar conocido como ?A Pena?, partiendo desde el casco urbano, por las actuales calles Álvaro Cunqueiro y San Roque, en dirección al barrio de Los Molinos, nos topamos a mano derecha con la ermita que lleva su nombre.
La ermita de San Roque de Mondoñedo fue fundada en el pontificado del obispo D. Juan de Liermo (1573/1582). El 28 de agosto de 1589, el obispo D. Isidro Caja de la Jara ya visitó la ermita.
En sesión del Ayuntamiento de Mondoñedo del 4 de junio de 1885, se da cuenta de una comunicación del cabildo, invitando a asistir a las rogativas públicas de los días 6,7 y 8, que se celebraran para implorar del Altísimo que librará la diócesis del cólera morbo asiático. El Ayuntamiento por unanimidad acuerda asistir a los actos y además dispuso que se animase a los vecinos a asistir según costumbre. Además acordó que en los tres días de rogativas no se celebrase ningún festejo público. También acordó que se alumbrase con aceite la imagen de San Roque que está colocada en el nicho de la fachada principal del Consistorio (actual biblioteca y oficina de turismo).
En sesión del Ayuntamiento del día 14, del mismo mes y año, se dio cuenta de una comunicación del obispo de Mondoñedo D. José Manuel Palacios López, participando que en el caso de que el cólera invadiese la población, ofrecía 40.000 reales para combatir la peste y cedía el excelente edificio del Palacio de Buen Aire (Masma), con camas, para hospital de coléricos, así como también el Palacio Episcopal de la ciudad si fuera necesario.
En el año 1833, también se había desatado un brote de cólera morbo en la Diócesis mindoniense, haciéndose rogativas. En el año 1834 la epidemia continuaba, pero ya había causado graves estragos en la población de Mondoñedo. En el mes de diciembre del citado año, el número de fallecidos ya había superado los 50. En el Valle de Lorenzana, también causó numerosas defunciones. Ante la petición del Gobernador Civil de la provincia, el cabildo autorizó a su médico para desplazarse al Valle, por espacio de ocho días, para atender a los enfermos.
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