 Si escuchamos citar el nombre y apellidos de D. José García Pernas, posiblemente ningún mindoniense sabremos de qué persona se trata. Si pronunciamos su mote: ?Póngalas?, los vecinos de mayor edad, que residen en las calles Álvaro Cunqueiro, San Roque, barrios de los Molinos, Valiñadares o Couto de Otero, lo recuerdan perfectamente.
Aunque éramos muy niños, recordamos perfectamente su figura y algunos detalles del personaje: Hombre de baja estatura, cargado de años, que hablaba siempre castellano, que con frecuencia vestía abrigo, que portaba un bonito bastón en una de sus manos y cubría su cabeza con un llamativo sombrero. En concreto; un tipo elegante.
En las tardes de buena temperatura era muy frecuente encontrarlo paseando en la Alameda de los Remedios. También participaba en las populares tertulias de la Barbería de ?O Pallarego? de la Fuente Vieja. De regreso hacia su domicilio, algunas veces se detenía en la zapatería de Mosquera de S. Roque.
Gracias a la amabilidad de un amigo nuestro, que nos facilitó unas imágenes del personaje y algunos datos biográficos, hoy podemos dedicarle un pequeño recuerdo.
D. José García Pernas era natural de la parroquia de San Bartolomé de Cadavedo (Pastoriza).(1) Cuando apenas contaba dieciséis años de edad, se alistó en el Ejército y fue destinado al Batallón primero de Ligeros, Compañía de Flanqueadores voluntarios de la Habana. Durante la campaña, participó en las operaciones militares de Sagua de Tanamo, Cienfuegos, Arrieta y otras muchas, que sería prolijo enumerar. Por su heroico comportamiento en la contienda, fue galardonado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo Rojo.
Concluida la guerra, fue repatriado a Mondoñedo, donde hubo de ingeniárselas para su propia sustentación. En la planta baja de una edificación del Barrio de los Molinos de Arriba, que hace esquina a la plaza, montó un buen comercio, en el que se despachaban numerosos artículos de consumo diario. Entre esos artículos, se vendían las populares alpargatas. Cierto día un cliente decide comprar un par de alpargatas. El comprador se sienta en un taburete de madera, con intención de probárselas y D. José se le acerca y le dice: ¡póngalas bien! ¡póngalas bien! de ahí le viene el mote.
Al llegar a la vejez, quebrantada ya su salud y con importante carencia de recursos económicos, realizó reiteradas gestiones, también pensando en sus antiguos compañeros de contienda, con el fin de alcanzar para todos una ayuda del Estado. Finalmente logró que les fuera concedida una modesta pensión vitalicia extraordinaria a los supervivientes de las guerras de Ultramar.
D. José García Pernas, vecino del barrio de los Molinos de Arriba de Mondoñedo, último superviviente del Ejército Español en la guerra de Cuba falleció el 23 de marzo de 1966. De sus matrimonios le quedaban varios descendientes.
(1)- José María García Pernas, nació a las doce de la noche del 29 de noviembre de 1877, en el lugar de la Ferrería de la parroquia de S. Bartolomé de Cadavedo (Pastoriza). Era hijo legítimo de José García, natural de Cadavedo y de María Pernas, natural de Stª María del Viveiró, pero vecina de Cadavedo. Era nieto paterno de Juan García, natural de Stª María de Bretoña y de María Lastra, de Cadavedo. Era nieto materno de Bernardo Pernas y de Cayetana Fernández, naturales y vecinos del indicado Viveiró. Fueron sus padrinos: José Seco, vecino de Bretoña, de estado casado y la abuela paterna (libro 5 de bautizados, folio 169 vuelto).
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