
[Voltexaban as campanas con estrépeto. O Esquilón e a Agonía facían os altos; a Ronda facía de tenor, e a Paula facía de baixo profundo, a Prima cada dous compases repetía o ritmo ca súa segunda voz un pouco raxada, porque raxada estaba. (Rodil) o campaneiro entregábase con toda a efusión dun Gounod (1), a aquela sinfonía campaneira inventada por él en (allego vivace)] (2).
El campanero que cita Xan de Masma en su obra A Besta se llamaba Francisco Cid Rodríguez, más conocido entre la población de Mondoñedo por el mote de (Rodil). Era hijo legítimo de Nicolás Cid y de Josefa Rodríguez, naturales y vecinos del lugar de Valiño de la antigua Rilleira de Cesuras.
Por documentos consultados, parece ser que (Rodil) era gran consumidor de bebidas alcohólicas y lo hacía con demasiada frecuencia, motivo por el que varios capitulares y otras personas de la ciudad se habían quejado en varias ocasiones de la conducta inapropiada del campanero. En cabildo extraordinario del sábado 11 de enero de 1873, el Deán (D. Manuel Alcolea) manifestó las numerosas quejas que le habían dado sobre la conducta del campanero y sobre otras faltas muy graves cometidas en el interior de la catedral. El cabildo en vista de todo lo expuesto, acordó por unanimidad expulsarlo inmediatamente y ordenó, que en el acto se recojan las llaves de la torre y puerta mayor de la catedral.
En 1857, Francisco Cid (Rodil) había sido propuesto para sustituir al campanero Ramón Méndez, por su fortaleza y robustez. El 29 de enero de 1858, se votó, como era costumbre, por habas blancas su admisión como tal campanero y por negras con que se expresaba su repulsa, echadas todas ellas en un cántaro. Realizado el recuento, salieron más blancas que negras, por lo tanto, se le adjudica el empleo de campanero.
Francisco (Rodil) falleció el 2 de febrero de 1875 a la edad de 47 años en su domicilio de la calle de la Fuente Vieja de Mondoñedo. Estaba casado con Luisa Yáñez, de cuyo matrimonio no quedaba descendencia alguna.
Firma su anotación de defunción, como cura párroco de Santiago de Mondoñedo, D. Manuel Osorio Álvarez de los Ríos. Otro personaje, de carne y hueso, que figura en la novela A Besta.
(1)- Charles Gounod (1818/1893), conocido compositor francés. Autor de la ópera Fausto.
(2)-Patricio Delgado Luaces Xan de Masma, Ediciones Galaxia, A Besta, pág. 59.
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