 Se llamaba D. Emilo Vijande Villar. D. Emilio era propietario de un edificio construido de piedra, madera y losa, de una extensión superficial aproximada de sesenta metros cuadrados, en el Barrio de Los Molinos de Arriba y a orilla del camino a Argomoso, que antes fuera molino de dos piedras corrientes del país y que actualmente acciona una turbina “Fontaine”, que mueve un torno, dos pulidoras y una sierra de cinta, cuyos artefactos trabajan alternativamente por carencia de fuerza motriz para hacerlo de forma simultánea, en la industria de cubetería y juguetería, con un salto desde la coronación de la presa hasta el desagüe, de unos tres metros y sesenta y cinco centímetros.
En 1941, D. Emilio Vijande Villar realiza un proyecto de aprovechamiento de 202 litros por segundo de aguas del río Valiñadares, en el lugar conocido como “Suas Fragas” en terrenos del barrio de Maariz, de la parroquia de Santiago de Mondoñedo. Su intención era destinar dicho aprovechamiento para la producción de fuerza motriz, para un molino harinero, obtención de energía eléctrica y para riego de unos prados de su propiedad.
La obra proyectada consistía en una presa de derivación de 15 metros de longitud, 1,50 de altura, oblícua a la corriente del río Valiñadares, en el sitio denominado “Suas Fragas” de Maariz, que desviaría las aguas a un canal de algo más de 290 metros de longitud, con 0,50 metros de calado de agua y capaz para los 202 litros solicitados. El agua sería conducida al distribuidor de una turbina tipo “Fontaine”, cuya tubería accionaría el alternador y el molino.
También sería aprovechada el agua para riego de dos prados de 9,12 y 10,05 áreas, situados en los puntos “Suas Fragas” y “Chao dos Álamos”, propiedad del solicitante.
El salto bruto entre la coronación de la presa y el nivel del agua del río Valiñadares era de 11,90 metros. El plazo de ejecución de las obras era de dos años. Según la memoria presentada, el presupuesto de las obras ascendía a la cantidad de TRECE MIL SETECIENTAS SESENTA Y NUEVE PESETAS.
Poco tiempo pudo disfrutar D. Emilio de su obra. D. Emilio Vijande Villar falleció en su domicilio de Los Molinos en el año 1.949. Estaba casado con Dª Elvira Rocha García, de cuyo matrimonio quedaban dos hijas: Ángeles y Teresa.
Recordamos la edificación en buen estado, la presa llena de agua y limpia, y como los prados estaban ocupados por variados árboles frutales. A comienzos de los años sesenta, por arriendo, residió en el lugar un matrimonio y sus dos hijas, procedentes de la zona de Taramundi, que se dedicaba a la confección de navajas y otros utensilios cortantes. El arrendatario era conocido popularmente como “O Navalleiro”. A finales de los años sesenta, la familia abandona el lugar y nunca más sería ocupado. Las instalaciones comienzan a deteriorarse a pasos agigantados.
En la actualidad, la presa y el canal que conducía el agua para la turbina se encuentran totalmente abandonados y llenos de hojarasca. La edificación donde fue colocado el molino y el alternador, solamente se mantienen en pié las paredes y alguna viga de su techo. Los prados de regadío que se citan en la memoria y que recordamos provistos de abundantes árboles frutales, pasaron a la historia. La maleza lo invade todo e incluso el cauce del río se aproximó a las paredes de la edificación.
Desde hace unos años, estas propiedades fueron adquiridas por D. Isidro Otero García, industrial mindoniense.
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