
Se llamaba D. Justo Rodríguez Alba. Había nacido el 27 de octubre de 1833 en Burgos. Era hijo de D. Pedro Rodríguez, natural de Ribadeo y de Dª Micaela de Alba.
D. Justo vivió y falleció en la edificación señalada con el número 24 de la calle Angustias (actual de Alfonso VII) de Mondoñedo. Se crió y educó en Mondoñedo y en la ciudad episcopal compuso y concibió las principales obras.
Fue periodista, escritor y poeta. Estudió: Latín y Humanidades, Filosofía y cuatro años de Teología en el Seminario Santa Catalina, siempre con buenas notas, desde 1845 a 1852 (1).
Después siguió la carrera de Ingenieros de Caminos, Puertos y Canales. El 5 de octubre de 1861 ingresa en el Cuerpo. Desde 1861 a 1865 prestó diversos servicios al Estado en varias provincias (2).
En junio de 1880 es autorizado por el término de un año para que pueda practicar los estudios de un ferrocarril, qué partiendo de las minas de Los Silos, termine en Tharsis (Huelva). En 1881 ocupaba el número 117 en el escalafón de ayudantes terceros. En febrero de 1887 se encargó de trabajos técnicos en la dirección del Canal de Isabel II.
En 1886, D. Justo publicó “Religión o Fanatismo”, drama en tres actos y en prosa, siendo estrenado en febrero de 1887 en el Teatro Español de Barcelona. En el mismo año, la obra titulada “Un diente”. En 1892 publicó “Lucubraciones Psico-Físicas”.
También dejó varios inéditos: “Dios, Patria y Rey” y “Fatal Dilema”. Lo mismo hizo con unas bonitas poesías en castellano.
D. Justo era íntimo amigo del también mindoniense y poeta D. Guillermo Alonso Alonso.
En 1886, en la Audiencia de Mondoñedo se vió la causa seguida contra el Magistral de la Catedral, D. Francisco Miguelez, por injurias a D. Justo Rodríguez Alba. La Audiencia condenó al primero a siete meses de destierro y a 250 pesetas de multa (3).
En 1887 D. Justo Rodríguez Alba, ayudante tercero, fue nombrado Jefe de Obras públicas de la provincia de Lugo.
En 1888 solicitaba vender al Estado un cuadro que representaba a la Sagrada Familia.
En 1890 incoa un pleito contra la Real Orden expedida por el Ministerio de Fomento sobre la mejora del puesto en el escalafón del Cuerpo de ayudantes de obras públicas.
En 1896, con motivo de la prolongada sequía, algunos periódicos de la capital anunciaban que peligraba en Madrid la abundancia de aguas del Canal de Lozoya. Gracias a las atinadas observaciones realizadas por el empleado del Canal D. Justo Rodríguez Alba, lo qué si peligraban, eran las concesiones a algunas industrias pero nunca el abastecimiento doméstico (5).
D. Justo, de 64 años, falleció en su domicilio de Mondoñedo a las cuatro de la madrugada del 21 de septiembre de 1897. En el momento de su defunción se hallaba en estado de soltería, dejando un hijo natural llamado Justo, de tres años y residente en Madrid.
(1)- D. Eduardo Lence Santar, “Páginas Históricas Gallegas”, diario “El Progreso”, viernes 30 de diciembre de 1949, pág.3.
(2)- “Gaceta de Madrid”, núm. 254, del 11 de septiembre de 1883, pág.715.
(3)- “El Liberal”, de fecha 16 de febrero de 1886, pág.3.
(4)- “El Progreso”, núm. 292, del 6 de febrero de 1887, pág2.
(5)- “La Unión Católica”, del 25 de abril de 1896, pág.2.
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