 El 21 de julio de 1754, D. Antonio Pinzón y Reina, del consejo de S. M. visitador de las reales dehesas y montes, visito las Dehesas Reales existentes en los alrededores de Mondoñedo. Estas Dehesas fueron creadas para que la marina, tanto mercante como del Estado, pudieran surtirse de buenas maderas.
Pasó por el barrio de Cesuras y encañadas de agua que descienden en términos de los montes que testan en las laderas de la Infesta y ?Losera?, que eran del dominio del venerable Deán y Cabildo de la catedral de Mondoñedo, marcando y disponiendo que un gran trozo de dichos montes para que en él se hiciese y se plantase una Real Dehesa de robles y otros árboles, para su majestad. En el mismo término, también dispuso y marcó, otro pedazo de monte para hacer un vivero sembrado de bellotas y cerrado de pared. En enero de 1791, cumpliendo lo dispuesto por la Real Ordenanza de Montes, se plantaron árboles en las dehesas reales del municipio, las que se hallaban bien amuralladas.
En 1846 las dehesas nacionales de Mondoñedo eran las siguientes: 1)- Otero, en Otero, de 6 ferrados y 178 robles. 2)- Cesuras, en Cesuras, de 8 fanegas. 3)- Ambroz, en Ambroz, de 14 fanegas y 359 robles. 4)- Trigas, en Trigas, de 18 fanegas y 350 robles. 5)- Ferreira, en Santa María Mayor, de 7 fanegas y 556 robles. 65)- Cota, en Lindín, de 2 fanegas y 160 robles. 7)- Barreira, en Argomoso, 48 robles. 8)- Paibeira, en Sasdónigas, de 6 ferrados y 200 robles. 9)- Carballeira, en Cima de Vila, de 3 fanegas. 10)- Camba, en Vilamor, de 8 fanegas. 11)- Ramido, en Viloalle, de 4 fanegas. 12)- Porto do Romeo, en Figueiras, de 7 ferrados y 200 robles. 13)- Corripa, en Masma, de 4 fanegas y 400 robles (1).
La Dehesa Nacional de Trigás se hallaba situada en el lugar denominado ?Fraga? o ?Valiña da Gloria?, del barrio de Maariz, de la parroquia de Santiago de Mondoñedo. En 1846 se hallaba notablemente despoblada de árboles.
El 24 de marzo del citado año, el juez pedáneo de la Rilleira de Trigás, Santiago Pardo, vecino de Maariz, comunica por escrito al Alcalde de Mondoñedo que en la Dehesa Nacional se han ocasionado varios robos. En concreto, que notó la falta de quince robles, dos de ellos de quince pulgadas de circunferencia, dos de cinco y los once restantes de siete, así como la falta de seis haces de tojos y dos de argoma, no habiendo sido posible localizar al infractor o infractores.
En 1851 era Comisario de Montes de la provincia de Lugo D. Arcadio Sánchez Sandino (2). En 1861 era celador de la dehesa de Trigás Rosendo Cabanas, residente en el lugar de Prado, quién disponía de una carabina de su propiedad. El pedáneo, Santiago Pardo también disponía de arma de fuego propia.
En octubre de 1855 se cortan todas las leñas y árboles viejos y enteramente inútiles, para repoblar toda la dehesa de pinos. En abril de 1858 se cava toda la superficie de la Dehesa de Trigás y se prepara el terreno para la siembra de pinos.
Con el paso de los años, estas dehesas nacionales dejaron de cumplir sus funciones y sus terrenos pasaron a manos particulares. El 9 de diciembre de 1862 es subastada la Dehesa Nacional de Trigás, la que es considerada de primera calidad, pese a contener tojos, pinos nuevos y otras zarzas. El arbolado fue tasado en 2000 reales y el terreno en 4050. Le fue adjudicada la subasta a D. Rafael Núñez, para ceder a D. Pedro y D. Aquilino Arias de Mondoñedo (3).
Transcurrido un tiempo, la superficie de la antigua dehesa, que estaba toda cerrada de un alto muro de piedra, fue adquirida por la familia conocida como ?Do Roxo? de Maariz, quienes, con el discurrir del tiempo construyeron en medio de su superficie una edificación, con fuertes muros de piedra y tejado a dos aguas y cultivaron una parte importante de su superficie. En la parte superior de la finca y costado izquierdo de la carretera que comunica Mondoñedo con Villalba, construyeron un pozo artesiano. Toda esta superficie de terreno es conocida entre los vecinos de los lugares más próximos como ?A Fraga do Rey?.
Los miembros de esta familia de Maariz, por razón de edad, fueron desapareciendo y la superficie de terreno se fue cubriendo de eucaliptos y de otras especies arbóreas. Hace pocas fechas que fue talada toda la madera de la finca y plantada de nuevo, dejando al descubierto la edificación y los altos muros de piedra que circundan toda su superficie.
(1)- D. Eduardo Lence Santar, Boletín de la Comisión de Monumentos de Lugo, Tomo V, Pág. 163.
(2)- Boletín Oficial de la Provincia de Lugo, núm. 19, 12 de febrero de 1851, pág. 2.
(3)- Boletín Oficial de Venta de Bienes Nacionales: Provincia de Lugo: Núm. 38, 4 de noviembre de 1862.
|