 Desde muy antiguo en el Ayuntamiento de Mondoñedo existieron tres Rilleiras: Cesuras, Trigás y Ambroz. Con el arreglo parroquial realizado a finales del siglo XIX por el obispo D. Manuel Fernández de Castro, desaparecen estas tres Rilleiras y surgen las actuales parroquias de Nuestra Señora de Los Remedios, San Vicente y Nuestra Señora del Carmen. El resto de sus territorios pasa a pertenecer a la parroquia de Santiago de Mondoñedo.
De la antigua Rilleira de Ambroz, el catastro del Marqués de la Ensenada, en su pregunta tercera nos dice: ?dicha Rilleira y su término tiene de Levante a Poniente, un cuarto de legua y de Norte a Sur, media legua, que para andarse a un paso regular se necesitan seis horas por lo penoso y montañoso que es. Linda, principiando en el puente llamado de Ruzos, río arriba, hasta el rego que viene desde la fuente nombrada das Donas, subiendo por este arriba, por la parte del Sur hasta dicha fuente y desde esta, en derechura a la pena que llaman del morto, hacia el Levante, confinando con monte de la feligresía de Santiago de Lindín y desde dicha pena a lo alto del monte que llaman de Camba, dividiendo el Coto de Cima de Vila y la feligresía de Santa María de Vilamor, en derechura, por el Norte, a dar en el río que llaman Sierra de Agua, subiendo por la parte del Poniente a la puente de Ruzos, siguiendo río arriba hasta dicha puente de Ruzos?.
Prácticamente, en el centro del territorio de la antigua Rilleira de Ambroz brota un abundante manantial, que da su nombre a la Rilleira, en el que se ha levantado un modesto muro de piedra para el sustento del terreno, al que le fue colocada una cavidad para depositar las antiguas sellas de madera o cubos para trasportar el agua a los domicilios y unos rústicos lavaderos de mano.
Durante muchos años se surtieron de su agua e incluso hicieron uso de sus lavaderos los vecinos de ?Aspera?, ?Argueira?, ?Longarela? o ?As Canoiras?. El agua de este abundante manantial, junto con las ?do Torno?, ?do Teixo?, ?Monfadal?, ?Ramis? y otras, forman un torrencial regato, cuyas aguas fueron aprovechadas durante siglos para mover las piedras de tres molinos harineros. Estos tres molinos se hallan: uno prácticamente desaparecido, otro en estado ruinoso y otro en un estado aceptable de conservación.
La despoblación, el abandono del medio rural, la llegada de las máquinas lavadoras y la comodidad de dotar de agua a los domicilios hicieron que la gran mayoría de estos manantiales y lavaderos fueran abandonados y la exuberante vegetación y el deterioro hicieran mella en todos ellos.
La Asociación de vecinos de la actual parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Mondoñedo, solicitaron una subvención a la Xunta de Galicia, la cual les fue concedida, para asegurar el muro que sujeta el terreno, limpiar toda la vegetación y recuperar la fuente y lavaderos para disfrute de todos los amantes de la naturaleza. También tienen proyectado adecentar su entorno. Brillante idea y laboriosa actuación.
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