
El domingo 17 de septiembre de 1905 se desató una espantosa tormenta de viento y agua sobre la comarca de Mondoñedo. Algunos puentes, prácticamente barridos, cuantiosos frutos perdidos, un trozo de la carretera de Mondoñedo a Vivero totalmente inutilizada, numerosos caminos deshechos y los daños cuantiosos.
Los puentes del Mazo y de S. Ramón de Viloalle han desaparecido. Solamente se sabía de su existencia por algunos estribos de cantería que lograron mantenerse de pié (1). El río Masma, a donde van a parar otros pequeños ríos, era un mar inmenso. El agua llegó a la altura de las paredes de la huerta del Palacio de Buen Aire de Masma.
La intensa lluvia hizo que desbordaran los ríos, de tal manera que los vecinos subieron las reses a las habitaciones, otros llevaron el ganado a sitios elevados y los amarraron a los árboles. Otros animales domésticos perecieron ahogados.
La tormenta de agua y viento cesó a las cuatro de la madrugada. El mayor consuelo es que no hubo que lamentar desgracias personales.
Como anécdota: esta fatídica noche descendió desde la parte inferior del camino por el que se asciende a las viviendas del lugar de ?Chaelo? de Viloalle una voluminosa roca de cantería, que alcanzó tal velocidad al rodar monte abajo, que logró superar el trazado del camino que comunica los lugares de ?A Cabana? a ?Ferrería? y penetró en el cauce del río Masma. Transcurridos algo más de ciento diez años del suceso, aseguramos que la enorme roca, en el mes de mayo del año 2017, continúa en el centro del lecho del río Masma.
(1)- ?El Norte de Galicia?, del 20 de septiembre de 1905, núm.1370, pág. 1.
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