 El 26 de septiembre de 1939 llegaron a Mondoñedo las primeras fuerzas del Tercer Batallón de Infantería de Montaña Nº 30. Salieron a recibirlas las autoridades y numerosos vecinos, viéndose muchos edificios engalanados. Poco a poco fueron llegando más fuerzas, que fueron acuarteladas en dependencias del antiguo convento de Alcántara. El 14 de noviembre de 1939 visitó el cuartel de Alcántara el laureado general, Gobernador militar de la provincia D. Heli Rolando de Tella Cantos.
En honor de su patrona la Inmaculada Concepción, el Batallón organizó varios festejos en el Teatro Principal y en el Salón de Actos del Seminario de Mondoñedo: Pasacalles por la Banda, desfile militar, solemne Misa Pontifical, festejos en la explanada de Los Remedios, concurso literario, sesión de cine etc. También participaron en los actos la Banda Municipal de música y la ?Coral Mindoniense?.
El 10 de diciembre de 1942, el capitán jefe del 4º Batallón y comandante militar de la plaza, D. Ángel López López, se dirige por escrito al Presidente de la Sociedad de Obreros Católicos de Mondoñedo: ?Habiendo recibido ordenes del Sr. Coronel jefe de este Regimiento N º 30 de tener preparado, con la mayor urgencia, alojamiento para completar los cuadros de tropa de este Batallón en número superior al personal que disponemos en la actualidad en este cuartel y debiendo ser estos alojamientos los más próximos posibles al domicilio social de esa Sociedad para dicho fin?. Las nuevas tropas ocuparon a partir del 16 de diciembre del citado año la planta baja y el primer piso del edificio que tenía la expresada Sociedad en la calle Pacheco (actual Casa de la Juventud).
Durante el tiempo que permanecieron estas tropas en Mondoñedo, alguno de sus miembros unieron sus vidas con jóvenes mindonienses. Conocemos los casos del capitán D. Ángel López se uniría en matrimonio con la joven Maruja Meilán Torres; el sargento Antonio Mayoral con Marina Díaz y el soldado Antonio Calles Pinto con Lourdes Fernández Robles.
A mediados de la década de los años cuarenta, estas tropas abandonan definitivamente el acuartelamiento de Mondoñedo.
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