 El 6 de septiembre de 1816 se le dio sepultura eclesiástica en la capilla mayor de la iglesia parroquial de S. Bartolomé de Cadavedo (Pastoriza), al lado del Evangelio, señalada con una cruz, la lápida que cubre los piés al cadáver de un hombre que se extravió en el monte conocido como ?de Montouto?, en términos de la expresada parroquia y al que se le reconocieron señales de cristiano, como un rosario, un escapulario y un cordón de S. Francisco. La densa niebla que cubría la cumbre de los montes de la zona, fue la causa de que se desorientase y pereciese en tal paraje.(1)
Informadas las Autoridades del hallazgo del cadáver y de haberle ya dado cristiana sepultura, éstas ordenan desenterrar el cadáver para intentar reconocerlo. Fueron congregadas en el interior de la iglesia parroquial de Cadavedo varias personas para efectuar un reconocimiento al difunto, logrando algunas reconocerlo e incluso, sorprendentemente comentaron que lo habían tratado en vida. Resultó ser Juan Gutiérrez, vecino de la población de Villalón de Campos (Valladolid).
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de S. Bartolomé de Cadavedo, libro 3 de defunciones, folio 94.
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