
En uno de los costados de la vieja casa rectoral de la parroquia de Santa María de Vilamor (Mondoñedo) fue erigido un cabozo de grandes dimensiones y una edificación de forma cuadrada y con dos alturas que fueron utilizados durante muchos años como granero, palomar, almacén de diversos frutos y caballeriza.
Cierto año, por la festividad de la Patrona de la parroquia, ante la falta de palco para los músicos que amenizaron la fiesta y por culpa de las inclemencias meteorológicas adversas, la comisión organizadora de los festejos, decidió soltar las tablas de madera de uno de los costados del cabozo e improvisar su elevado espacio como palco musical.
Es la primera edificación multiusos que conocemos de Mondoñedo y sus alrededores.
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