 En el mes de febrero de 1893, la empresa ?La Electricista Mindoniense? estaba regida por: Gerente, Ramón Prieto; Director, Jesús Adran (Gerente de la Sociedad electricista de Villafranca del Bierzo); Administrador, Francisco Armesto Vinuesa; Consejeros, Alejo Ferreiro, Antonio González, Antonio Cabanas y Gaspar Armesto (1).
A finales del mes de febrero de 1893 ya estaban montadas las tuberías y la dinamo que iban a producir en la Fervenza energía eléctrica para Mondoñedo. Un fuerte temporal que azotó a la comarca mindoniense demoró unos días su inauguración.
El salto de agua que fue necesario construir tenía trece metros de altura. Se derivaban del cauce del río Tronceda 600 litros de agua por segundo. Se conducía esta agua por un canal de unos 250 metros de longitud, abierto en su mayor parte en roca y sostenido por un muro de cantería y terminando en un tubo de hierro de 22 metros de longitud y 70 centímetros de diámetro interior y una inclinación de 40 grados.
La dinamo fue construida en los talleres Oarlikon de Suiza. En diferentes puntos de la ciudad se colocaron varios transformadores, que reducían la tensión a 100 voltios.
La recién construida casa-fábrica constaba de tres cuerpos: 1)- el inferior, en el que está colocada la cámara de hierro de la turbina 2)- el destinado a la transmisión horizontal de la fuerza desarrollada por aquella 3)- la sala de máquinas, de 54 metros cuadrados de superficie. El edificio fue construido con fuertes muros de cantería y fue colocada pocos metros más arriba de la bella cascada de la Fervenza. Transcurridos unos años, con el aumento del consumo de energía eléctrica por los vecinos y la expansión a otras localidades, estas instalaciones se mejoraron y aumentaron. En enero del año 1907, con objeto de levantar los planos de una nueva fábrica en el Tronceda, de mayor tamaño y con mayor salto, llega a Mondoñedo un ingeniero de la casa Alemeyer, quien entregará la maquinaria para la nueva obra.
(1)- Baluarte de Galicia, 16 de marzo de 1893, número 6.
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