 A comienzo de la década de los años sesenta del siglo XIX, el Ayuntamiento de Mondoñedo quiso dar un gran impulso al arbolado en los márgenes de las carreteras, en los paseos y sitios públicos. Para ello, se vió obligado a aumentar en los presupuestos una asignación mayor para plantar más árboles, para renovar otros y para la conservación de todos ellos.
A primeros del mes de octubre de 1861, el Ayuntamiento de Mondoñedo (1) acuerda plantar unas acacias desde el comienzo del Palacio Episcopal hacia la Fuente Vieja y a lo largo de la nueva obra de cubierta del Río de Sisto.(2)
A comienzos de los años cincuenta del pasado siglo, se realizan importantes obras en el pavimento del Palacio Episcopal y Fuente Vieja. En estos momentos el arroyo Sisto, que cruza la población por el Sur, se hallaba encauzado en una vieja alcantarilla, discurría a cielo abierto por el camino del Matadero Municipal hasta verter sus aguas en el cauce del río Valiñadares y era utilizado en una parte del recorrido como receptor del alcantarillado. Cuando se rematan estas importantes obras, es cuando se retiran los troncos de las viejas acacias que jalonan la fachada del Palacio Episcopal y el frontal de algunas viviendas. El cemento comienza a cubrir el pavimento de la mayoría de las calles mindonienses.
(1)- Formaban parte de la corporación mindoniense D. Fernando Lago, Alcalde; D. Joaquín Candia, D. Juan Ferreiro, D. José Seibane, D. Valentín del Seijo, D. Nicolás Piñeiro, D. Antonio Andrade, D. José María González, D. Manuel Silva Villaronte, D. José Martínez Caballero y D. Alberto Rábade, concejales.
(2)- Archivo del Ayuntamiento de Mondoñedo, carpeta 967, acta de 7 de octubre de 1861.
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