 Como acontece moitas veces, a Igrexa -neste caso a chilena- non acepta as críticas que recibe pola sua xestión administrativa e RSP lembra, unha vez máis, que hai que separar o humano do divino...
2 de agosto de 1942
?MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO"
Por Ramón Suárez Picallo
Lo dijo Jesús, Rabí de Galicia, Hijo de Dios Vivo, Redentor del género humano cuando los judíos trataron de atribuirle aspiraciones políticas de índole terrenal. Lo reafirmó la Iglesia en sus primeros tiempos, cuando el supremo galardón de sus apóstoles y de sus padres, era la corona del martirio. Lo desmintió después, cuando, estrechamente vinculada a los opulentos de las riquezas y del poder, se hizo institución humana con Administradores, Visitadores, Gerentes y Banqueros, como una Sociedad en Comandita expuesta a todas las humanas debilidades.
Esto lo sabe el Episcopado chileno ?en general culto, y virtuoso como el primero del mundo- que acaba de pronunciarse, con una declaración colectiva, acerca de actos administrativos terrenales, por debajo de lo divino, de uno de sus miembros. Protestan sus Eminencias Reverendísimas porque ?cierta prensa?, en uso de un derecho indiscutible, en un régimen democrático- y en Chile existe un régimen democrático- ha puesto en tela de juicio la gestión de un prelado en función administrativa; en menesteres ajenos a las cuestiones de la Fe. Y lo hacen en lenguaje inusitado, extraño por entero a la humildad cristiana, e inconveniente en una Democracia. Es un lenguaje enérgico, que estaría mucho mejor empleado, refiriéndose a las torturas del virtuoso clero vasco que gime en los campos de concentración; a los sacerdotes y fieles de la Polonia cristianisima que terminan colgados en la horca; o, a aquellos otros maltratados, en la Alemania nazi; privados de practicar su culto, de expandir su enseñanza y de explicar el Evangelio de Cristo.
No prodiguen los señores Prelados sus declaraciones colectivas así como así: resérvenlas para los grandes problemas de la Fe, harto necesitados de esclarecimiento y explicación, frente a la confusión reinante por esos mundos de Dios. Y sobre todo ?insistimos en esto- no mezclen lo humano con lo divino. Aténganse a la afirmación jesuscristiana: ?MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO?. Y los fundos, las propiedades urbanas y el dinero son cosas de este mundo vil y materialista.
(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile o día 2 de agosto de... 1942) |