EL CORREO GALLEGO - 05/01/2008
En busca del valle encantado
Donde solo los huesos hacen ruido
El ferrolano Val de Esmelle cierra un 'annus gloriosus': premio de la ONU, Insignia de Ouro del Concello y mención en los Solidariedade de Galicia ·· Sus vecinos han rehabilitado molinos y fuentes, recuperado topónimos y trazado rutas de los sentidos
PATRICIA HERMIDA ? FERROL
Cuando llegaba el verano y se desataba San Xoán, los vecinos de Esmelle ejecutaban sus ritos en busca del amor y la salud. "As eiras adornábanse con espadanas, e nas ventanas deixábanse vasos de auga con ovos", recuerda Carmucha. Pasada la medianoche, los más osados rodaban por prados encharcados en rocío "para espantar a sarna". Aquella magia persiste en la sangre de los descendientes de Esmelle: auténticos Merlines recreadores de un pasado idílico.
Con sus propias manos, los vecinos de esta parroquia ferrolana han rehabilitado su cultura patrimonial: molinos de harina, viejos lavaderos, rutas con topónimos abandonados, fiestas de los tatarabuelos. Y su quijotesco espíritu cierra un año triunfal: premio de la ONU, que catalogó su práctica como GOOD en el VII Concurso Internacional de Buenas Prácticas; mención honorífica en los Solidariedade de Vicepresidencia da Xunta... y la Insignia de Ouro que le concederá el Concello de Ferrol en la próxima gala de San Julián.
Capitaneados por Rafa Beceiro y Manuel Lorenzo Ramos, los habitantes de Esmelle han dedicado domingos y domingos a la reconstrucción de su patrimonio etnográfico. Incluso un calendario colgado en la web www.valledeesmelle.com invita a las jornadas laborales-dominicales, a las nueve y media de la mañana. Y como resultado de ese espíritu emprendedor, que agrupa a un mínimo de 15 vecinos en cada tanda, ya se han restaurado integralmente los molinos de Otero y As Salgueiras. Y la comunidad trabaja en la rehabilitación de Mougá, Ferreiro y Lavandeira. Hasta se recuperaron 300 topónimos en desuso. Una auténtica resurrección de la piedra en la aldea del agua.
Impera la leyenda vecinal del silencio: "Donde los huesos hacen ruido". Y con la impronta de Cunqueiro en las rutas, homenaje a su celebrado bosque de Merlín: "Quizá mejor que decirla fuera pintarla: la selva de Esmelle".
Quinquenio comunal
El día en que Mahoma fue a la montaña
Desde 2003, los vecinos de Esmelle han trabajado duro hasta llegar a los últimos reconocimientos. La ONU incluye su actuación en la biblioteca de Ciudades para un Futuro más Sostenible. Y el Proxecto Esmelle también se incorpora a la publicación del séptimo Catálogo español de buenas prácticas. Atrás quedan jornadas de labor en lavaderos, molinos o fuentes como la de Evarista. Incluso Esmelle apareció como modelo a seguir en la Exposición Internacional de Zaragoza, dentro de la semana Agua y sociedad.
Con más de doscientos años de historia, los molinos también han reunido a las romerías castrexas: antiguas fiestas de nuestros antepasados. Las noches se han utilizado para las rutas por los senderos, con sesiones de astronomía. Y se planea el renacer del castro de Esmelle. El último reconocimiento se recibirá el 7 de enero, con la entrega de la Insignia de Ouro del Concello de Ferrol a la asociación vecinal. Cinco años de batalla para retornar a la selva idílica de Cunqueiro: "El invierno es largo, largo en Esmelle. Pero el verano es dulce, y también la otoñada" .
MUNDO CUNQUEIRO
Tres quilómetros por los cinco costados
No falta una Ruta de los Sentidos: con cebos para el tacto, la vista, el oído, el olfato y el gusto. Sobre todo con el jardín de olores y sabores, plagado de hierbabuena y tomillo. Aunque para viajar entre 22 molinos harineros: la Ruta dos Muíños.
Paseo de la mano de 'Merlín e familia'
Se desempolvan viejos topónimos: como la Poza da Lagoa, que nombra a una de las rutas. Y citas de la obra Merlín e familia, de Cunqueiro, señalan el camino junto a una estatua del mago: "En la noche de Esmelle todo se hacía con luces" .
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