
Unha das razóns que motivaron a creación do blogue Arredor de Lámbrica é a aclaración de certas incorreccións que soen producirse na bibliografía de autores, algúns eminentísimos, que contribúen á creación de falsas ideas que serán, a súa vez, recollidas por outros autores posteriores, engordando así o bulo e confundindo aos lectores, aínda que non exista mala fe.
* Lansbriga é un topónimo que non existe en ningún lugar. Non se coñece. Sería único, o que fai dudar moito da súa veracidade. Os topónimos soen repetirse, aínda que teñan unha lixeira variación fonética. Por razóns que xa se comentaron noutros artigos deste blogue, o topónimo * Lansbrica non é correcto, pero espallouse por canles diversas e acadou tal universalización que podemos esperar que sexa o nome futuro do xacemento castrexo ou citania de San Cibrao das Las.
As lecturas da ara de Eiras, de onde procede tal topónimo, non son aínda definitivas. Parece que a ninguén lle preocupa tal situación, permitindo que unha peza de tanta importancia siga á intemperie erosionándose inverno tras inverno.
Na fotografía adxunta, sen ánimo de convencer a ninguén -vexo que é imposible- van remarcadas en cor amarela a letra discordante, M, e o B que lle segue. O M, que poucos se atreven a ver, o que diferenza Lá Mbrica de * LaNSbriga, está bastante claro. Os lectores opinarán...

Una de las razones que impulsaron a la creación del blog Arredor de Lámbrica es la aclaración de ciertas incorrecciones que suelen producirse en la bibliografía de autores, algunos eminentísimos, que contribuyen a la creación de falsas ideas que serán, a su vez, difundidas por otros autores posteriores, engordando así el bulo y confundiendo a los lectores, aún cuando no exista mala fe.
* Lansbriga es un toponimo que no existe en ningún lugar. Sería, por tanto, único, lo que hace dudar mucho sobre su veracidad ya que los topónimos suelen repetirse, aún cuando se diferencien por ligeras variaciones fonéticas. Por razones que ya se comentaron en otros artículos de este blog, el topónimo * Lansbriga es incorrecto, pero se difundió alcanzando tal universalización que podemos esperar que sea el nombre futuro del yacimiento castreño de San Cibrao das Las (Ourense).
Las lecturas del epígrafe de Eiras, de donde procede el imaginario topónimo, no son aún definitivas. Pero parece no interesarle a nadie tal situación, permitiéndose que una pieza de tanta importancia siga a la intemperie y abandonada, erosionándose invierno tras invierno.
En la fotografía que adjunto, sin ánimo de convencer a nadie -veo que es imposible- se han señalado en amarillo la letra de la discordia, y la B que le sigue. La M que pocos se atreven a ver, la que diferencia Lá Mbrica de * LáNSbriga, está bastante clara. Los lectores juzgarán...
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FUENTES ESCRITAS SOBRE EL TOPÓNIMO
Pomponio Mela en el siglo I, se refiere a una ciudad con ese nombre (De Chorografía, Libro III). Si no se tratara de nuestra Lámbrica, al menos sabemos que existía ese topónimo:
"Totam Celtici colunt, sed a Durio ad flexum Grovi, fluuntque per eos Avo, Celadus, Nebis, Minius et, cui Oblivionis cognomen est, Limia. Flexus ipse Lambriacam urbem amplexus recipit fluvios Laeron et Ullam".
A continuación reproduciré unos párrafos extraídos de la voz Lámbrica en la GRAN ENCICLOPEDIA GALLEGA, que pueden darnos una idea de la clarividencia que han tenido los investigadores para dar la ubicación exacta de la ciudad de Lámbrica:
"Desde la recuperación de los textos clásicos en el Renacimiento, diversos autores se han ocupado de la localización de Lámbrica y han propuesto distintas ubicaciones y emplazamientos. Con frecuencia la han confundido con Talabriga, de la que habla Appiano al relatar las campañas de Décimo Junio Bruto, lo cual lleva a muchos a situarla en Portugal, entre el Vouga y el Duero, e incluso al norte del Duero, como Huerta, para quien estaría entre Viana y Valença.
Recientemente, X. C. Bermejo Barrera la emplaza entre el Limia y el Miño. Frente a otras opiniones (Vossio, sin asegurarlo, la ubica en Muros), el Padre Sarmiento sostiene que su emplazamiento debe ser A Lanzada, hipótesis compartida por Cornide y Saavedra, mientras que para el Padre Fita y García de la Riega ?e incluso el propio Sarmiento en algún momento- estaría en Pontevedra.
S. Golpe y Couceiro Freijomil la sitúan en la región de los ártabros, hacia Bergantiños. El Padre Flórez y Juan Sotelo, hacia Baiona; Cuevillas, Bouza Brey y Monteagudo se inclinan por la ría de Arousa; García Bellido por A Lanzada, basándose en los hallazgos aquí encontrados; Murguía, sin especificar razones, la ubica en la desembocadura del Umia, y Verea de Aguiar, identificándola con Talabriga, en Portugal.
En cuanto a su nombre, cabe relacionarlo con otros topónimos de la Península Ibérica, como Langobriga (en la Lusitania) y Flavia Lambris (en la costa cantábrica)."
(Gran Enciclopedia Gallega, t. XVIII)
Una de las fuentes clásicas que tenemos para conocer las campañas de Roma en la Península Ibérica es la Historia Romana de Appiano, escrita hacia mediados del siglo II con datos recogidos de Polibio. Polibio había viajado por Hispania hacia el año 133 a. de Cristo.
Son bastantes los autores que en los siglos XIX y XX se han basado en estos textos para hablar de Lambrica, Labrica o Talabriga citada en la descripción de la llegada de Décimo Junio Bruto en el 137 antes de Cristo. Se supone que tal expedición no superó el límite del Miño, "aínda que ben puido sobrepasalo, chegando a pisa-la orilla dereita do río" 1 (MARTÍNEZ MERA). Expondré a continuación tres ejemplos:
JUAN DE MARIANA:
"Decio Bruto sosegó las alteraciones de los gallegos y lusitanos, y forzó a que se le rindiesen los labricanos, pueblos que por aquellas partes se alborotaban muy de ordinario. Púsoles por condición que le entregasen los fugitivos, y ellos dejadas las armas se viniesen para él. Lo cual como ellos cumpliesen, rodeados del exército, los reprendió con palabras tan graves que tuvieron por cierto los quería matar; pero él se contentó con penarlos en dinero, quitarles las armas y las demás municiones que tanto daño a ellos mismos acarreaban. Por estas cosas Decio Bruto ganó el sobrenombre de Galaico o Gallego. Esto sucedió en el consulado de Mancino y Lépido."
En nota a pie de página dice: "En las mejores ediciones de Appiano se llama esta ciudad Talabriga y no Labrica, y así debe decir los talabrigenses en el caso que los demás pueblos fuesen del distrito de Talabriga, porque Appiano no lo dice. App. De Bell. Hisp. Pág 501." ( Historia General de España. Tomo II. Página 241. Madrid 1817.)
FELIX ALVES PEREIRA:
"Talabriga, escreve Appiano, era uma das cidades (da Lusitania) que mais frequentemente se revoltava. Esta falta de resignação, este, direi eu, germen de patriotismo ou melhor de municipalismo, não podia tranquillizar Decimo Junio Bruto, que julgou que o caso era de reclamar a sua presença no local da cidade. Partiu com numerosa gente, e ao seu apparecimento responderam os irrequietos Talabrigenses com supplicas e o seu incondicional abandono á discrição do conquistador. Então J. Bruto foi energico e insaciavel, mas ao mesmo tempo teve um lanço inesperado de generosidade. Quis fazer-lhes sentir primeiro a dureza cruel do seu braço de guerreiro, e para isso impôs-lhe a immediata entrega dos transfugas das hostes d'elle, certamente alliados dos romanos, a dos prisioneiros, a de todo o armamento e ainda por cima exigiu refens. Depois chegou a ordenar-lhes que abandonassem a cidade com suas mulheres e filhos. Parece que o prestigio militar de J. Bruto não valia menos que seu tino de politico e conquistador. Os Talabrigenses aprontaram-se para obedecer alli mesmo. Mas o capitão romano queria compor-lhes um quadro que lhes impressionasse perduravelmente a imaginação. E ia espreitar o effeito produzido.
Desdobrou em circulo as suas tropas e, agglomerando dentro a chusma dos habitantes humilhados, arengou-lhes. Fez-lhes perceber que não receava a sua turbulencia indomita, porque quantas vezes desertassem, outras tantas elle viria combatê-los e reduzi-los com a necessaria firmeza, incutido assim o receio e a convicção de que no momento adequado, J. Bruto cairia sobre elles com toda a energia, o general romano quebrantou a sua ira, satisfeito com estas objurgatorias. Mas não sem que lhes tomasse os cavallos, os mantimentos, os dinheiros da cidade com todo o outro material publico. Isto era claramente deixá-los na impotencia e até na penúria. E por fim J. Bruto, contra tudo quanto os Talabrigenses podiam já esperar (pratter spem), restituiu-lhes a cidade para nella continuarem a habitar. Isto passava-se já meado o sec. II, antes de Christo (138 a. C). Feito isto, o conquistador regressou a Roma." (...)
" Entrevejo pois para a archeologia portuguesa este problema: sondar o jazigo de Talabriga, verdadeiro simbolo do nosso sentimento de independencia territorial e figura-se-me que mostrei onde com toda a probabilidade elle se deve encontrar. Espero ter eu mesmo ensejo de averiguar se o simples e frio raciocinio me guiou, sem desvio, até as trincheiras historicas, que occultam os miserandos restos de Talabriga.
Conservar-se-ha ainda evolucionado este toponimo? Responderá o onomastico, paternalmente assistido pela philologia, não se dando o caso mais provavel do verso susodito de Vergilio: Haec tum nomina erunt, nunc sunt sine nomine terrae!" ( Paginas Archeologicas. III Situaçâo conjectural de Talabriga. Lisboa, 1907.)
VICENTE RISCO:
"Llegado el Cónsul al río Miño ("Nimius" o "Niben" en Appiano) los brácaros le cortaron el aprovisionamiento, y tuvo que volverse. De los galaicos que luchaban contra Bruto, hace Appiano una pintura heroica: "Iban a la guerra con sus mujeres, marchaban alegres hacia la muerte, no volvían la espalda en las batallas, no se lamentaban por los muertos. Las mujeres, cuando las cogían, se mataban por su mano y mataban a sus hijos".
Bruto tomó hasta 30 castros, pero la ciudad de Lámbriga, que por dos veces hiciera paces con él, después de rebelarse, se negó la segunda vez a entregar a los desertores de las legiones de Bruto, así como las armas y rehenes. Al fin, se avinieron. El Cónsul los mandó salir de sus muros, y cuando los tuvo indefensos, los rodeó y les concedió el perdón, pero les llevó los caballos, los frutos y el dinero del común.
Valerio Máximo dice que Bruto atacó después a "Cinninia", "Cinnania" o "Cinginnia", ciudad rica, que se empeñaba en sostener ella sola la guerra. Sitiada y habiéndosele ofrecido la libertad, mediante un crecido rescate, los ciudadanos dieron la respuesta clásica: "Nuestros padres nos dejaron hierro para defender la patria, no oro para comprar la libertad a un general avariento". Y Bruto tuvo que levantar el cerco.
Livio y Orosio hablan de otras batallas, y Floro dice que Bruto recorrió victorioso las orillas del océano, y desde ellas, no sin temor de haber cometido sacrilegio, vio ocultarse el Sol en las aguas del mar.
Vuelto a Roma, obtuvo los honores del triunfo y el nombre honorífico de "Callaico", por ser el primero en vencer a los gallegos (...)" ( Manual de Historia de Galicia. Pag. 31. Galaxia. Vigo, 1971.)
Del supuesto topónimo * Lansbriga no hay rastro en ningún sítio. ¿Un topónimo singular?. Desde los años setenta unos autores siguen a otros con un inexplicable afán de relacionar Lans- con el topónimo local actual de Las, opción que considero desacertada.
No puede demostrarse que la Lámbrica de los textos clásicos sea la misma que figura en el ara de Eiras, pero es indiscutible que el epígrafe del ara alude a una Lámbrica, un nombre conocido en la Antigüedad. Por cercanía al castro existen muchas posibilidades de que se trate del nombre del mismo. El microtopónimo A Chaira, existente en el monte del castro, puede darnos pistas de cara a un futuro estudio etimológico.
(1) En la orilla derecha del Miño, a 2 o 3 Km., está nuestra Lámbrica.^
Bibliografía
ALVES PEREIRA FELIX: Paginas Archeologicas. III Situaçâo conjectural de Talabriga. Lisboa. 1907.
JUAN DE MARIANA. Historia General de España. Tomo II. Página 241. Madrid 1817.
MARTÍNEZ MERA, J.: "Expedicións militares a Gallaecia na época republicana" en Gallaecia, ISSN 0211-8653, Nº 20, 2001 , págs. 297-316.
RISCO V.: Manual de Historia de Galicia. Pag. 31. Galaxia. Vigo, 1971.
VVAA: Gran Enciclopedia Gallega. Tomo XVIII. Santiago/Gijón. 1974.
GONZÁLEZ IGLESIAS, F.:"O patrimonio, esquecido, no San Amaro. Análise da situación do patrimonio nun concello rural na provincia de Ourense". en Ágora do Orcellón 17. Páx. 38-52. Vigo. Marzo de 2009. ISSN 1577-3205.
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