
A comienzo de los años veinte la mayoría de los habitantes de Mondoñedo se surtían del agua de la Fuente Vieja, Pelameos, Nueva o del Cuartel, Río de Sixto y Fuente de San Juan. En el año 1916 es clausurada ?oficialmente? la Fuente Vieja por emanaciones de las cuadras de las casas colindantes. El ayuntamiento decide hacer una nueva conducción de agua potable para abastecer a la población ya que la de los Pedregás y Espiño escaseaba en alguna estacione del año. Se piensa hacer esta nueva conducción desde los abundantes manantiales de Mouros y La Grande, situados en la ladera de los montes de A Pena da Roca, entre los lugares de Redondo y Prado, de la parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios.
El Boletín Oficial de 28 de julio de 1923 dice: Ministerio de Fomento- Dirección General de Obras Públicas- Sección de aguas. Se subasta las obras de conducción de agua para abastecimiento de Mondoñedo (Lugo).
El presupuesto del contrato asciende a 69848´55 pesetas y la fianza provisional asciende a 3500 pesetas. La subasta se verificó en la Dirección General de Obras Públicas el día 8 de septiembre, a las 12 horas. En octubre de 1923 las obras de la traída de aguas de Mondoñedo fueron adjudicadas a D. Isidro Fernández Rodríguez por la cantidad de 67340 pesetas.
El 21 de diciembre llegan a Mondoñedo el ingeniero de la División Hidráulica del Miño D. José Graiño, el Sobrestante Sr. Millán y el contratista para proceder al replanteo de la obra. En el pleno municipal del 6 de febrero de 1928 se acordó por unanimidad aprobar las bases y presupuesto de la citada traída de aguas. En una de esas bases se dispone que el 80% de los obreros que trabajen en la traída de aguas pertenezcan a la población.
En julio de 1928 el ayuntamiento acordó nombrar técnico-director de las obras al arquitecto domiciliado en esta ciudad D. Roberto Lage Baamonde. En el mes de septiembre dan comienzo las obras, para las cuales se halla en Foz el material necesario. En noviembre se trabaja activamente en las obras, encontrándose colocada la tubería desde el manantial al depósito. El depósito se construyó en la parte alta del Campo de la Feria (actual Paxariños).
El ayuntamiento nombra una comisión, integrada por varios concejales para inspeccionar las obras de la nueva traída de agua. Formaban parte de esta comisión: D. Darío González Jauregui, D. Alfonso Martínez Terrón y D. Augusto Insua Amieiro.
En mayo de 1929 el ayuntamiento reparte a domicilio las solicitudes de alquiler de contadores, suministrando el contador marca TAVIRA A de 10 milímetros. El precio de adquisición era de 48 pesetas, incluida la verificación oficial. En el mes de junio habían solicitado la instalación de agua en sus domicilios 187 personas. En el mes de julio se instala en la Fuente Vieja la de la nueva traída y se clausura la de los antiguos manantiales.
El 17 de agosto de 1929 fue inaugurada oficialmente la nueva traída de agua de Mondoñedo por D. Miguel Primo de Rivera, Marqués de Estella. El Jefe del Gobierno visitó la catedral y se le rindió una recepción oficial en la Casa Consistorial. A continuación se hizo la bendición e inauguración oficial de la nueva traída de aguas en el depósito. Posteriormente, el Jefe del Gobierno fue obsequiado por el ayuntamiento con un lunch. Por último, fue acompañado hasta Lorenzana por las autoridades y una larga caravana de automóviles.
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¡Cómo cambian los tiempos! En el año 1895, los pequeños núcleos de población de la antigua Rilleira de Trigás de Mondoñedo, que se citan a continuación, estaban poblados de la siguiente manera: Pedroso, 21 habitantes; Valiña, 22; Pradela, 11; Gestoso, 7; Invernegas 14; Pausalido, 15; Pacio, 23; Casavella,16, Vilar, 20 y Paadin, 16. Suman estos pequeños núcleos de población 165 habitantes.
En el mes de mayo del 2018, ¡sorprendentemente! sólo habitan 16 personas en los lugares anteriormente citados.
En el año 2018, los lugares de Pradela, Gestoso, Invernegas, Pedroso y Vilar se hallan completamente deshabitados, alguno de ellos desde hace más de veinticinco años. Las viviendas, chozas y cabozos se fueron deteriorando de manera alarmante, cubriéndose de zarzas y elevados arbustos y algunos, incluso se han venido al suelo. Las que eran tierras de labor y prados de regadío con verde hierba se hallan sin cultivar y cubiertos de espesa vegetación. La gran mayoría de los molinos harineros de la zona están en estado ruinoso e incluso de alguno se desconoce su ubicación. Algunos puentes con fuertes vigas de madera y gruesas lastras de piedra, que eran muy utilizados para comunicar los diversos núcleos de población e incluso las tierras de labor, desaparecieron. Las fuentes de que se surtían los domicilios e incluso abrevaba el ganado, en ruinas o desaparecidas. Los lavaderos de mano, ni se conoce el lugar en que estaban colocados
Contemplar estos lugares, desde la cresta de Pena Aguda o desde el barrio de O Barral de Argomoso, como puntos elevados del valle, causa enorme tristeza ver esta parte del territorio de Mondoñedo, y lo más grave, es que los síntomas son de que dentro de unos años hablaremos de ruinas e incluso con la exuberante vegetación, las perderemos de vista.
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