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EL CAPITÁN GARCÍA VÁZQUEZ |
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 El 23 de septiembre de 1898 falleció en su domicilio de la calle Marqués de Rodil de Mondoñedo, señalado con el número 17, a la edad de 52 años, el capitán de infantería del Regimiento Reserva de Lugo, núm. 64 D. José García Vázquez (1).
D. José García Vázquez había nacido el 16 de julio de 1846 en la parroquia de San Julián de Soiños, provincia de La Coruña. Era hijo de D. Fidel García y de Dª María Soledad Vázquez.
D. José había ingresado en el Ejército el 16 de septiembre de 1867. Asciende al empleo de primer teniente de infantería el 30 de junio de 1877 (2). En 1881 estuvo destinado en el Fuerte de S. Juan de Tortosa. En 1887 es destinado al segundo batallón del Regimiento Luzón. En 1893 es destinado al Regimiento Reserva de Orense, 59.
El 30 de septiembre de 1892 asciende al empleo de capitán. En 1896 es destinado al Regimiento Reserva de Lugo (Mondoñedo), 64 (3). En Mondoñedo, es compañero de armas del coronel Meléndez, del comandante Gacio, del capitán Corral y del teniente Fanego.
En el momento de su defunción, D. José estaba casado con Dª Juliana Socarrás y Betancourt, natural de Puerto Príncipe. De su matrimonio le quedaban dos hijas: Elodina, de quince años y Camila de once (3).
El 4 de marzo de 1899, a Dª Juliana Socarrás se le concede la pensión anual de 625 pesetas, que le corresponde según ley del 22 de julio de 1891, como viuda del capitán de infantería D. José García Vázquez, la que se le abonará mientras permanezca en dicho estado..
En el año 1914, Dª Juliana y sus dos jóvenes hijas, residían en la edificación señalada con el número 13 de la Rúa San Pedro de la ciudad de Santiago de Compostela. El 17 de mayo, del citado año, fallece Dª Juliana. Fechas más tarde, al hallarse sus dos hijas en estado de soltería, se les concede la pensión de 833 pesetas anuales (5).
Breves apuntes de un oficial de infantería y de su familia, que pasaron por Mondoñedo y él, se quedó aquí para siempre.
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro de defunciones de la parroquia de Santiago de Mondoñedo.
(2)- Anuario Militar de España, año 1892, pág.310.
(3)- ?El Correo Militar?, del 27 de julio de 1896, pág.2.
(4)- ?El Lucense?, núm. 4252, del 27 de marzo de 1899, pág.2.
(5)- ?Gaceta de Galicia?, núm.105, del 17 de mayo de 1914, pág.3.
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EL MOLINO HARINERO DE A BOUZA |
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El lugar de A Bouza pertenece a la parroquia de San Lorenzo de Sasdónigas de Mondoñedo, pero la edificación del molino pertenece a la de Galgao. Lugar este situado a la orilla del río que desciende desde O Ruxidoiro y que más tarde se llamará Valiñadares, en el que existe una vivienda del medio rural, un cabozo y un pajar.
Consultando el Real de Legos de la parroquia de San Martín de Galgao (Abadín), en unos de sus apartados nos dice: Un molino harinero al sitio de A Bouza, propiedad de Domingo das Goas, vecino del barrio de Los Amoradas (actualmente Samordás), parroquia de S. Martín de Galgao (Abadín). Tenía la edificación de frente cinco varas y de fondo dos y media. Lindaba por la derecha e izquierda con el interesado. Molía con una sola muela, solamente cinco meses al año. En 1760 se regulaba en cincuenta reales de vellón. También nos dice que Domingo residía en una edificación de un alto del barrio de Los Amoradas, con un frente de diez varas y un fondo de ocho (1).
En aquellas lejanas fechas, en la parroquia de S. Martín de Galgao existían cuatro molinos harineros: 1)-En el lugar de Os Cabaneiros, propiedad de Antonio de Valoría. 2)- Otro de Fernando das Penelas. 3)- Otro al lugar de A Fonte, propiedad de Antonio Díaz (arruinado). 4)- Y otro, al lugar de A Bouza, propiedad de Domingo das Goas.
En los años cuarenta del siglo pasado el molino harinero de A Bouza llevaba muchos años sin moler y su estado era ruinoso. Atilano González, habitante en el lugar de A Bouza (uno de sus propietarios), quería reedificarlo y ponerlo en funcionamiento, pero desconocía el nombre del resto de propietarios. Para solucionar el problema, fue anunciado en la prensa y en boletines oficiales durante el tiempo que marcaba la ley vigente, pero no recibió respuesta alguna. Atilano costeó la nueva edificación del molino e incluso lo dotó de una dinamo para la producción de energía eléctrica para su vivienda, las de varios vecinos e incluso para el barrio de Samordás (Galgao).
Mi abuelo paterno realizó en este molino su molienda durante varios años. Visité el molino en varios ocasiones y en la primera de ellas, sorprendentemente, me encontré con una cartulina con el nombre y apellidos de mi abuelo. En esas cartulinas estaban escritos los nombres y apellidos de los vecinos que hacían uso del mismo y el orden que les correspondía. También se conservaba la maquila (medida contrastada), con la que se pagaba en especie.
El molino harinero de A Bouza muele con el agua que sale de una gran cavidad existente en sus inmediaciones. En la estación del verano, al disminuir el caudal de agua, el propietario se desplazaba río arriba, hasta una grieta existente en la mole caliza situada a mano izquierda, colocaba unas gruesas piedras en el cauce, a manera de pequeña presa, que derivaba una cantidad de agua y de esta manera el molino podía ejercer su función sin dificultad alguna, al aumentar su caudal. De esta manera, queda comprobado que la cavidad es voluminosa y que está comunicada con el cauce del río.
Hace ya mucho tiempo, los vecinos de Samordás tiraban en una oquedad del terreno, situada en la parte inferior de las edificaciones, los desperdicios de las plantas de lino, que no eran utilizadas para la confección de ropa. A los pocos días, estos desperdicios se deslizaron por la oquedad y fueron a parar a la entrada del molino, produciendo un gran atasque.
Hace años que este molino harinero ha dejado de moler y la dinamo, de iluminar algunas viviendas. El molino y su entorno, (cubierto de plantas de bog, avellanos, castaños, alisos, laureles, robles y frutales) es uno de los parajes más bellos de los alrededores de Mondoñedo.
Leímos con detenimiento todo el documento de Real de Legos de la parroquia de San Martín de Galgao y en uno de sus apartados nos dice que solamente se cosechaba maíz en el Barral de Los Amoradas (Samordás). Nos sorprende que después de transcurridos unos 150 años de la llegada del maíz a tierras asturianas y mindonienses, solamente se cosechara en el citado barrio. Posiblemente, al ser unos terrenos muy abundantes en piedra caliza, la cosecha de este cereal era más satisfactoria.
(1)- Archivo General de Simancas, Dirección General de Rentas, Real de Legos de la parroquia de S. Martín de Galgao, pag. 90.
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