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LOS CORA DE SANGUIÑEDO |
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 Sanguiñedo es el nombre de un lugar situado al Este de la ciudad de Mondoñedo, muy cerca del barrio de Barbeitas, que pertenece a la parroquia de Santiago de Mondoñedo y desde el que se disfruta de una buena vista panorámica del valle.
En este lugar se halla una buena edificación del medio rural, con unos grandes pajares, una amplia aira, toda lastrada con grandes y gruesas piedras de la Trinidad (Vilamor), un alto cabozo, un amplio horno de cocer el pan y una pequeña edificación donde se realizaban algunas tareas de carpintería.
Casi enfrente de las edificaciones, a la orilla del viejo camino de carro que discurre por el costado de la vivienda, antiguos propietarios costearon la talla de una esbelta cruz de cantería, que desgraciadamente, por accidente, fue partida en diversos pedazos y se halla retirada del lugar. Enfrente de ésta se detenían las conducciones de los cadáveres de los vecinos de la antigua Rilleira de Trigás que descendían a hombros de unos sudorosos porteadores hasta la parroquial de Santiago de Mondoñedo (interior de la catedral). El cura párroco, que acompañaba al féretro, rezaba ante la esbelta cruz un responso a los fieles.
La primera persona que residió en este lugar y que llevaba el apellido Cora fue D. Vicente Cora Miranda. Por transmisión oral sabemos que D. Vicente era alumno en el seminario Santa Catalina de Mondoñedo y se enamoró de una vecina de Sanguiñedo-Barbeitas, de nombre Rosa. Lo hizo de tal forma, que abandonÓ sus estudios y contrajeron matrimonio. El 1 de abril de 1851, falleció en Sanguiñedo, Rosa Fernández Insua, esposa de D. Vicente Cora, a consecuencia de la fiebre (epidemia de cólera) que afectó con gran violencia a la población de Mondoñedo y sus alrededores. En el momento de su fallecimiento, Rosa tenía 57 años de edad y era natural y vecina del lugar de Sanguiñedo-Barbeitas (Rilleira de Trigás). Era hija legítima de Luís Insua y de Dominga Fernández, difunta, que fueron del mismo lugar. Le quedaban de su matrimonio dos hijos: Dª Antonia y D. Joaquín, de estado solteros (1).
Juan Joaquín Cora Fernández fue bautizado en Mondoñedo el 23 de agosto de 1819. Era nieto paterno de D. Antonio Cora y de Dª Josefa Fajardo Bolaño de Lieiro (Cervo). Era nieto materno de Luís Insua y de Dominga Fernández, difunta. Su hermana, María Antonia Cora Fernández nació en Sanguiñedo el 6 de julio de 1817.
D. Joaquín se casó con Dª Josefa González Redondo, natural de S. Vicente de Lagoa (Alfoz). D. Joaquín Cora, casado con Dª Josefa, falleció en su domicilio de Sanguiñedo-Barbeitas el 4 de mayo de 1896, a la edad de 76 años. De su matrimonio le quedaban varios hijos: D. Vicente, cura párroco de Alvare, D. Antonio, casado con Florentina Rivas y D. José, ambos en la casa paterna (2).
El 22 de mayo de 1855, nació en Sanguiñedo María del Carmen Joaquina Cora González. Fue su madrina Carmen Santiso Cora, futura esposa de D. José Villaamil y Castro. En 1857 nació su hermano Antonio Cora.
El 13 de febrero de 1919 falleció D. Antonio Cora González, natural de Barbeitas a la edad de 61 años. Se hallaba casado con Dª Florentina Rivas Cornide, natural de la parroquia de Santa María de Vián, del cercano ayuntamiento de Pastoriza. Le quedaban de su matrimonio los hijos siguientes: Joaquín (1893), José Antonio (1894) y Enrique (1896).
El último habitante del lugar de Sanguiñedo-Barbeitas fue Joaquín José Julián Cora Rivas, bautizado el 17 de febrero de 1893, que falleció en estado de soltería. La amplia vivienda, el cabozo, horno de cocer el pan y los pajares se fueron abandonando y la vegetación haciendo mella en edificaciones y tierras de cultivo. En la mayor parte de estas últimas se plantaron gran cantidad de plantas de eucaliptus, que con el transcurso del tiempo han producido gran cantidad de toneladas de madera.
Sanguiñedo, otro lugar del entorno de Mondoñedo, al que afectó considerablemente la despoblación y al que la dejadez convertirá rápidamente en ruinas. Los muy próximos de Cerdeirido y Briones, también ya lo están.
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro 17 de defunciones, folio 119 vuelto.
(2)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de Santiago de Mondoñedo, libro de defunciones 1895/1899, folio 41.
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LA CAPILLA DE LAS NIEVES DE MAARIZ |
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 Los vecinos del barrio de Maariz, de la antigua Rilleira de Trigás celebraban desde tiempo inmemorial la festividad de S. Vicente. La primera misa que se celebraba el día del Santo era dedicada a los vecinos del citado barrio. Con la construcción de la capilla de las Nieves, los vecinos de Maariz dejan de celebrar el S. Vicente y pasan a festejar cada 5 de agosto la festividad de Nuestra Señora de Las Nieves.
Esta nueva edificación religiosa fue construida durante el año 1961 en el paraje conocido como ?Chao das Airas?, en una parcela de terreno donado por la familia ?Urbano? de Maariz. Por estas fechas era párroco de Santiago de Mondoñedo D. Felipe Bangueses Bande y obispo de la Diócesis D. Jacinto Argaya Goicoechea.
La edificación de la capilla tiene una longitud de 12 metros, una anchura de 5´50 metros y una altura hasta el borde del tejado de 3 metros.
Para sufragar el elevado coste de la edificación se formó una comisión, compuesta por varios vecinos del barrio de Maariz, los cuales se desplazaron a los núcleos de población del contorno: Sopena, Orxal, Pausalido, Xastoso, Invernegas, Paadin, Vilar, Casabella, O Pacio, Barbeitas, etc, en petición de ayuda económica.
La piedra para su construcción fue recogida por los vecinos de Maariz en el paraje conocido como ?Coto Mouro?, muy cercano al trazado de la carretera N-634 y posteriormente sería transportada hasta el lugar elegido en carros del país, tirados por yuntas de vacas. También aportaron la madera necesaria para la nueva obra y sobre todo, su encomiable trabajo sin percibir remuneración alguna. Los trabajos de carpintería fueron realizados por el carpintero mindoniense Ángel Amor, que tenía su taller en la planta baja de la vivienda familiar de la calle Alfonso VII de Mondoñedo. Como ?canteiros? trabajaron en la obra Ramón González ?Chena?, Justo Anello ?do Couro?, Eliseo Rodríguez ?de Patrulla?, entre otros.
En su espadaña fue colocada la antigua campana de la capilla de S. Cayetano (desaparecida hace muchos años), pero fue necesario enviarla a refundir por el párroco de Santiago D. Felipe Bangueses, al encontrarse ya deteriorada.
Al mismo tiempo que se inaugura la edificación religiosa, dan comienzo algunas Misiones, que realizan frailes del convento de Los Picos de Mondoñedo (Padre Marcial). En el interior de la capilla solamente existen dos imágenes de reducido tamaño: una de la Virgen de las Nieves y otra de S. Rosendo. Estas imágenes son sacadas por los vecinos en procesión alrededor de la capilla, sobre sus andas de madera, siempre acompañadas por el párroco de Santiago e incluso por algún músico.
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