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DON LUÍS VILLAAMIL SAAVEDRA |
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 D. Luís Bernardo Villaamil Saavedra, fue bautizado con bautismo de socorro por su tío D. Luís Ángel Bermúdez Santiso, a las nueve de la noche del 19 de agosto de 1733 en Mondoñedo. Era hijo legítimo de D. Juan Villaamil Saavedra y de D ª Michaela Bermúdez Santiso, vecinos de esta ciudad. Fue su padrino D. Luís Ángel Bermúdez (1).
D. Luis Villlaamil Savedra, vecino de la ciudad de Mondoñedo e hijo de D. Juan Villaamil y de Dª Micaela Bermúdez Santiso, vecinos de esta ciudad se casó el 7 de junio de 1757 en la portería del convento de San Pelayo de la Orden de San Benito de Oviedo con Dª María Luisa Miranda Trelles Osorio. Dª María Luisa era hija legítima de D. Pedro de Miranda Omaña, difunto y de Dª Leonor Eulalia de Trelles Vallés, Marqueses del Villar y Condes de San Román, vecinos de Castropol. Fueron testigos del enlace matrimonial D. José Villaamil Saavedra, el Dr. D. Simón Santos Méndez y D. Francisco Longoria de la Pontiga, estos dos últimos vecinos de la ciudad de Oviedo (2).
Dª María Luisa Miranda Trelles, hija de los Marqueses de Santa María del Villar y Condes de San Román, tuvo por hermanos a: D. Pedro, Dª María Ignacia, Dª María Teresa, religiosa en el convento de San Pelayo de Oviedo, Dª María Agustina, Dª Josefa, casada con D. Nicolás Carbajal, Regidor del Concejo mindoniense, Dª Rosa y Dª Isabel.
Dª María Luisa falleció en Mondoñedo de accidente, el 19 de diciembre de 1794. Le quedaban de su matrimonio los hijos siguientes: D. Nicolás y Dª Paula, religiosa en el convento de la Concepción de la ciudad de Mondoñedo (3). Dª Paula tomó el hábito el 21 de enero de 1786 y falleció Sor Paula de Santa Gertrudis el 17 de septiembre de 1842.
También fue su hija, Dª Juana Villaamil, casada con D. Juan Bautista Castrillón Cienfuegos (difunta).
D. Luís Villaamil Saavedra, viudo, falleció el 21 de diciembre de 1805 en Mondoñedo. Al día siguiente se le dio sepultura en el claustro de la Santa Iglesia catedral de Mondoñedo. En el momento de su fallecimiento declara por herederos a: Sor Paula de Santa Gertrudis, religiosa en el convento de la Concepción; a D. Nicolás, casado con Dª Josefa González del Solar y una nieta llamada María Teresa, soltera, hija legítima de D. Juan Castrillón y Cienfuegos y de su hija Dª Juana Villaamil, difunta, vecinos que fueron de la feligresía de San Bartolomé de Valdepares, Principado de Asturias.
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de Santiago de Mondoñedo, libro 2 de bautizados, folio 207.
(2)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de Santiago de Mondoñedo, libro 2 de matrimonios, folio 229, vuelto y 230.
(3)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de Santiago de Mondoñedo, libro 20 de defunciones, folio 140, vuelto.
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DOS VÍCTIMAS |
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Después de cincuenta años de actividad la banda terrorista ETA anuncia su disolución y pide perdón a sus víctimas. Al escuchar esta buenísima noticia se me vienen a la memoria dos de esas víctimas, a las que he tenido la oportunidad de conocer en el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña de Astorga (León).
La primera de estas víctimas fue el coronel de Artillería D. José María Picatoste y González de Echevarri. Conocí a D. José María en 1977 con el empleo de comandante, segundo jefe, del Grupo III del R.A.L.C.A. Residía en una cómoda vivienda del acuartelamiento, casi encima del cuerpo de guardia. Conocí a su esposa y a dos de sus hijos menores, uno de ellos incluso realizó el servicio militar voluntario en el cuartel. Me acuerdo perfectamente de que conducía un Seat 1500 de color claro y con matrícula de Pontevedra. Ascendido a teniente coronel ejerció el cargo de Jefe de Instrucción e incluso desempeña en varias ocasiones el mando interino del Regimiento. Ascendido a coronel es nombrado 2º Jefe del Cuartel General de la Brigada de Artillería.
?Su brillante historial militar fue refrendado por las sobresalientes calificaciones anuales de sus distintos Mandos, culminando con la entrega de su vida al servicio de la Patria, al morir en atentado terrorista el 18 de agosto de 1986 en la localidad de Villarreal de Álava?. Después de realizar una consumición en un restaurante de carretera y al intentar poner su vehículo en marcha, se le acercan dos pistoleros por la ventanilla del vehículo y le descerrajan varios disparos de arma de fuego. El coronel D. José María Picatoste, de 58 años, fallece de manera instantánea.
El 21 de septiembre de 1986, curiosamente el día de mi cumpleaños, en el Acuartelamiento de Santocildes de Astorga se realiza un Acto de Homenaje en honor del coronel de artillería Don José María Picatoste y González de Echávarri. A las 11´45 horas formamos en el campo de fútbol del acuartelamiento. Cinco minutos más tarde, sale el Estandarte del Regimiento. A las 12 horas llega el General que preside el acto, le rendimos honores, pasa revista a los allí presentes y da inicio la Santa Misa. Se da lectura a un Orden Extraordinaria, escuchamos la Alocución del General Jefe de la Brigada de Artillería para Cuerpo de Ejército y se descubre una placa de bronce, conmemorativa del acto, colocada sobre una gran piedra granítica en el jardín. Cuando nuestro Estandarte, banderines y guiones del Regimiento rinden Honores a los Caídos y la banda de música toca Oración, los que habíamos conocido al coronel Picatoste, se nos llenaron los ojos de lágrimas. Por último, cantamos con más fuerza que nunca el Himno de Artillería y desfilamos ante las autoridades presentes.
Han transcurrido prácticamente 32 años de este trágico suceso, pero lo tengo muy presente en mi memoria. No he vuelto a ver a su esposa ni a sus hijos, aunque sé que uno de ellos mantiene contacto con vecinos de Astorga.
La otra víctima fue el comandante D. Luciano Cortizo Alonso, de 44 años, natural de la localidad de A Rúa (Orense). Al comandante Cortizo, destinado en El Ferral del Bernesga (León), unos terroristas desplazados desde el País Vasco, el 22 de diciembre de 1995 le colocaron en su vehículo particular, marca Ford Orión, una bomba lapa que hizo explosión a las 13´20 horas en la céntrica calle Ramón y Cajal de la ciudad de León, causándole la muerte instantánea al comandante y heridas de consideración a su hija.
Por Real Decreto 273/1997, de 21 de febrero, se promueve al empleo de teniente coronel, con carácter honorifico y a título póstumo al comandante D. Luciano Cortizo. Yo conocí al comandante Cortizo con el grado de capitán en el Regimiento de Astorga, donde permaneció un periodo corto de tiempo. Cuando ETA atentó contra su persona yo me encontraba en situación de reserva y domiciliado en Mondoñedo.
Después de cientos de muertos, de tantas viudas y huérfanos, de muchos mutilados, de cuantiosos daños materiales y morales a los ciudadanos, de pagar los empresarios el impuesto revolucionario, del elevado coste económico al Estado, etc. ¡Cuánto sufrimiento! ¡Cuánto dolor! ¿Será posible perdonar?
Doural
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