 En el mes de diciembre del año 2010, realizando una caminata por la cumbre de los montes de la parroquia de Santa María Mayor, desde el lugar conocido como ?O Campo da tenda do Rey? por lo que queda del trazado del antiguo camino a Castilla, a la altura del ?Campo dos Maragatos? y a la orilla izquierda del camino, me encontré acostada en el suelo una gran piedra caliza de forma cilíndrica, sin ninguna inscripción aparente.
Esa tarde, me acompañaba mi padre y entre los dos logramos ponerla de pié, para poder fotografiarla y utilizando los restos de una cuerda, medir su longitud y su circunferencia.
Prácticamente, dos años más tarde volvimos hacer el mismo recorrido, esta vez en compañía del arqueólogo mindoniense Abel Vigo, con intención de enseñársela. Nuestra sorpresa fue mayúscula, la citada piedra desapareció del lugar. Sospechamos que fue utilizada como material de relleno en un pequeño socavón que existía en el piso del citado camino.
Muchas veces nos preguntamos ¿Esta piedra sería utilizada para marcar la distancia en el trazado del antiguo camino a Castilla?. Se parece mucho a otra, en la forma y en el tamaño, que existe hincada en el atrio de la iglesia parroquial de Santa María Mayor de Mondoñedo.
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 El arbusto del madroño pertenece a las llamadas ?Ericáceas? y brota en los bosques, monte bajo y lugares áridos, silíceos, o calizos. Puede alcanzar una altura entre tres y seis metros, con hojas dentadas, sencillas, con flores blancas y verdes en racimos como cascabeles, con fruto esférico, carnoso, erizado de tubérculos piramidales, de color rojo en la madurez. Su crecimiento es muy lento y el sabor de sus frutos es agradable. El árbol muestra frutos casi todo el año, que van cambiando de color; los jóvenes verdes; después, amarillo y naranja, para terminar siendo rojo.
El nombre de ?Arbutus unedo? fue otorgado al madroño por los romanos. En España era abundante e incluso forma parte del escudo heráldico de Madrid.
Los médicos buscan el madroño por su contenido en tanino. Sus frutos, considerados también diuréticos, se ingieren frescos o sirven para preparar bebidas, confituras o mermeladas. Su madera es muy fina, se trabaja bien y admite buen pulimento. Se usa en marquetería y ebanistería. También proporciona buen carbón de leña. Las abejas recogen en sus flores néctar de gran calidad.
En los alrededores de Mondoñedo podemos encontrar sus plantas en los montes de Camba, Viloalle, Vilamor, Coubeira, Oirán, San Martiño de Figueiras, Barbeitas, A Toxiza o Estelo.
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