En los alrededores de la población de Mondoñedo hubo durante muchos años paradas de sementales vacunos. Conocemos la existencia de las del Monfadal y San Carlos (El Carmen); en la vivienda de ?Pacho? en Pedrido (Vilamor); en la vivienda de Mario de Currros y en la de ?Xan? de la Ferrería (Santa María Mayor); en la del ?Xabielo? en Los Castros (Santiago); en la de la familia Cabanas en Prado y en la de Manuel Otero de Valiño (Los Remedios); en la vivienda de ?O Cordeiro? en San Martiño de Figueiras; en la vivienda de la familia ?Amieiro? de Oirán; en la de Antonio de Paiveira (Sasdónigas), etc.
Durante su prolongada existencia no faltaron incidentes graves con estos toros sementales que incluso llegan a ocasionar algunas muertes violentas. En el mes de mayo de 1913, fue herida de gravedad Manuela López Pernas, esposa de Rosendo Bouso Rodríguez ?O Llano? del barrio del Monfadal (P. del Carmen) de Mondoñedo, por un toro de raza gallega. Dicha mujer fue a la cuadra con el fin de suministrar alimentos al animal, el cual la embistió echándola al suelo; en tierra la mujer, la embistió de nuevo el toro, el que se arrodilló para mejor acometerla y herirla. La esposa del ?Llano? salió herida de gravedad en el vientre, en el que le introdujo el bravo animal una de las astas, produciéndole una herida de más de cinco centímetros de profundidad, siendo la suerte de la mujer herida que la dirección del asta fuese en sentido ascendente. Fue atendida inmediatamente por un facultativo mindoniense de su grave herida y después de muchos sufrimientos, logró recuperarse.
Más grave fue el incidente ocurrido el 9 de julio de 1.935 en el lugar de Prado (Parroquia de los Remedios) a Carolina Cabado Santamarina, natural del lugar llamado ?Pena do Carro? de la parroquia de Viloalle y esposa de Manuel Cabanas González, popularmente conocido como ?Manolo de Prado?, que fue brutalmente corneada en una de las cuadras de su vivienda por un toro semental de su propiedad cuando se disponía a suministrarle alimentos. Carolina sufrió la terrible embestida a la altura del vientre, aprisionándola el toro con sus astas contra una de las paredes laterales que cerraban la cuadra. Rápidamente fue atendida por el médico municipal Dr. Arturo Cayón y por el practicante D. Andrés Baamonde.
A pesar de que intentaron por todos los medios posibles recuperar a la desdichada Carolina, después de tres días de sufrimiento, falleció a media mañana del día 12. Dejaba de su matrimonio varios hijos de corta edad (Efigenia, Raimundo, Juan, María Sara y Alberto).
Su hijo Raimundo Cabanas Cabado, mantuvo hasta finales de los años setenta, en su domicilio de Prado, una parada de toros sementales. Un nieto llamado Manuel Cabanas López, residente en el municipio de Xove, mantiene la arraigada tradición familiar de poseer toros sementales y la costumbre de presentarlos a diversos concursos de ganado vacuno de la comarca.
Hace escasos años, un vecino del barrio de Braña, de la parroquia de Santa María Mayor, llamado Félix, tenía un toro semental de su propiedad pastando libremente en una de sus fincas, toda rodeada de alambre. A ésta le habían crecido a su alrededor numerosas zarzas y Félix se hallaba en su interior cortándolas con una hoz, acompañado de su inseparable perro. En un instante, es acometido brutalmente por el toro, que le ocasiona numerosas heridas en todo su cuerpo y casi le causa la muerte. Reconoce el propio Félix, que la rápida intervención de su perro, con ladridos alrededor del toro y mordiscos cuando le era posible, le salvó la vida.
Después de estar hospitalizado durante mucho tiempo, fue curando de sus graves heridas, pero las secuelas del percance le están pasando factura a su organismo.