
Con frecuencia recorremos caminos vacíos y olvidados, observamos casas deshabitadas que recuerdan un goteo constante de personas y animales. Sobran sitios por los que caminar y disfrutar del mundo rural y entender como funcionaba la vida a diario en estos recónditos lugares.
En el lugar de Iglesia Vella de la parroquia de Santiago de Lindín de Mondoñedo y a la orilla de un viejo camino de carro que desciende desde el lugar de O Caxigo hacia la parroquia de Santo Tomé de Lorenzana, sobre tres gradas de piedra, se halla colocado un bonito Cristo Crucificado, de una altura de un metro y diez centímetros, esculpido en piedra de grano fino.
Desde hace unos años, por sus inmediaciones fue trazado uno de los caminos alternativos a Santiago de Compostela. Bonito Cristo, que fue costeado por el abuelo de Balbino Ferreira, por devoción y como recuerdo del lugar donde estaba ubicada la antigua iglesia y cementerio parroquial de Lindín. De estos dos últimos recintos no se conservan restos, pero si el nombre.
En la base del Cristo, de forma tronco piramidal, dotada de una altura de cuarenta centímetros, posee la siguiente inscripción: “El obispo de Mondoñedo concede indulgencias a quienes rezasen ante esta imagen”. No logramos localizar alguna inscripción más. Su estado de conservación es óptimo.
En el lugar de Iglesia Vella de Lindín nos topamos con una importante edificación del medio rural, un esbelto cabozo, una abundante fuente, con su amplio pilón y lavaderos, las ruinas de un molino harinero y este artístico Cristo.
|