
1-A comienzos del mes de diciembre de 1936, Benito Expósito García, vecino del lugar de O Carballo de la parroquia de San Pedro de Argomoso de Mondoñedo, ex concejal del Frente Popular, ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, se ausenta de su domicilio, fugándose por los montes del contorno. Se oculta durante varios días en la estrecha cavidad conocida entre los vecinos de Argomoso como ‘A Furada dos Mouros’, situada en lo más alto de los montes del Fiouco. En otras ocasiones lo hace en otra pequeña cavidad existente en las inmediaciones de la mole rocosa por donde se precipita el arroyo de Argomoso, más conocido como ‘Salto do Coro’. A finales del citado mes, al tener el teniente de la guardia civil de Mondoñedo, D. Ángel Prado Sanjurjo, confidencias de que Benito visitaba en alguna ocasión su domicilio, ordenó desplazar a aquella parroquia a varios miembros de la benemérita y a unos falangistas en su busca y captura. Las fuerzas enviadas a Argomoso, reconocieron grandes parcelas de monte, molinos harineros, chozas e incluso, algunas viviendas.
Vecinos de Argomoso nos comentaron que en algunas ocasiones las fuerzas perseguidoras, al hacerse de noche, ante las dificultades para localizar a Benito y pese a que éste, carecía de arma de fuego, daban fuertes voces por el monte: ¡Entrégate Benito! ¡Entrégate Benito!. Después de varios intentos y de un fuerte acoso, dan captura a Benito Expósito.
Según la prensa mindoniense, se acusaba a Benito Expósito de ser: ‘Este sujeto es el que en varias sesiones públicas de la Corporación municipal, se exteriorizaba con proposiciones sectarias y tendenciosas’. En 1937, Benito Expósito García es multado por el Comandante Militar de Mondoñedo con 100 pesetas ‘por manifestaciones contrarias al Movimiento Nacional’ (1).
Aquí no iban a terminar los disgustos para Benito. En 1955 es condenado a diecisiete años, cuatro meses y un día de reclusión menor, a nueve años de inhabilitación especial y al pago de 35.000 pesetas de indemnización a unos herederos. Benito fue condenado por el delito de practicar un aborto, con resultado de muerte (2). Los antecedentes penales de Benito, fueron utilizados como agravante.
2-Otro caso parecido es el de Ramón Ventoso Rodríguez, vecino del lugar de O Pedrón, del cercano ayuntamiento de Lorenzana, de profesión ganadero, al que se acusaba de propagandista y elemento activo del Frente Popular. Al poco de estallar la guerra civil, Ramón se ausenta de su domicilio, pero hacía pocas fechas que la guardia civil tuvo confidencias de que había regresado al mismo. El brigada D. Manuel Galende Fernández (3), acompañado de dos miembros del benemérito cuerpo y de tres falangistas de Mondoñedo, rodean la vivienda de Ramón y realizan un minucioso registro de su interior. Después de mucho rebuscar por todas las dependencias de la vivienda, no encuentran a Ramón por ningún lugar pero sí se topan con su lecho, deshecho y calientes las sabanas. ¡Conclusión!. Estaban bien informados. Ramón estaba dentro y no podía escaparse al estar bien rodeada la vivienda y con gente armada. Después de esmerarse más en el registro, se encuentran a Ramón oculto en lo más alto de la chimenea de la cocina. Era el 14 de diciembre de 1937.
3-En las Navidades de 1936, por haber insultado a un moro hospitalizado en el Hospital de Sangre de Mondoñedo, en la taberna de Juan Bermúdez ‘O Canelo’, del lugar de Pedrido, de la parroquia de Santiago de Mondoñedo, fue detenido el paisano Francisco López Sante (A) ‘Tirana’, vecino del lugar de A Chiela, de la parroquia de San Jorge de Lorenzana. A Francisco se le acusaba de gritar: ¡Viva Rusia! en varias ocasiones y de pronunciar palabras desafectas al llamado Movimiento Nacional. Comentado este suceso con su yerno Benjamín, antiguo compañero de trabajo, me aseguró que Francisco al ser detenido, pasó mucho miedo y que le costó mucho superar el incidente. No sospechaba que pronunciar esas palabras le iba a ocasionar tantos trastornos. El comandante militar de Mondoñedo llegó a prohibir la venta de toda clase de bebidas alcohólicas a soldados de origen marroquí, hospitalizados en Mondoñedo. Amenazaba con imponer severas multas.
4-En noviembre de 1937 el Comandante Militar de Mondoñedo le impuso la multa de 500 pesetas al comerciante mindoniense Manuel Rodríguez Núñez (1889-1938) por sus ideas izquierdistas y por sus simpatías hacia el Frente Popular. También lo acusaba de haber asistido a los actos y manifestaciones que se organizaban en la llamada Casa del Pueblo (inmediaciones de la Fuente Vieja).
Esta cuantiosa multa, para una persona que regía un pequeño comercio en la Avenida Obispo Solís (actual Rúa da Fonte), suponía casi la ruina.
La ruina no le vino a Manuel por culpa de esa multa, pero sí al ser detenido e ingresado en la cárcel de Mondoñedo. Al amanecer del día 11 de enero de 1938, el brigada de la guardia civil, D. Manuel Galende Fernández, dos guardias, un requeté y tres miembros de Falange, se dirigen a la cárcel para sacar a tres vecinos de Mondoñedo detenidos, con intención de practicar diligencias sobre el caso por el que fueron detenidos. Al llegar al lugar conocido como ‘A Travesia’, inmediato al muro que cierra el viejo cementerio municipal, abrieron fuego contra los tres indefensos vecinos. Se les aplicó ‘la ley de fugas’. El semanario local ‘Vallibria’ no se hizo eco del trágico suceso, pero sí lo hizo de la sanción económica a Manuel y de las detenciones de los otros tres.
D. Manuel se había casado en la parroquia de Santiago de Mondoñedo el 14 de febrero de 1914 con Dª María Dolores Moirón Paz, de cuyo matrimonio no ha quedado descendencia alguna.
Las sanciones económicas impuestas durante los tres años que duró la guerra a vecinos de Mondoñedo fueron numerosas y cuantiosas. Las detenciones, también fueron abundantes. Alguno de los motivos esgrimidos por las ‘autoridades’, producen sonrisa.
5-Rematada la contienda, ante la escasez de productos básicos como el pan, aceite, chocolate, azúcar, garbanzos, carretes de hilo, alubias, arroz, café, gasolina, carburo, artículos de ferretería, jabón o baldes de zinc, comienza a funcionar un comercio clandestino de productos de primera necesidad, lo que logró en un periodo corto de tiempo, hacerse famoso y que fue conocido como ‘EXTRAPERLO’. Las autoridades deciden tomar enérgicas medidas para reprimirlo. Se realiza una eficaz vigilancia cerca de los almacenes, comercios, casas particulares y lugares públicos sospechosos de ejercer aquellas ilícitas y abusivas actividades.
El Gobernador Civil y la Fiscalía Superior de TASAS impusieron elevadísimas sanciones a vecinos de Mondoñedo y sus alrededores.
Algunos motivos esgrimidos eran: la ocultación de su cosecha de cereales, por la venta de cereales a precios abusivos y no haber presentado la declaración de la cosecha ante el Servicio Nacional del Trigo o haber falseado la misma; por compra-venta clandestina de tabaco y a un precio abusivo; por venta de abonos a un precio abusivo o distribución ilegal de dicho producto; por venta de pan clandestinamente y a precios abusivos; por venta clandestina de mantequilla y a precios abusivos; a la mayoría de estanqueros de Mondoñedo por venta clandestina de tabaco y a precios abusivos; por venta de suela a precios abusivos; por ocultación de las cosechas de cereales y patatas; por venta de ganado porcino a precios abusivos; por tenencia de artículos sin precios de venta al público; por realizar faenas de maja a precios abusivos, por venta clandestina y a precios abusivos de tejidos e hilaturas; por tenencia clandestina de conservas de pescado; por la adquisición y transporte clandestino de diversos artículos; clausura de molinos harineros por molturación clandestina de cereales, etc.
Encontramos en la prensa digitalizada numerosas sanciones, que van desde las 40.000 pesetas hasta las 1.000. Cuantiosas y elevadísimas sumas para la época. Algunos comercios llegaron a ser sancionados con la clausura durante varios meses (Casa Coroas, Casa Cabanas, Cabanela, Hijos de González, panadería de Eulogio Hermida) o multa económica (O Almacén, Calzados Frenaire). Otros vecinos, incluso llegaron a ser detenidos (4).
Hay que tener en cuenta que estaba recién terminada la guerra, que muchos agricultores eran arrendatarios, que los salarios de los obreros eran muy bajos y la escasez de productos básicos en los hogares, muy elevada.
6-En noviembre de 1937, por orden del Gobernador Civil y del Comandante Jefe del Centro de Movilización y Reserva, núm.15, todos los propietarios de ganado (caballar, mular, asnal y vacuno), carruajes de tracción animal, automóviles, bicicletas y motocicletas, deben hacer la inscripción de dichos animales y vehículos en la Secretaría del Ayuntamiento, antes del día 15 de diciembre.
A los propuestos que no hagan dicha inscripción en el plazo señalado o incurrieran en falsedad, se les impondrán multas de 25 a 500 pesetas y serán sometidos a requisición, sin derecho a indemnización alguna. Los carros del país dedicados a usos agrícolas estaban comprendidos en esta obligación.
(1)-’Vallibria’, núm.407, del 5 de diciembre de 1937, pág.2.
(2)-’El Progreso’, núm.14799, del 2 de marzo de 1955, pág.2.
(3)- El zamorano, D. Manuel Galende Fernández, es tristemente recordado por los mindonienses. Había nacido el 15 de abril de 1895. Ingresó en el Benemérito Cuerpo el 15/4/1913. Con la antigüedad del 12 de julio de 1944, asciende al empleo de capitán de la guardia civil.
(4)-’El Progreso’, núm. 10895, del 6 de diciembre de 1942, pág.2.
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