
Este abundante manantial, brota a unos cuatro metros de distancia del cauce del regato que desciende precipitadamente desde el molino harinero y prados de regadío del barrio de San Carlos, de la parroquia del Carmen de Mondoñedo. Para acercarnos a este manantial, ascendemos a lo más alto del barrio de San Pelayo, continuamos ascendiendo por la pista que nos comunica con la carretera L-124 que asciende al alto de Lindín. En una curva muy cerrada de su trazado, a nuestra izquierda, parte un antiguo camino de carro que en sus inicios fue encachado con gruesas piedras para que el agua no deteriorara su piso. Después de ascender por él unos veinte metros nos encontramos con el citado manantial.
Abundante manantial, dotado de fresca agua, que durante muchos años prestó numerosos servicios a los vecinos del barrio de San Pelayo y a los de los lugares de O Piñeiro y Balboa.
Como en otros muchos lugares, el medio rural se queda sin población a pasos agigantados, las tierras de cultivo son pasto de la espesa vegetación y muchos de estos manantiales han desaparecido o se encuentran en un estado lamentable
A este manantial le cambiaron, creemos que de de manera desacertada, la piedra que tenía con su rebaje, por la que salía el agua y se facilitaba su recogida para los recipientes, por un trozo de tubería de plástico.
Conocemos algunos excelentes manantiales, totalmente abandonados, dentro del territorio del Ayuntamiento de Mondoñedo (1) y otros en los que se realizaron verdaderos atropellos (2).
(1)- Fonte do Cura (Vilamor), Fonte de Vigo (Vigo).
(2)- Fonte do Monfadal de Arriba, Fonte do Teixo (Monfadal), Fonte de Lousada (Sasdónigas).
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