
El 15 de junio de 1840 los expendedores de vino al por menor de Mondoñedo protestan airadamente por escrito ante la Corporación mindoniense por la suba de ciertos impuestos. Los pequeños comerciantes exponen ?que no poco dolor y sentimiento les ha causado la decisión que tomó la Corporación mindoniense de imponer 6 maravedíes en cuartillo de vino, 4 en libra de carne y 16 en el aguardiente y el 4% en todo género de abacería. Los demás habitantes de la ciudad se hallan enteramente aburridos y odian tal liberación?. Firman el extenso escrito los expendedores siguientes: Josefa Illade, Pedro López, María Rodríguez, Joaquín Couso, María Luaces, Manuel Baliño, Josefa López, Manuel Sanjurjo, Josefa Cid, José do Pico, Francisco González, Juan Vázquez, Lorenzo López, Manuel de Candia, Manuel Abelleira, José Amido, Santiago Díaz, Juan Pardo Luaces, Jerónimo Chao, María Orol y Pedro José Alonso.
Recordamos perfectamente que hasta comienzos de los años ochenta del siglo XX los vecinos de Mondoñedo pagaban unos impuestos muy curiosos: Por el perro, por los carros (chapa plateada), por las bicicletas (chapa amarilla), por las cuadras del ganado, por el decoro de fachadas, por el reconocimiento sanitario de cerdos destinados al consumo familiar etc. Estos curiosos pero gravosos impuestos, fueron desapareciendo paulatinamente y fueron apareciendo otros.
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