 La población de Mondoñedo, en años de sequía, padecía serias dificultades de abastecimiento de agua potable, por la escasez de este bien tan preciado.
En el año 1726, el obispo Fray Juan Muñoz y Salcedo, decide traer encañadas las aguas del manantial de los Pedregás.
En una diminuta plaza existente a un costado de la calle Batitales Alta (actual Leiras Pulpeiro) se decide construir una fuente, para abastecer de agua a los vecinos más próximos, toda ella construida de cantería y rematada con un bonito embolado. Esta fuente fue derribada en el año 1929, recién inaugurada la actual conducción de agua a Mondoñedo desde los manantiales de Mouros y La Grande. A mediados de los años cincuenta, siendo Alcalde de Mondoñedo el abogado D. Alejo Barja Prieto, se construye en el mismo lugar una nueva fuente, con un gran abrevadero para el ganado en su parte posterior. A comienzos de los años setenta es retirada de nuevo. La que podemos contemplar en la actualidad, fue construida en el año 1998 por el industrial mindoniense José Pedro Lorigados. Era Alcalde de Mondoñedo, el médico D. Javier Loira Rúa.
En el pilón de la fuente citada en primer lugar, ocurrió un trágico suceso en el año 1839: “Al amanecer del 14 de enero de 1839 apareció en el pilón de la Fuente de San Juan de Mondoñedo el cadáver de D. José Nicolás Ramos. D. José era uno de los cuatro Notarios existentes en Mondoñedo y se hallaba viudo de Dª María Fernández Castiñeira. Hechas las inspecciones oportunaa y diligencias por el juzgado de primera instancia, se ordena darle sepultura a su cadáver en el cementerio municipal, lo que se ejecutó el mismo día. Le quedaban de su matrimonio los hijos siguientes: D. José, casado con Antonia González en Mondoñedo; Dª Pascuala, casada con D. Francisco García Canedo en la villa de Ribadeo; D. Pedro, D. Ramón y D. Benito, solteros.(1)
(1)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, parroquia de Santiago de Mondoñedo, libro 15 de defunciones, folio 292.
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