
El 29 de marzo de 1834, D. Francisco Mauricio do Pico, arrendatario de los derechos Reales del ramo de carnes, da parte a la Alcaldía de Mondoñedo, que a las cinco de la tarde de ayer, D. Manuel de Candia, su socio y Agustín Maseda, su fiel, que se hallaban junto al puente de San Lázaro, observaron venir caminando una mujer con un bulto sobre la cabeza por el territorio de la Rilleira de Ambroz. Por las inmediaciones de ese punto, la siguieron y junto a las viviendas del barrio de Valoría, se la reconoció.
La infractora resulto ser Josefa Fernández, esposa de José González, vecinos del Coto de Cima de Vila, que traía cuarenta libras y media de carne fresca, envuelta en un costal y en un mandil, la que fue depositada en casa de Manuel Fernández Lieiro (A) ?Rosquilleiro?, después de arromanada en presencia de la misma y de los testigos Ramón Blanco y José María Les, vecinos de esta ciudad.
Se le preguntó a la Josefa para quién traía la carne, contestando que era para Ramón Rivas (A) ?Chucho? y que se la había dado una mujer en Grove, que desconocía su nombre y que le había advertido que no viniera a la ciudad por el camino real, lo que así hizo. Son testigos de la declaración D. Pascual y D. Ramón Louro y Ramón Amieiro. Según ?voz pública?, Ramón Rivas (A) Chucho introducía carne para vender y no pagar los Reales intereses.
La carne parece ser que procedía de un buey, que el día 28 fue desechado del Macelo de la ciudad por enfermo, pues tenía un tumor en el pescuezo, que indicaba estar gravemente enfermo, por lo tanto, su carne era considerada muy perjudicial para la salud pública. A las ocho de la mañana del mismo día fueron aprendidas otras ocho libras de carne a Luisa Rodríguez (A) ?Arriera?, por D. Manuel de Candia y por D. José González, que fue depositada en el Macelo.
Desconocemos la cuantía de las sanciones económicas impuestas por la Alcaldía a los infractores.
|