 El 18 de agosto de 1792, arribó al cercano puerto de Ribadeo una embarcación procedente del puerto de Brest (Francia). En ella venían 71 eclesiásticos franceses desterrados de su país por la Asamblea Nacional. Nueve de ellos se instalaron en Mondoñedo, otros en Ribadeo y otros en Villanueva de Lorenzana. Teniendo en consideración la absoluta indigencia en que llegaron y ante la penuria económica en esos momentos del obispo de Mondoñedo D. Francisco Cuadrillero y Mota, la Mesa Capitular contribuye para su sustento con treinta pesos de a quince reales cada mes. También algunos particulares aportaron ciertas cantidades de dinero y algunos posaderos alojamiento. La mayor parte de estos sacerdotes franceses, salieron de Mondoñedo para Villafranca y Ponferrada (León) por haberse ordenado por real cédula de 25 de septiembre de 1794, que todos los franceses residentes en España se internasen 25 leguas distantes de la costa y de la frontera de Francia, sin poder fijar la residencia en la Corte ni en sitios reales.(1) Entre ellos se encontraba D. Francisco Herbeo de Silgui, quien residió durante un tiempo en Villanueva de Lorenzana y descansó para siempre en tierras mindonienses.
El diez de mayo de 1802, un grupo de estos sacerdotes franceses residentes en Mondoñedo, se dirigen por carta al Ayuntamiento, en la que ?dan las gracias por el amparo con que les honró?. En otro apartado de ella dicen: ?persuadidos de que se ha revocado, o revocará, brevemente el decreto que motivó su destierro, suplican a la ciudad se conceda a cada uno separadamente, el atestado que le parezca conducente para hacer constar de su conducta?. Las Autoridades municipales acuerdan: ?dársela por separado a cada uno, atestando de su irreprensible conducta que acreditan en el tiempo que subsistieron en esta referida ciudad y en vivo agradecimiento con que queda el pueblo por el buen ejemplo que han dado a los vecinos de ambos estados?.(2)
El 19 de agosto de 1803, falleció en Mondoñedo el sacerdote francés D. Francisco Herbeo de Silgui, Doctor de Teología en la Universidad de Paris, canónigo de la catedral de Quimper y Vicario de dicha iglesia, en la Bretaña, expatriado en el principio de la revolución.
El día veinte de dicho mes se le dio sepultura en la Santa Iglesia Catedral de la ciudad de Mondoñedo, en donde residió desde que desembarcó en el puerto de Ribadeo.
Se hizo la función con misas y vigilia cantadas, de termo entero, solemnizadas con cantores y toque de campanas mayores. Costeó la función fúnebre el venerable Deán y Cabildo de esta Santa Iglesia. Asistió la Comunidad de religiosos de Alcántara. No había hecho testamento, por carecer de bienes.(3)
(1)- José Isidro Fernández Villalba, Mondoñedo Regreso al Pasado IV, página 82 y 83.
(2)- Archivo del Ayuntamiento de Mondoñedo, carpeta 956, acta de 21 de mayo de 1802.
(3)- Archivo Diocesano de Mondoñedo, libro 11 de defunciones de la parroquia de Santiago de Mondoñedo, página 44 vuelta.
|