 Eran aproximadamente las nueve de la mañana del 22 de septiembre del año 1922, cuando una terrible noticia estremeció al vecindario mindoniense. Dos mujeres, vecinas del lugar conocido como ?Fontico?, del barrio de Valiño, parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, llamadas Filomena Barreiros Rodríguez, de 50 años, y su sobrina Consuelo Barreiros Prieto, de 20 años, incansables trabajadoras, venían conduciendo un carro cargado de esquilmo, tirado por una yunta de vacas, resultan electrocutadas al pisar un cable del tendido eléctrico que se encontraba tirado en el camino. Lo mismo le ocurre a una de las vacas que tiraban del carro, que para mayor desgracia era prestada por un vecino. El lugar donde ocurrió el fatídico accidente es conocido como ?Fontecega?, y se encuentra muy próximo al canal de la ?Eléctrica del Tronceda?.
Filomena empuñaba en su mano diestra una navaja abierta, que se supone que sacó del bolsillo con objeto seguramente de cortar la cuerda que sujetaba el yugo de las vacas, sufriendo en ese momento la mortal descarga, la cual además le prendió fuego en sus ropas.
Inmediatamente se formó una comisión de vecinos del barrio de San Lázaro para recaudar ayuda económica para los huérfanos entre el vecindario. Ésta comisión estaba formada por José Díaz López, Manuel González González, José Novo Fernández y Ramón Lorenzo González.
En mayo de 1923 la sociedad ?Mondoñedo y su Comarca?, constituida en la Habana depositó en la Caja Central de ahorros y préstamos un donativo de 571 pesetas para los huérfanos de Valiño por medio de D. José Ramón Villamarín Pallín. También la sociedad ?Mondoñedo y Distritos? de Buenos Aires, por medio de su delegado en Mondoñedo D. José Polo Folgueira donó la cantidad de 50 pesos argentinos y la recaudación de una rifa que se celebró el 17 de marzo del citado año.
En el mes de febrero del año 1924 la empresa ?Hidroeléctrica del Tronceda? entregó al párroco de Los Remedios un donativo de 1000 pesetas con el fin de que lo haga llegar a manos de su feligresa Dª Concepción Prieto, que se había hecho cargo de los niños huérfanos.
En el lugar del accidente se levantó en recuerdo de las víctimas un monolito de cantería, rematado con una cruz de hierro y con una placa de blanco mármol colocada en su frontal en la que se podía leer la siguiente inscripción: ?Filomena y Consuelo Barreiros, fallecieron electrocutadas el 22 de septiembre. Reza cristiano por su alma y en su pensamiento fija los peligros de la vida?. El citado monolito fue construido por el cantero de Valiño Celestino Fernández Bouso, más conocido como ?O Chalán? e indicó la inscripción de la placa el maestro de San Lázaro D. José Ramón Piñeiro.
Hace unos años, en las inmediaciones del monolito comenzó a depositarse gran cantidad de madera talada de los montes más cercanos. Un día aparece el monolito, la placa de mármol y la cruz de hierro rotas en múltiples pedazos y esparramadas por la ladera del monte. Hace pocas fechas nos acercamos al citado lugar y nos llevamos la desagradable sorpresa de que incluso los pedazos han desaparecido; posiblemente hablamos de algo que ha desaparecido para siempre, por el mal comportamiento cívico de algún conductor de los camiones de madera y de la permisividad de las autoridades.
AGD
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