A. C. Irmáns Suárez Picallo - Sada


Este blogue nace co obxecto de difundir a actividade da A. C. Irmáns Suárez Picallo, así como de recuperar e por a disposición do público diversos materiais de interese sobre o noso pasado,ao tempo que damos a coñecer os artigos escritos por Ramón Suárez Picallo e outros autores sadenses.
Estruturamos o blogue en varias seccións, nas que terán cabida noticias de actualidade sobre as nosas actuacións, artigos, textos históricos, fotografías...


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Comentarios (0) - Categoría: Xeral - Publicado o 31-12-2017 12:39
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PRESENTACIÓN DE MEIRÁS. UN PAZO, UN CAUDILLO, UN ESPOLIO

Hoxe, na capela de San Roque, terá lugar a presentación do volume Meirás. Un pazo, un caudillo, un espolio, da autoría de Carlos Babío Urkidi e Manuel Pérez Lorenzo.
Intervirán, ademais dos autores, Rafael Carballeira e Amable Carballeira en representación da nosa asociación (coorganizadora do evento), Isabel Reimúndez (Concello de Sada), Juan Pérez Babío (veciño de Meirás) e Manolo Monge (expresidente da CRMH).
Partillamos a sinopse do libro:

Unha das imaxes que máis asociamos á ditadura de Franco é a da silueta do Pazo de Meirás. Residencia de verán do Xefe do Estado durante case catro décadas, o edificio, construído pola escritora Emilia Pardo Bazán, chegaría ás mans do ditador nun proceso marcado polas coaccións e os abusos sobre unha poboación sometida ao aparello represivo do réxime.
O presente volume estuda e documenta eses procedementos e analiza a actuación das administracións en Meirás, co investimento continuado de fondos públicos nunha propiedade que, á morte de Franco, ficaría nas mans da súa familia.
Un relato que vén botar luz sobre unha historia que o franquismo nos transmitira en termos ben diferentes. O relato dun tempo que axuda a explicar, en boa medida, o noso presente.


Agardámosvos!
Comentarios (0) - Categoría: Actividades - Publicado o 01-12-2017 11:14
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Conferencia na Coruña

O mércores día 8 de novembro, ás 20.00 horas en Portas Ártabras, rúa Sinagoga, na Cidade Vella da Coruña, presentamos o Caderno de Estudos Xerais sobre Julio J. Casal e Galiza. O poeta Julio J. Casal exerceu de cónsul de Uruguay na cidade. Xosé Maria Monterroso Devesa, autor do caderno, dará unha charla sobre "A revista artistico- literario Alfar".
Comentarios (0) - Categoría: Actividades - Publicado o 07-11-2017 21:53
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RAMÓN SUÁREZ PICALLO, 123 aniversario do seu nacemento
Hoxe lembramos o 123 aniversario do nacemento de Ramón Suárez Picallo (04-11-1894)no lugar de Veloi (Sada)e que faleceu en Buenos Aires o 14 de outubro de 1964.
Dende hai nove anos as súas cinzas están connosco, como era o seu desexo, no cemiterio de O Fiunchedo en Sada.
Comentarios (0) - Categoría: Actividades - Publicado o 04-11-2017 10:30
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PRESENTACIÓN DO Nº 15 DE AREAL
Comentarios (0) - Categoría: Actividades - Publicado o 18-10-2017 10:51
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14 DE OUTUBRO, OFRENDA FLORAL NO FIUNCHEDO

Como ven sendo habitual, a nosa asociación organiza este sábado 14 de outubro unha ofrenda floral a Ramón Suárez Picallo ás doce da mañá no cemiterio do Fiunchedo (Sada), onde descansan os seus restos. Ademais da ofrenda, haberá a presentación e reparto de balde dun número dos Cadernos de Estudos Locais dedicado a Xosé Neira Vilas, no que participarán os autores (José Martinez Romero e Alfonso Blanco Torrado) e unha lectura breve de textos de Ramón Suárez Picallo sobre Xosé Neira Vilas e viceversa. Agardamos contar coa túa presenza.
Comentarios (0) - Categoría: Actividades - Publicado o 12-10-2017 21:43
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LENGUAS MINORITARIAS Y DIGLOSIA
LENGUAS MINORITARIAS Y DIGLOSIA


Xesús Alonso Montero, insigne maestro y lingüista



Te preguntarás, avisado lector, por qué escribo esta crónica sobre un tema específico y de tan poca actualidad para quienes manejan la res pública y la cosa mediática. Bueno, porque es parte de inquietudes inspiradas, quizá, en la opción de pertenecer a la inmensa minoría y no a la pequeña mayoría vociferante. Pues en la vida social también habitan, y a menudo se contraponen, el microcosmos y el macrocosmos.

En un mundo que persigue la uniformidad cacofónica y ramplona, donde el paradigma es vestirse igual, escuchar la misma música, opinar según lo que dice el canal de mayor ratting (estoy empleando el estereotipo al uso), hablar como hablan los otros, saltar al ritmo del tambor dirigente, optar por lo minoritario parece necedad mayor. Muchos, tantos, sugieren ser ?universales? o se ufanan de ?cosmopolitas?. A esta última categoría se refería Camilo José Cela, nuestro Nobel gallego de 1989, diciendo: ?cosmopolita es aquel que mora en los hoteles?.

Yo prefiero los hogares, es decir, esos espacios insuperables donde, según su etimología, ?se conserva el fuego?; del latín ?fogar?. Cientos de miles de años tardaron los homínidos en atesorar las brasas hospitalarias, y acuñar, al mismo tiempo, las palabras con que nominarían su intimidad, el entorno y el vasto mundo, tallando con llamas y vocales sus cosmogonías. Ahí nacieron, probablemente, las lenguas y luego los idiomas; con literatura oral, primero, a cargo de las mujeres, que traspasaban la cultura y los conocimientos de supervivencia en forma de coloquios; luego, con la reciente invención de la imprenta, a cargo de los varones, medio formidable para el progreso y para la dominación por medio de la palabra.

Los nacionalismos, que mucho repugnan a Fernando Savater y a otros conocidos ?cosmopolitas?, tienen, para mí, un aspecto positivo en la batalla, quizá de antemano perdida, que libran para defender sus particularidades y diferencias frente a un proceso avasallador y, al parecer, sin retorno. Por lo tanto, constituyen una quimera, como afirma, rotundamente, un pariente consanguíneo. Me aferro a esta ilusión en el modesto frente de batalla de las lenguas que luchan por sobrevivir, mientras escucho los cantos mortecinos de las ya abatidas en nuestro largo y enjuto Chile: chono, selknam, kawésqar, yagán; las por acallar en breve: quechua, mapudungun, aimara y rapanui.

Yo, hijo de la Hispania multicultural, que algunos tratan de reducir a plaza de toros, cancha de fútbol ?real-madrileña? o ?colmao? flamenco, encaucé mis afanes en la preservación de la lengua gallega. (?Allá usted con sus locuras, hijo?, hubiese dicho mi abuela Ramírez Salinas, emparentada con los Ahumada abulenses, hermanos sanguíneos y espirituales de Teresa de Ávila).

Vamos ahora a lo nuestro.

El concepto de lengua minoritaria se asigna a un idioma hablado por un pequeño número de usuarios en una comunidad determinada. El término lengua ?minorizada?, se aplica a las que padecen mengua en su mantenimiento y posible extensión, debido al apremio, a menudo incontrarrestable, que ejerce la lengua dominante, tanto a través de los hablantes como del aparato burocrático y académico del Estado. En todo caso, ambos conceptos no son equivalentes, pues no siempre una lengua minorizada es minoritaria, aunque se encamine a ello. Sin embargo, en la mayor parte de los casos hace referencia a lenguas amenazadas, utilizando ?minorizada? como uno de tantos eufemismos empleados por los poderes hegemónicos para reducir y luego aplastar las particularidades culturales. Ayer, lo hizo el Imperio (Isabel la Católica, Felipe II); luego, el totalitarismo militar-eclesiástico (Francisco Franco), prohibiendo, mediante drásticas penas, el uso público de las lenguas vernáculas, en beneficio del castellano (español), como idioma único. Hoy, este proceso, aún más avasallador que el anterior, es promovido, de manera consciente o inconsciente, por la globalización, que actúa como aplanadora sobre las culturas más débiles. Los especialistas estiman que cerca de diez mil lenguas minoritarias desaparecerán por completo, de aquí al año 2050. Es una constatación tan probable como el derretimiento de los glaciares y el aumento del volumen de los océanos.

En la época del dictador gallego se colgaban letreros en las escuelas y lugares de concurrencia masiva, con expresiones tan gráficas como esta: ?No sea rústico, hable el idioma de los caballeros (no se mencionaba a las damas, claro): el Castellano?. Y se cometía aberraciones tales como introducir en las escuelas rurales de Galicia a maestros traídos de Andalucía, para que enseñasen a los niños galego falantes el rotundo idioma imperial. Alfonso Castelao recoge, en de geniale caricatura, una anécdota decidora al respecto:
El profesor andaluz pregunta a un niño gallego de nueve o diez años de edad, con esa característica prosodia de los hijos de Al Andalus, que se comen las eses y las eles finales (sí, como nosotros, los chilenos):

-¿Cuántoh añoh tieneh tú, chaval?

El niño gallego piensa un instante, tratando de descifrar la pregunta que no entiende, para responderle, en la única lengua que conoce y ha mamado desde sus primeros días:

-Na miña casa non temos años, senón dúas ovellas. (En mi casa no tenemos corderos, sino dos ovejas).

Año, en idioma gallego, significa cordero; procede del latín ?agnus?. Dado que el gallego es una lengua menos evolucionada que otras romances, su sintaxis se halla más cerca del idioma que extendieron en Occidente los romanos.

El caso trazado por el hijo de Rianxo, Daniel Alfonso Rodríguez Castelao, clarifica, mejor que una cátedra universitaria, lo que significa la diglosia, esto es, la convivencia, a menudo forzosa, de dos lenguas (di = dos; glosia = lengua), donde una de ellas prevalece, deturpando a la otra, desnaturalizándola hasta llegar, como en muchos casos, a absorberla para siempre. Este es un proceso que se ha repetido a lo largo de la historia, dinámico e inexorable, como lo son la decrepitud y la muerte. Aunque así como el ser humano lucha contra la enfermedad, puede y debe hacerlo para preservar valores y tesoros culturales en riesgo de perecer bajo la ceniza del olvido o la bota del poder de turno.

Conviene tener presente que la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales, donde se establece que son lenguas minoritarias ?las no oficiales del Estado? o, si lo son, se encuentran en franco deterioro. Por ejemplo, el idioma catalán puede ser considerado como lengua minoritaria con respecto a la Península española, sin serlo en su territorio, como lengua habitual de unos 4,4 millones de personas; además, son capaces de hablarlo unos 7,7 millones y es comprendido por cerca de 10,5 millones de personas, adicionalmente quienes habitan territorios más o menos cercanos a la región autonómica de Cataluña.

El gallego o galego es una lengua romance (derivada del latín vulgar), del subgrupo galaico-portugués, que dio origen a la lengua portuguesa, como bien lo afirma el gran poeta luso del siglo XVI, Lluis de Camoens, en su epopeya Os Lusíadas, hablada principalmente en la comunidad autonómica de Galicia. Se estima en tres millones el universo de sus hablantes, aunque quienes lo escriben corresponderían a un tercio de esta cifra. Para los españoles castellano-hablantes no se hace muy difícil el entendimiento del gallego, por su cercanía con el portugués y con la lengua de Castilla, aunque sea más complicado acceder a sus formas escritas más refinadas. También se hablan diferentes variedades del gallego en las comarcas del Bierzo y en Sanabria.

Tal como ocurre en Cataluña, el gallego está definido como su idioma propio y tiene carácter oficial, junto al castellano (castelán), así establecido en el Estatuto de Autonomía de Galicia.
No obstante, como suele ocurrir con muchos textos constitucionales, a menudo los hechos y situaciones de la vida social y cotidiana ponen en entredicho las mejores intenciones del legislador. Porque estimar en un nivel de igualdad de derechos, en un territorio acotado, a una lengua mayoritaria y universal, como el castellano, respecto del catalán o del vascuence o del gallego, resulta un claro despropósito. Sería como articular una carrera entre un potro de fina sangre y un pequeño caballo de tiro.

Al respecto, las aspiraciones más avanzadas (o radicales) de los defensores de las lenguas vernáculas peninsulares, es inducir el empleo y utilización de estas lenguas en la enseñanza escolar, impartiendo todas las asignaturas en la lengua materna, para lograr así un cierto equilibrio lingüístico con el idioma más fuerte, en este caso, el castellano o español, propuesta que no ha sido aceptada por los poderes centrales ni autonómicos, en ninguno de los tres casos. Por lo tanto, los hablantes más jóvenes solo reciben la enseñanza de la lengua nacional como otra más de sus asignaturas, sin experimentar la necesidad real de hablarla en todos los ámbitos de la vida, donde es mayor el prestigio de la lengua de Cervantes.

Quizá en Cataluña este fenómeno sea menos corrosivo, porque las capas medias de la sociedad catalana, su burguesía o hidalguía acomodada, nunca despreciaron el uso del catalán, como sí ocurriera, durante siglos, en Galicia, donde el uso masivo y constante del idioma propio quedaba circunscrito al pueblo campesino y marinero. El caso de Rosalía de Castro nos ilustra bien en este sentido. Ella, la principal figura del Rexurdimento, no hablaba la lengua gallega, porque en su casa de hidalgos nadie lo hacía; aquel idioma era el medio de comunicación de la servidumbre y del campesinado. Ahora bien, como poeta excelsa que ve donde otros no ven, Rosalía descubrió la riqueza del galego y fue capaz de hacerlo florecer, luego de cuatro siglos de oscurantismo, dando a luz, en 1863, Cantares Gallegos.

La imagen que encabeza esta crónica es la de Xesús Alonso Montero, maestro a quien conocí en Santiago de Compostela. Él, con el concurso de Paulina Valente y mío, tradujo el célebre poema de Manuel Curros Enríquez, ?Do mar pola orela?, a cuarenta lenguas minoritarias, incluyendo el mapudungun, gracias al aporte de Leonel Lienlaf, poeta mapuche. Se publicó un pequeño libro con esos versos vibrantes.
El testimonio de Alonso Montero cierra, de la mejor manera posible, este escrito.

?Aprendí el gallego en la aldea, con nueve años. Mi padre y mi madre hablaban gallego entre sí, pero a nosotros se dirigían en castellano, la lengua de los ricos. Recuerdo que tuve muchos problemas con mis congéneres cuando salíamos al recreo o íbamos a cazar pájaros o a buscar nidos. Los amigos se metían conmigo porque tenía un gallego castellanizado. Pero no porque fueran nacionalistas. No. Ellos entendían que yo, hijo de labrador, que andaba con zuecos y pantalón remendado como ellos, no tenía derecho a hablar la lengua del hijo del médico?.

?Mis padres eran labradores de la zona del Ribeiro y, para mejorar mínimamente de fortuna, pusieron una taberna en Vigo. La idea era volver a la aldea cuando las cosas fueran mejor, tener unas cuantas viñas más y ser un poco menos humildes en aquel tiempo de miseria?.



?Para que vayan cachando?, como se dice en lenguaje coloquial, una antigua expresión de origen gallego, incorporada al léxico chileno, aunque se atribuya, equivocadamente, a un dicho estadounidense, o ?gringo?, si se quiere?

Sí, porque han de saber ustedes que el verbo ?cachar? es contar los animales que entran a la majada, observando sus cachas, es decir, el costado visible de sus grupas, por quien realiza el escrutinio, cada tarde, para no perder ese escurridizo patrimonio que se mueve en cuatro patas.

Después de todo, el universo de las palabras es más grande que todos los Estados de la Tierra, y más amable, aun cuando no conviene olvidar el terrible aserto de Bertoldt Brecht: ?La palabra es el peligro de los peligros para el hombre?. Cierto. Ahí están, pendiendo sobre nosotros, desde Caín y Abel, esas verbas: odio, muerte, guerra fratricida, a las que oponemos: luz, poesía, libertad?

Es, asimismo, la más entrañable de todas las patrias, como lo afirmara, ha mucho, Wolfgang Goethe .


& & &

Edmundo Moure
Octubre 6, 2017





Comentarios (0) - Categoría: Colaboración de Edmundo Moure Rojas - Publicado o 07-10-2017 02:23
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POR LA SINRAZÓN O LA FUERZA (Referendum catalán)

POR LA SINRAZÓN O LA FUERZA


Las imágenes de Cataluña nos impactaron. Cientos de miles de ciudadanos enfrentando, sin otras armas que sus brazos extendidos, a la policía militarizada del Estado Español. La información, tanto gráfica como escrita, era escasa y sesgada. La TVE entregaba sus programas sosos de tenderetes y teleseries edulcoradas, reportajes del nuevo opio del pueblo: el fútbol, e imágenes trucadas de los guardias civiles ?agredidos con votos de papel que les produjeron heridas incurables?.
Don Ramón del Valle-Inclán Peña y Montenegro, Marqués de Bradomín, hubiese gozado con este insuperable despliegue de la esperpéntica nacional (española). Pero el asunto era ?es- más grave que el humor escénico, sin duda. Se trata de la tragedia de un pueblo que viene luchando, hace siglos, por su real independencia, siendo avasallado, una y otra vez, por los poderes centrales de la España tardo imperial y neo franquista, con el manido expediente de que ?España es una e indivisible?. Una especie de dogma ?digamos- como el de la Santísima Trinidad, en el que sus tres entes pueden diferenciarse pero no segregarse, porque integran una sola sustancia.
Cataluña, pues, no puede atentar contra la ?esencia española? (nadie ha sido capaz aún de definirla) ni con aquella entelequia de colmao llamada ?lo español?, cuya representación cabal es un toro cargado de banderillas que embiste, sin aguardar razones, bajo el grito más universal de España: ?olé?, repetido en todas las lenguas y latitudes, no ya en una plaza de toros -¡ay!- porque el balompié ha sustituido, con ventaja, a la fiesta taurina, y Leonardo Messi es mucho más que Manolete, sin arriesgar otra cosa que una canilla luxada y habiendo ganado más dinero y mantones abatidos que todos los toreros juntos?
Los versos de Antonio Machado parecen escucharse hoy a lo largo y ancho de la ibérica península:

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

El resultado del plebiscito del 1 de octubre de 2017 carece por completo de validez constitucional, según afirma y proclama Mariano Rajoy, porque no fue autorizado por el gobierno central (mesetario), ni su ejecución está prescrita en la moderna Constitución española que nos obsequió la llamada ?transición democrática?, con rey y altar asegurados per secula seculorum?

Pongámonos en el caso, como la mayoría de los españoles con DNI y pasaporte al día, que esto es cierto. Pero el problema va más allá, pues los catalanes pugnan por pronunciarse y optar por una independencia cabal, al punto de entrever la proclamación de la República de Cataluña, a despecho de los centralistas, entre los cuales conviven los neofranquistas del PP, los socialistas a la violeta y aprovechados del PSOE y otros ?monárquicos forzosos? de la democracia paniaguada. Porque la palabra ?república? tiene en España una connotación terrible; es como pronunciar ?huracán? en el Caribe, a riesgo de obtener de la prosodia una inmediata conjunción de la palabra-cosa y sus funestas consecuencias.
Ahora bien, si la ?benemérita guardia civil?, como solía decir y escribir el gallego Manuel Fraga, actuó con enconada ferocidad contra los ciudadanos inermes y las pecaminosas urnas, ¿qué hará en el caso de ratificarse la independencia de Cataluña? No bastará su simple concurrencia ?pacificadora?, no. Requerirá de apoyos más contundentes, y para eso está el glorioso ejército español, dispuesto a cubrirse de honores, como lo hiciera, en 1934, batiéndose contra los heroicos mineros asturianos, o en la Guerra Incivil, arrasando ciudades y poblaciones (?venid a ver la sangre por las calles?) con el concurso fraternal de las fuerzas alemanas e italianas, del Führer y del Duce, respectivamente.
Pero la pasividad complaciente, o elusiva, de quienes se dicen ?demócratas? resulta insólita e indescriptible. Anoche, domingo 1 de octubre, fuera de las declaraciones comedidamente contestatarias de Pablo Iglesias, el resto de los conglomerados políticos españoles cerraban filas en torno al cacique Rajoy, mientras el líder máximo del PSOE se limitaba a criticar ?los métodos inadecuados? del gobierno central para enfrentar la crisis catalana. Era, como si dijéramos, más una cuestión de estilo en los procedimientos que un asunto de fondo. Por su parte, el compuesto jerarca de ?Ciudadanos?, Albert Rivera, afirmaba anoche que la Generalitat es ?la culpable absoluta de la violencia? y clama por la aplicación del artículo 155, para llamar a ?elecciones libres? en Cataluña.

Para él y los otros, la voz de dos millones y medio de catalanes carece de cualquier peso político o ciudadano. Como decir: ?Yo toco la música, pongo la pieza de baile y elijo a las parejas?. La perfecta democracia de quienes han venido a conocer, tardíamente, solo una parte de sus presupuestos.
Amigo lector, que algo me conoces, yo creo más en la voz de los poetas que en la de estos tribunos del ?gay trinar?, a quienes pagan en oro las malas frases que perpetran desde el estrado. Por eso, concluyo aquí esta breve crónica con un poema de Joan Maragall (1860-1911), el gran poeta de Cataluña.
Oda a España

Escucha, España, la voz de un hijo
que te habla en lengua no castellana;
hablo en la lengua que me ha legado
la tierra áspera;
en esta lengua pocos te hablaron;
en la otra, demasiado.

Demasiado de los saguntinos
y de los que mueren por la patria;
y por tus glorias y tus recuerdos,
recuerdo y gloria de cosas muertas,
triste has vivido.

De distinta manera quiero hablarte.
¿Por qué derramar la sangre inútil?
La sangre es vida, si está en las venas,
vida hoy, vida para los que vengan;
vertida, es muerte.

Demasiado pensaste en tu honor
y escasamente en tu vida:
tus hijos, trágica, diste a la muerte.
Mortales honras te satisfacían;
tus fiestas eran tus funerales,
¡oh triste España!

Yo vi barcos zarpar repletos
de hijos que a la muerte entregabas:
sonriendo iban hacia el azar,
y tú cantabas junto a la mar
como una loca.

¿Dónde tus barcos? ¿Dónde tus hijos?
Pregúntalo al Poniente, a la ola brava:
perdiste todo, a nadie tienes.
¡España, España, vuelve en ti,
rompe el llanto de madre!

Sálvate, sálvate de tantos males;
que el llanto te haga alegre, fecunda y viva;
piensa en la vida que te rodea;
alza la frente,
sonríe ante los siete colores del iris.

¿Dónde estás España, dónde que no te veo?
¿No oyes mi voz atronadora?
¿No comprendes esta lengua que entre peligros te habla?
¿A tus hijos no sabes ya entender?
¡Adiós, España!


Versión de José Batlló
Sí, no te equivocas, él escribió aquello que hoy resuena en las cuatro provincias de Catalunya: ?He aquí el alma catalana: Libertad?.

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Edmundo Moure
Octubre 2, 2017
Comentarios (0) - Categoría: Colaboración de Edmundo Moure Rojas - Publicado o 03-10-2017 00:37
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A CUESTIÓN CATALANA desde Chile
DESCONCIERTO Y DESASOSIEGO


Escribo esta carta, que quiere transformarse en crónica y aun en entrevista, a un puñado de buenos amigos de la España peninsular, de la España autonómica, pese a que no comulgo ni comulgaré con monarquía alguna. Como bien escribe mi amigo sefardita, Jorge Zúñiga: ?¡Ni altar ni trono! ¡República!?. Al amparo de estas afirmaciones, algo rotundas, por cierto, pero honestas, me atrevo a formularos algunas preguntas clave sobre lo que hoy se define como ?la cuestión catalana?. Vuestras respuestas serán muy valiosas para mí, y confío que me libren del desconcierto y mengüen mi desasosiego.

Ayer escribí a cuatro amigos: una mujer y tres hombres, de distintas nacencias en el vario calidoscopio hispánico. Ella, oriunda de Galicia; los tres varones, uno nacido en Córdoba y habitante de Barcelona, donde vive con su mujer e hijos; el segundo, gallego viguense o vigués, mejor dicho; el tercero, habitante barcelonés, aunque no tengo clara su procedencia natal.

Ninguno me ha contestado aún (vuelvo a ponerlos en esta lista de correos, a ver si se animan?), aunque mi amiga me envió un poema de José Espronceda (1808-1848) ?ni más ni menos- que pudiera ser una respuesta a mis inquietudes (iba a escribir ?inquedanzas?, sí, na lengua galega de meu señor Pai). No insertaré el poema aquí, porque me parece muy extenso y asaz malo, aun cuando provenga de una figura eminente de las letras hispanas. He aquí sus primeros versos:


Oigo, patria, tu aflicción,
y no entiendo por qué callas,
viendo a traidores canallas
despedazar la nación.
Dando a un ingrato felón
estúpidas concesiones,
están haciendo jirones
esta tierra milenaria
de gente ayer solidaria,
hoy podrida de ambiciones?


No sé bien a quiénes se refería el patriótico don José, pero nada raro que fuese a los propugnadores del federalismo español, cuyas banderas apuntaban entonces a obtener la autonomía de las tres nacionalidades ibéricas no castellanas, bajo la férula del Estado español: Galicia, Euzkadi y Cataluña. Sé bien que en los albores de los años 30 del pasado siglo, bajo estos tres países se creó una entidad autonomista cuya sigla era GALEUZCA, a la que bien se refiere Alfonso Castelao, en su inmortal libro Sempre en Galiza, cuya primera edición bonaerense (1944) conservo en mi biblioteca.

Junto al gran Castelao, resuenan en mí los nombre de Joan Maragall y de Lluis Companys, poeta excelso el primer, político y luchador social el segundo; ambos catalanistas irreductibles. Y la trágica epopeya catalana en la Guerra Incivil española. ¿Cómo se puede omitir este ?peso de la Historia??

Muchos dicen hoy que eso es cuento ya pasado, que la actual Constitución, que consagra las diecisiete autonomías peninsulares, otorgando a Galicia, al País Vasco y a Cataluña el estatus de ?nacionalidades históricas?, es suficiente logro libertario.
Pero los catalanes son porfiados, como bien lo afirmara ese tozudo y gran escritor que fue Josep Pla, pese a que su catalanismo era más bien una cuestión romántico-cultural, pudiéramos decir. Por eso, incluyo aquí un breve texto que resume las aspiraciones de los herederos de Maragall:
DIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN

Dimecres, 5 De Agost De 2015 Pujat Per Toni Soler
1. DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
2. DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
3. SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la práctica, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
4. DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
5. LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el status de nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
6. SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación?
7. REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
8. AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y armonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista, con alguna concesión federalizante, como la reforma del Senado.
9. VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
10. REPÚBLICA. Queremos un Estado de derecho, republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.

A mí no me parecen descabelladas estas razones, como hoy se plantea y esgrime, a rajatabla, por tirios y troyanos. Es más, en lo esencial, puedo traslaparlas a la realidad gallega y a los propósitos y visiones de Alfonso Castelao, hoy injustamente relegado a una especie de ?museo ideológico? en Galicia, como otras ideas sustanciales que hoy se pretenden obsoletas, mientras se proclama y defiende un españolismo hueco, inspirado más en los juegos de poder del neoliberalismo a ultranza, con su feroz rostro globalizado, que en las raíces culturales de los pueblos y naciones que habitan la Península Ibérica.


Pues bien, al calor de estas afirmaciones, formulo mis preguntas:


-¿Tiene razón de ser el actual movimiento independentista de Cataluña?

-¿Cuáles son sus bases de sustentación históricas y políticas?

-¿Dentro del marco constitucional y jurídico de España, es viable y legal la convocatoria del Plesbicito?

-¿Qué gana y qué pierde Cataluña como estado independiente?

-¿Qué herramientas jurídicas, políticas y aun militares podría aplicar el Estado español para conjurar las aspiraciones catalanas de independencia?

-¿Podría el independentismo catalán, de concretarse, producir un ?contagio? peligroso en el País Vasco o en Galicia?


Me llama la atención que muchos españoles, autoproclamados ?progresistas?, socialistas histórico o comunistas de la vieja guardia ?santiagocarrillana? sustenten hoy argumentos parecidos ?huelguen eufemismos de ?correcta política?- a los versos perpetrados por Espronceda en el flojo poema de marras. Ni qué decir de la derecha española y su manu militari, el PP, con el gallego Rajoy como cacique mayor.

Y como en mi oficio de escriba surgen a menudo las analogías y relaciones, no dejo de pensar en los anhelos y derechos libertarios del más antiguo de los pueblos que habitan este cono sur de América, que constituyen también, por historia, lengua y cultura, una nación. Sí, me refiero al pueblo Mapuche, hoy avasallado por los poderes centrales del Estado chileno, que ha convertido sus territorios en una zona militarizada, al punto que el actual comandante del Ejército, general Oviedo, ha ofrecido sus ?servicios pacificadores? para intervenir en Arauco, como lo hiciera uno de sus odiosos predecesores, el militar Cornelio Saavedra, hace ciento cincuenta años, cometiendo entonces uno de los más brutales genocidios ocurridos en Chile.


No os aburro más y quedo a la espera de vuestras respuestas y comentarios, ojala antes del 1 de octubre de 2017. Mientras tanto, releo a Castelao.

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Edmundo Moure
Septiembre 25, 2017
Comentarios (0) - Categoría: Colaboración de Edmundo Moure Rojas - Publicado o 25-09-2017 16:08
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EL SEÑOR SANTIAGO EN EL REFUGIO
No se trata, amabilísimo lector, de la reclusión del Señor Santiago -o Santiago Apóstol, o Santiago peregrino, o matamoros o mata-indios, según la multiplicidad de sus oficios y roles históricos asignados por la ambición humana- en algún sitio de cobijo por algún exilio o extrañamiento provisorios. Nada de eso. Simplemente, aprovechamos nuestra tertulia de los lunes en el conocido Refugio López Velarde, en la Casa del Escritor, sede de la ilustre Sociedad de Escritores de Chile, anteayer lunes 24 de julio, siendo las 19:00 horas en el hemisferio sur y la 1:00 de la madrugada del 25 de julio en la Galicia Atlántica, para rememorar el significado histórico y cultural de la leyenda del Apóstol, hecha mito secular, pero, sobre todo, para destacar la trascendencia literaria de esa virtual ecúmene de rutas universales en que devino el Camino de Santiago, desde el año 816, con la peregrinación de Carlomagno al incipiente santuario, hasta nuestros días.
Mi hijo gaitero, José María, abrió los fuegos musicales ofreciendo melancólicas canciones del Noroeste peninsular, para predisponer a los contertulios, creando la adecuada atmósfera compostelana, si pudiéramos así decirlo o pretenderlo, motivados sólo por esta pasión nacida de la herencia cultural y literaria de los ancestros, venero inagotable de nuevos hallazgos e ingentes relaciones entre saberes... Luego, hablamos de la trova galaico-portuguesa, de sus orígenes remotos y del influjo en ella de la poesía occitana y aun de los viejos metros líricos de Italia.
Salvo mi buen amigo, pintor y escritor, nieto de abuelo gallego, Guillermo Martínez Wilson, de primer oficio panadeiro (como informó hace unos meses el diario El País: ?El pan de Chile tiene sabor gallego?), mi hijo músico y el cronista, los demás cofrades eran chilenos, poetas, escribas y parroquianos asiduos al rito semanal de la conversa. Uno de los directores de la SECH, Alfredo Lavergne, ironizó: -Este Moure cree que la Casa del Escritor es una especie de lar gallego; si continúa por este camino, va a galleguizarnos a todos.
Brincadeiras, o bromas aparte, en esto de difundir el acervo literario de Galicia llevamos ya cuatro décadas y no callaremos sino en trance del propio pasamento. Es un tema muy amplio, con variados tópicos y alcances innumerables, que se abre como sucesión de abanicos y se requerirían muchas vidas para abordarlo en plenitud. Pero en la hora vespertina del día 24, nos abocamos a las célebres cantigas.
De la conocida clasificación básica: Cantiga de Amor; Cantiga de amigo y Cantiga de Escarnio y Maldecir, dijimos que la primera deriva de la lírica trovadoresca en occitano (langued?Oc) y que es una composición basada en el tópico del amor cortés (cortesano); habla de una encendida pasión amorosa por lo general no correspondida, lo que hace de su canto una cuita desgarrada y doliente. A la dama o musa destinataria, se le da el trato de senhor; la explicación semántica es que en aquella época el sustantivo habría sido válido para femenino y masculino. Mi versión es otra: otorgar a la amada, minhasenhor, la categoría divina, comparándola con el gran señor del universo, en la desmesura amorosa.
La segunda, Cantiga de Amigo, es la que canta la mujer a su amado. Se llama así, puesto que la dama no puede tener amante, en virtud de la sujeción absoluta, tanto legal como afectiva, al marido. Pero aquella sociedad cortesana emplea el eufemismo amigo, aceptando tácitamente que la mujer noble puede tener un amante (o más de uno), sea éste de carácter platónico o de fuego carnal, como se cuenta, por ejemplo, en el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita.
La tercera, Cantiga de Escarnio y Maldecir, era empleada como una suerte de catarsis social, a través de cuyos versos solía satirizarse a los poderosos, utilizando formas elípticas y nombres supuestos. Cabe decir que más de algún trovador perdió su cabeza, literalmente, en el ejercicio de estas rimas temerarias que fueron materia de sesudo análisis por la Santa Hermandad de la Inquisición, madre de todas las censuras.
La más célebre de las cantigas de amigo es La Ermita de San Simón, de Mendiño, trovador que vivió en la segunda mitad del siglo XIII, de quien se conserva únicamente esta pieza lírica que le inmortalizó, y que traducimos aquí, para ustedes, desde el galaico-portugués:


Descansaba yo en la ermita de San Simón
y me rodearon las olas, que grandes son.
Y yo esperando por mi amigo. ¿Acaso vendrá?

Estando en la ermita ante el altar,
me rodearon las olas grandes del mar.
Y yo esperando a mi amigo. ¿Acaso vendrá?

Y me rodearon las olas, que grandes son:
no tengo barquero, ni remador.
Y yo esperando a mi amigo. ¿Acaso vendrá?

Y me cercaron las olas del alto mar:
no tengo barquero, ni sé remar.
Y yo esperando a mi amigo. ¿Acaso vendrá?

No tengo barquero, ni remador:
moriré yo hermosa en el mar mayor.
Y yo esperando a mi amigo. ¿Acaso vendrá?

No tengo barquero, ni sé remar:
moriré hermosa en el alto mar.
Y yo esperando a mi amigo. ¿Acaso vendrá?




La repetición y la cadencia del estribillo nos revelan la espera desesperanzada del amigo-amante, que no llega ni vendrá nunca... Es también el tópico del amor imposible o inalcanzable, que suele simbolizarse en la figura de la paloma, imagen del amor no correspondido, como bien lo expresa el poeta gallego contemporáneo, Álvaro Cunqueiro (1911-1981), quien recoge y renueva la tradición de las viejas cantigas medievales, como lo hiciera George Brassens en Francia, como lo hace hoy, en Chile, nuestro gran trovador, Eduardo Peralta? Así la escribe, don Álvaro el Fabulador:


No niño novo do vento
No niño novo do vento
hai una pombadourada
meu amigo!
Quenpoideranamorala!

Canta aoluar e aomencer
enfrauta de verde olivo
Quenpoideranamorala,
meuamigo!

Ten áers de frolrecente,
cousas de recén casada,
meu amigo!
Quenpoideranamorala!

Tamén ten sombra de sombra
e andar primeiro de río
Quenpoideranamorala,
meuamigo!


En el nido nuevo del viento
En el nido nuevo del viento
hay una paloma dorada
¡mi amigo!
¡Quién pudiera enamorarla!

Canta al plenilunio y al amanecer
en flauta de verde olivo
¡Quién pudiera enamorarla,
mi amigo!

Tiene aires de flor nueva,
cosas de recién casada,
¡mi amigo!
¡Quién pudiera enamorarla!

También tiene negrura de sombra
y andar prematuro de río.
¡Quién pudiera enamorarla,
mi amigo!


Acentuó el sonido de la gaita aquel disfrute de la trova amorosa en nuestro rincón de tertulia. Mario pidió leer un breve cuento pícaro, y lo hizo; Víctor Hugo lanzó al aire del cenáculo su más reciente poema; le siguió Benito, el poeta de visiones arquitectónicas, con breves versos de su libro IV; Sylvia declamó, con voz contenida de soprano, su último poema de amor; Carlos Fonseca, acompañado de su guitarra, interpretó el entrañable tango Sur? Yo acaricié con los labios el beso del vino rojo.
Pasadas las nueve de la noche nos despedimos.
¡Hasta el próximo lunes, compañeras y compañeros!
Sí, será el lunes 31 de agosto, día de San Ramón, onomástico del hijo ilustre de Vilanova de Arousa, el Marqués de Bradomín? Aunque para entonces, el Señor Santiago habrá abandonado ya el Refugio López Velarde, caminando hacia el sur de sures, quizá hasta la última villa del Finisterre austral que lleva su nombre: Santiago de Castro, en Chiloé, la Nueva Galicia.


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Edmundo Moure
25 de julio 2017

Comentarios (0) - Categoría: Colaboración de Edmundo Moure Rojas - Publicado o 31-07-2017 17:38
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