 Con motivo da estadía da cantante e compositora de tangos arxentina Azucena Maizani, RSP fala do tango e da famosa cantante que coñeceu en 1927 e que despois veu en España en 1931 cando esta fixo unha xira polo noso país actuando tamén en Galicia...
30 de mayo de 1947
AZUCENA MAIZANI Y EL TANGO ARGENTINO
Por Ramón Suárez Picallo
Está en Santiago de Chile, desde hace unas horas, la gran artista Argentina, jerarquizadora del tango, Azucena Maizani. La popular canción y danza bonaerenses que Azucena interpreta en magníficas ?escenificaciones cantadas?, ha sido y es aún hoy muy combatida por su origen surgido del barrios del Plata, de la Boca y de San Telmo.
Decadente, vulgar, cursilón gemido lánguido, y lamento doloroso, dicen de él muchas críticas solemnes y trascendentales; médula voz y emoción de una ciudad cosmopolita en el orden racial y moral ?que da, en lenguaje lunfardo? una nota hampona, a modo de resumen hablado y gritado del hampa de todas las ciudades del mundo, dicen otros.
Sentimiento, ritmo y filigrana, aseguran sus apologistas, asignándole el noble carácter de creación artística popular y folklórica.
Pues bien; nada de eso es el tango. No es ni siquiera una expresión lírica elemental del pueblo argentino; el gato, el zapateado, la vidalita, el pericón, la ranchera y la zamba; son ésas sí, expresiones del lirismo popular transandino. El tango es, en cambio, hijo de algunos barrios ya citados, de la ciudad de Buenos Aires: un parte policial con mala música, la crónica de un sórdido suceso, o la historia de una traición alevosa y abominable. En una palabra: la continuidad de los romances de ciego, precursores de la crónica policial de nuestros días. Esto fue el tango en sus orígenes y en la primera etapa de su desarrollo. Su éxito extraordinario, llamó después, la atención de excelentes músicos y de buenos poetas, que lo elevaron y jerarquizaron a posiciones a las que nunca había pensado llegar: ?El zorro gris?, ?Cumparista? y ?Caminito?, fueron los primeros tramos de esa elevación artística, y hoy alterna, con gran decoro, entre las buenas canciones sudamericanas de creación subjetiva.
Delfín y Caro con su música, y Carlos Gardel y Azucena Maizani con su voz, supieron darle a la canción barrial porteña, alientos y admiraciones universales, hasta el punto de hacerla ser escuchada, coreada y bailada, en París, en Londres, en Roma y en Madrid, con igual fervor con que se cantaba y bailaba en la calle Corrientes de Buenos Aires, en Almirante Brown y en el Parque Patricios. Y entre las figuras femeninas que más contribuyeron a darle al tango esta universal jerarquía, figura Azucena Maizani. La hemos conocido, por primera vez, allá por el año 1927 en una emisión radial con que el diario bonaerense ?La República?, donde entonces hacíamos nuestro aprendizaje periodístico, quería alegrar a los muchachos: soldados y marinos, que estaban apostados en las islas Oreadas del Sur, en un día de Fiestas Patrias. Unos cuantos años después, nos la tropezamos en Madrid, en el Teatro Alcázar, de la calle de Alcalá, a la altura de la de Sevilla. Y luego en La Coruña, en Vigo y en Compostela. Dos mujeres, artistas de la Argentina, tenían entonces conquistada a España: Paulina Singenam, la grande, frívola y graciosa comediante y Azucena Maizani que le daba al tango, carácter de espectáculo con argumento y valor plástico.
Azucena Maizani, actuará durante un mes, en las Radios y en algunos Teatros de Santiago de Chile, como representante auténtica de una modalidad artística argentina, o para decirlo con más propiedad, de algunos barrios que fueron bases generatrices de la actual ciudad de Buenos Aires. Su temperamento, su figura intuitiva y el fervor que pone en sus interpretaciones han de facilitarle éxito seguro, aquí donde todo lo de su tierra tiene devotos en todas las capas sociales. Por lo demás, la Argentina y sus cosas están situadas en el primer plano de nuestra actualidad social, espiritual, económica y hasta política.
Y una graciosa y gentil mujer que canta, puede ser un excelente intérprete de este estado de ánimo, en razón de circunstancias especiales de tiempo y de lugar y a virtud de su genio personalísimo.
¿Qué el tango no es una obra de arte? Puede ser; pero tampoco lo son otras modalidades cantables y bailables, que están haciendo furor entre nosotros. Sobre todas ellas, el tango tiene una o dos ventajas: su popularidad y la proximidad espiritual y geográfica de su origen. Y ya se sabe que el arte, la cultura, y aún la política, responden cada día más a los imperativos de la Geografía.
(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile o 30 de maio de... 1947) |