 12 de octubre de 1942
AMÉRICA
Por Ramón Suárez Picallo
Nunca nos hemos explicado, satisfactoriamente, el porqué se llama Fiesta de la Raza a la celebración de la extraordinaria hazaña colombina ¿De qué raza se trata? Carlos de Baráibar habló en ?La Hora? del laberinto racial que es España: Celtas, vascos, cántabros, astures, celtiberos, judíos, árabes, suevos, godos, mapamundi racial con forma de piel de toro. España, o por mejor decir, las Españas. ¿Cuál de esas, es la raza que festejan hoy, España y América? Ninguna raza. La simbiosis de todas ellas, compatibles y convivientes entre sí, es el gran milagro de España. El milagro trasuntado al Continente Virgen del que nació una unidad geográfica, espiritual y política: América. Continente de esperanza, despensa repleta de reservas morales y materiales, crisol de todas las razas del mundo, bajo el común denominador de una lengua, de una fe, de una misma manera de decir Dios, Madre, Amor. Y el común denominador tiene un nombre sonoro y glorioso: España. ¿Fiesta de España? Sí, fiesta de España y de América, en recuerdo de la épica aventura que tuvo por escenario la inconocida extensión del mar tenebroso. Fiesta glorificadora de esforzados capitanes, de alucinados misioneros, de rudos menestrales, de aventureros empenachados de hidalguía en busca de tierras y almas que ofrendar a Dios y a su Rey. 12 de octubre de 1942. Tres naos con pendones morados flameando al viento. Don Quijote de la Mancha graduado de almirante. Una cruz rodeada de un grupo de hombres de rodillas rezando una oración. Escenario y horizonte, un mundo, una esperanza. Y en el aire claro y límpido un nombre viejo como el mundo: España y un nombre nuevo rodeado de presagios de amanecida: América. Así América y España. España y América. Y sobre todo, el verbo rotundo y claro del espíritu armonizando la gloriosa sinfonía cantada por cien razas.
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