 Reflexións de RSP sobre a pena de morte.
21 de noviembre de 1942
ETAOIN ETA ENTERRADOR
Por Ramón Suárez Picallo
Antes de nada queremos felicitara ?Whip?, nuestro inteligente compañero del otro ángulo de esta misma página. Lo leemos todos los días, de pe a pa, y confesamos tenerle cierta envidia intelectual. Una envidia sin rencor, cordial y amistosa, que, mejor que envidia, podría llamarse deseo de emulación.
Nos referimos concretamente, a sus comentarios de ayer sobre la pena de muerte y la inútil crueldad con que se aplica, sugerido por la reciente ejecución de dos delincuentes comunes y feroces, en el patio de la Penitenciaría de Santiago. El hecho tiene ya la categoría de la ?cosa juzgada? y la firmeza de la ?sentencia cumplida?. No conviene, pues, volver sobre el asunto en sí, pero debemos, en cambio, hablar del tema, ahora que se está estudiando la reforma de las leyes penales, y su correspondiente reglamento procesal.
Si los legisladores consideran necesaria la pena de muerte, como defensa social, eliminando a los elementos peligrosos e incorregibles, -ya que no interesa como ejemplaridad y escarmiento-, debe aplicarse evitando al reo todo cuanto signifique ensañamiento, crueldad y espectáculo a costa de su angustia. De lo contrario la muerte del criminal viene a ser la repetición del crimen. Ni más ni menos.
Y en cuanto a la Ley sustantiva es inadmisible considerar agravante la ebriedad total y fortuita, toda vez que el ebrio es un trastornado mental y los locos no delinquen; y mucho menos en un medio social, donde la embriaguez es un vicio enormemente extendido y tolerado.
Órdenes y Lillo, a través de sus deplorables biografías, eran dos tarados por heredero-alcoholismo. Locos por causa de sus padres, y del tabernero que hizo ganancia dándoles de beber, y que no fue castigado como causa primera del delito que les costó la muerte en el patíbulo. Piense el Legislador, encargado de reformar la ley penal, en las causas de la delincuencia, y cargue sobre ellas el peso de la Ley. Y habrá menos delitos y menos delincuentes. Y, sobre todo, piense que el Derecho de Penar no autoriza a ser cruel. El comentario de ?Whip?, puede ser sobre el tema un excelente guión.
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