 RSP aplaude, dende Santiago de Chile no ano 1947, a iniciativa da BBC de difundir polas ondas as inmortais aventuras de D. Quixote...
30 de septiembre de 1947
DON QUIJOTE EN EL AIRE
Por Ramón Suárez Picallo
Lo cierto es, que el inmortal caballero manchego anduvo casi siempre por las ataredas regiones siderales; cerca de la Luna cuando no en la Luna misma, porque en la Tierra tenía muy poco que hacer, dados sus afanes de enderezador de entuertos y desfacedor de agravios. Eso, en sus tiempos, que si fuese hoy la época de sus andanzas, sería para mucho peor. Hubiera dado con su escuálida y enjuta humildad en los lóbregos calabazos de la cárcel de Alcalá de Henares, donde nació su inmortal creador, hace ahora unos cuatrocientos años.
Por eso nos parece de perlas la iniciativa de la BBC de Londres, colocando al buen don Alonso de Quijano, cabalgando sobre las ondas hertzianas, a lo ancho y a lo largo del mundo, por encima de tierras, desiertos, mares y continentes a modo de ángel profético, erguido a ras de las tierras mondas y lirondas, cubiertas de follones y de mal nacidos, de ralea vil y de fementida canalla, incapaces de parar mientes en los cánones de la moral, de la justicia y del bien, a los que diera el sin par caballero los más nobles alientos de sus estupendas hazañas.
Los ingleses, gente práctica, cuerda y razonable, se encargan hoy de ensalzar hasta las nubes al más excelso e ilustre de los chiflados de todo el género humano. Ello no es de extrañar, habida cuenta que fue un Lord inglés, dado a las buenas letras, el que reveló al mundo culto, a fines del siglo XVII, la genial creación de Miguel de Cervantes y Saavedra. Y es que, sólo los que son realmente cuerdos y razonadores de la buena razón, están en condiciones de amar y de entender a Don Quijote de la Mancha. No están en cambio en ese predicamento, los idiotas de solemnidad, medio locos que lo son de conveniencia, ni los pseudocuerdos, que nunca podrán llegar a la suprema categoría de los locos rematados.
Don Quijote hará, pues, en estos días, una nueva salida; esta vez sin pasar por la Mancha. Saldrá de Londres, de los Estudios Radiales de la BBC, y llegará aquí a Chile, a través de sus principales Radioemisoras. Llegarán su palabra, sus refranes, sus delirios y sus consejos, junto con el relato de sus nunca igualadas hazañas, espejo fiel de un pueblo que lo ama, y que por haber querido imitarlo, sufrió en su carne manteamientos y machucaduras, y en su espíritu, la befa, el escarnio y la burla de los que nunca fueron ni serán caballeros andantes, ni individual ni colectivamente; de los que no conocieron ni conocerán nunca a la Señora Dulcinea del Toboso, a menos que ella no se haga tabernera, o dueña de ciertas casas, en las proximidades de una mina de cobre y de petróleo. Bienvenido sea, pues, el noble señor de los ensueños, de los delirios y de los altos propósitos del bien y de la justicia; bienvenido él, y su grande y fidelísimo escudero Sancho Panza, volando a través de los espacios infinitos. A lo mejor -y quiera Dios que así sea- de regreso de este gran viaje universal, vuelva a sus tierras españolas a librar allí tremenda y singular batalla en defensa de opresos y cautivos, no más felices que los galeotes que en su día libertó su poderoso brazo.
¡Bienvenido señor Don Quijote! Bienvenido sea a estas tierras que hablan tu lengua, aunque llegues de Inglaterra. Porque tu presencia, la añoranza de ti y el recuerdo de tus hechos valerosos, nos están haciendo muchísima falta.
(Artigo publicado no xornal La Hora, en Santiago de Chile tal dia como hoxe pero de... 1947) |